El presidente Barack Obama dará su sexto discurso del Estado de la Unión esta noche, pasando por alto las elecciones parlamentarias de medio término de noviembre pasado y, en cambio, arrojándole el guante a la mayoría republicana con su intención de aumentar los impuestos a los ricos para ayudar a la clase media.

El discurso destacará a un presidente aparentemente libre por las actuales circunstancias, ya que no tiene mayoría en ninguna de las dos cámaras. No tiene nada que perder electoralmente; su partido ya está reducido a la condición de minoría en el Congreso. Es probable que sea poco el apoyo que consiga el mandatario de lo que propondrá, entre otras cosas, 320 mil millones de dólares en nuevos impuestos a los más ricos durante más de 10 años para financiar la reducción de impuestos para la clase media y la nueva ayuda para la matrícula universitaria. Pero puede poner a los republicanos a la defensiva incluso en su luna de miel acerca de la mejor manera de achicar la gran brecha entre los súper ricos en Estados Unidos y todos los demás.

La Casa Blanca cree que puede ganar el debate sobre el estancamiento de los salarios y las fortunas aún mediocres de la mayoría de los estadounidenses. También sabe que es un punto que contará en la próxima carrera hacia la Casa Blanca. Obama puede sentar las bases para la campaña del próximo candidato de su partido, que se espera sea Hillary Clinton.

En el podio, el presidente puede incluso mostrar una figura alegre, haciendo hincapié en los últimos avances en el crecimiento económico y el desempleo. Con motivo de su iniciativa sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba, ha invitado a Alan Gross, el ex contratista norteamericano cuya liberación en diciembre hizo posible el nuevo acuerdo con la isla (que lo había condenado por delitos contra la seguridad del Estado).

También observando junto a la primera dama, Michelle Obama, estarán los jóvenes hispanos que se beneficiarían directamente de las medidas dictadas unilateralmente por Obama –para la furia de los republicanos– para proteger a los inmigrantes indocumentados de la deportación, pasos que Obama va a decir que se vio obligado a tomar por el fracaso del Congreso en aprobar una reforma migratoria integral.

El plan de impuestos de Obama exigirá un aumento de 320 mil millones de dólares en ingresos fiscales mediante la suba del 23,8 por ciento al 28 de la tasa de ganancias para las parejas que ganan 500 mil dólares o más. También prevé una nueva tasa sobre las grandes instituciones financieras.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère