EL MUNDO › DESPUéS DE VEINTICINCO AñOS, CHILE DEJA ATRáS UN SISTEMA QUE BENEFICIA A LOS GRANDES PARTIDOS
El diputado oficialista y experto electoral Pepe Auth destacó que en el futuro no harán falta los pronosticadores. “El que gane las elecciones y el que tenga la mayoría en la votación va a tener mayoría en las Cámaras.”
› Por Christian Palma
Página/12 En Chile
Desde Santiago
Despachada y a un paso de convertirse en ley quedó la reforma al sistema electoral binominal –establecido en Chile para las elecciones parlamentarias en 1989 tras las derrotas en las urnas de Pinochet– luego de que la Sala de la Cámara de Diputados aprobara los cambios introducidos por el Senado. Este mecanismo, ideado por los asesores civiles del dictador, permite que la elección de una candidatura se determine por los votos obtenidos proporcionalmente por cada partido político o listas que agrupan a varios partidos políticos y no por las candidaturas con más votos, lo que a la larga ha permitido que el espectro político chileno se divida en dos grandes bloques.
El trámite que falta para que la reforma sea publicada como ley de la República es la revisión del proyecto por parte del Tribunal Constitucional –a solicitud de la Alianza Chile, que reúne a los partidos de derecha–, situación que no impidió que el gobierno celebrara la aprobación del nuevo sistema electoral que debutará en 2017.
“Quiero decir que hoy día se cierra un largo camino. Después de 25 años hemos dicho chau al binominal. Hoy es un día histórico”, destacó la ministra de la Secretaría General de la Presidencia, Ximena Rincón.
La secretaria de Estado destacó que “hay muchos y muchas que no pudieron vivir para ver esta votación, entre ellos mi padre, y creo que estaría orgulloso de su Parlamento, el Parlamento de Chile, de esta nueva mayoría que se alza grande y gigante y que va democratizando estas instituciones”.
“Nuestro país debe estar tranquilo respecto de lo que será el trabajo que vamos a hacer hacia adelante para buscar más y mejores candidatas y candidatos para hacer que este Parlamento cada día sea más representativo”, agregó.
En cuanto al anuncio de la Alianza de que recurrirá al Tribunal Constitucional, la ministra dijo que “vamos a esperar a que eso se haga. Estamos muy tranquilos en lo que viene hacia adelante”.
Por su parte, el diputado oficialista y experto electoral Pepe Auth (PPD) destacó que “(los expertos electorales) dejaremos de predecir el resultado de las elecciones. El que gane las elecciones y el que tenga la mayoría en la votación va a tener mayoría en las Cámaras”, dijo a modo de ejemplo.
Por su parte, el diputado de Amplitud Pedro Browne sostuvo que “el Congreso se va a parecer más a Chile, donde habrá más mujeres, más gente de regiones, más jóvenes, y esperamos que, más adelante, representantes de los pueblos originarios. Hemos aprobado un traje a la medida, pero un traje a la medida para la democracia. Estamos muy contentos por este paso histórico”, en alusión directa a la derecha que ha sostenido que la reforma es un “traje a la medida” para que la Nueva Mayoría, el conglomerado que sustenta a la presidenta Michelle Bachelet, tenga más escaños en el Congreso.
En ese sentido, el independiente Gaspar Rivas reiteró sus críticas a la reforma: “Hoy hemos cambiado un sistema pésimo por otro que trae la misma distorsión. La solución era haber generado un sistema mayoritario, sin ninguna letra chica”.
Desde Renovación Nacional, uno de los partidos de oposición, el jefe de bancada Nicolás Monckeberg, planteó que “con el nuevo sistema electoral la ecuación es muy simple: se van a elegir más diputados con menos votos y le va a costar al país mucha plata. Perfectamente podríamos haber tenido un sistema más proporcional pero con menos diputados”.
La sesión se extendió por más de tres horas y los diputados manifestaron sus puntos de vista sobre el proyecto, que implica un aumento en el número de parlamentarios, que se elevan de 120 a 155 diputados, y de 38 a 50 senadores, además del nuevo mecanismo proporcional para determinar los candidatos que resultan electos, llamado sistema D’Hont.
Por otro lado, la reforma incorpora una ley de cuotas que establece que los partidos deberán adecuar la lista de candidatos para cumplir con una regla de 60/40, donde el número de postulantes hombres no puede superar al 60 por ciento del total de los postulantes, ni estar por debajo del 40 por ciento. “Lo que se está haciendo es una acción afirmativa que promueva una mayor participación de las mujeres en las candidaturas. No es lo que en algún momento se dijo como crítica, que se estaba asegurando los escaños para las mujeres. Aquí sólo se está promoviendo la participación femenina en las elecciones, y por lo tanto que vayan a competir”, dijo al diario La Tercera la ministra del Servicio Nacional de la Mujer, Claudia Pascual.
Para la Unión Demócrata Independiente (UDI), el partido reconocido por su pasado pinochetista, “hay una fusión antojadiza de distritos, para que tengan que pelear menos entre los amigos, para asegurar la elección de los diputados actuales”, dijo Juan Antonio Coloma.
“Una vez más estamos frente a una medida rechazada por la ciudadanía, un aumento de parlamentarios que se terminan pagando con los impuestos de todos los chilenos”, agregó el RN Bernardo Berger.
Mientras que el diputado de Evópoli, Felipe Kast, dijo que “el nuevo sistema, lejos de permitirnos celebrar, nos deja muchas tareas pendientes. Eso le hace mal a la democracia. El único motivo por el que estamos aumentando parlamentarios es por el conflicto de intereses que hay presente. Sabemos que esto es un traje a la medida para los incumbentes”.
El resto de los parlamentarios del oficialismo defendió el proyecto. “No es justo que alguien que haya sacado la primera mayoría no esté en el Parlamento. La gente siente que el sistema no tiene legitimidad, que ellos votan por alguien y esa persona no sale por este sistema complejo”, sostuvo el PPD Ramón Farías.
En tanto, el diputado y presidente del PC, Guillermo Teillier, recalcó que “se acaba con los privilegios del sistema binominal a la UDI, la cancha se empareja, iremos a las elecciones en pie de mayor igualdad”.
Para la UDI, éste es un nuevo golpe en el mentón, luego de que diversos miembros de esa colectividad están siendo investigados porque habrían recibido millonarios aportes de dinero para las campañas políticas de manera fraudulenta desde la poderosa empresa Penta, que tiene en jaque a buena parte de la clase política chilena.
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