EL MUNDO › TRAS LA CAíDA DE KHADAFI, ROMA IMPULSA UNA NUEVA AVENTURA BéLICA
Para el gobierno de Renzi, el país nordafricano se ha transformado en una amenaza para la península por la avanzada de los terroristas islámicos. El premier dijo que “la de Libia es una crisis dramática e importante como la de Ucrania”.
› Por Elena Llorente
Página/12 En Italia
Desde Roma
El gobierno italiano está dispuesto a lanzarse en una guerra contra Libia, si las vías del diálogo no funcionan y siempre que haya un mandato de Naciones Unidas, porque el país nordafricano se ha transformado en una amenaza para la península por la avanzada de los terroristas islámicos. Esto planteó el primer ministro Matteo Renzi (del Partido Democrático, PD) ante el Consejo Europeo la semana pasada, y lo reiteró poco después el ministro de Exterior, Paolo Gentiloni. La idea del gobierno italiano fue poner en relación los dos problemas que significa Libia hoy para Europa y para Italia en particular: las crecientes tragedias de inmigrantes en el mar Mediterráneo y el avance del terrorismo islámico. Ayer llegaron a Italia siete nuevas barcazas con refugiados provenientes de puertos libios, mientras la semana pasada habían muerto de frío o ahogados más de 300 personas que trataban de llegar a las costas italianas.
En cuanto al avance del terrorismo islámico, los mujaidines libios, que desde hace meses luchan por el control de Trípoli, estarían dando una dura batalla para ocupar la ciudad de Sirte, en la costa mediterránea, y habrían empezado a sabotear algunos gasoductos cerca de Tobruk, lo que podría provocar dificultades al aprovisionamiento de gas y petróleo que reciben algunos países europeos, como Italia. Además, ayer el Estado Islámico difundió un video en el que muestra la decapitación de una decena de hombres capturados en Libia (ver recuadro).
“La de Libia es una crisis dramática e importante como la de Ucrania”, dijo Renzi a sus colegas europeos, invitándolos a prestar más atención a la situación que amenaza transformarse en un gran problema para toda Europa. También les dijo que podía hacer “mucho más”, incluso llevar adelante negociaciones, si así se dispusiera, con las distintas partes libias, algunas de las cuales han tenido buenas relaciones con Italia desde la caída de Khadafi, y antes también. No hay que olvidar que las relaciones más o menos estrechas de Italia con Libia son de vieja data. Libia fue invadida y ocupada en parte por Italia en distintas oportunidades desde 1911, transformándose en una colonia en la época fascista de 1934 a 1943.
En la reunión europea, Renzi se dijo dispuesto a ir más lejos, siempre que hubiera una decisión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. “Estamos dispuestos a recibir un mandato concreto”, dijo Renzi, dando a entender que se trataba de una propuesta de tipo militar. El ministro de Exteriores, Paolo Gentiloni, en declaraciones a la televisión local fue más lejos, diciendo que “si no se encuentra una mediación, hay que pensar en hacer algo en Libia con la ONU. Italia está dispuesta a combatir el terrorismo, siempre que sea en un contexto de legalidad internacional”, dijo el ministro. “Italia está amenazada por lo que ocurre en Libia, que está situada a sólo 200 millas marinas (370 km) de distancia”, destacó.
Mientras tanto se supo que Italia cerró su embajada en Trípoli y ordenó a sus diplomáticos abandonar el país. Por otra parte trascendió que los representantes italianos ya han tomado contacto con los países miembro del Consejo de Seguridad –Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña, entre ellos–, a fin de apurar una decisión sobre el asunto Libia, que Renzi espera poder concretar a fines de febrero. Pero aunque el ministro del Interior –del partido Nuevo Centro Derecha– Angelino Alfano dijo estar de acuerdo con Renzi porque “sin una rápida movilización general asistiremos a muchas otras tragedias en el mar y correremos el riesgo de tener un califato islámico frente a nuestra casa”, no todas las fuerzas políticas italianas están de acuerdo con una eventual intervención militar. Los que más insisten en oponerse son los exponentes del Movimiento Cinco Estrellas (M5S) de Beppe Grillo, convencidos de que “las armas empeorarán las cosas”. Más bien –subrayó Alessandro Di Battista, de la dirección del M5S– “habría que cortar todas las relaciones comerciales con los países que financian al Estado Islámico”. El partido Izquierda, Ecología y Libertad, por su lado, destacó que Italia podría, luego de una mediación de la ONU, llevar adelante una acción de peace keeping (fuerzas de paz), y que seguramente para iniciar negociaciones con el país africano habría que convocar a otros países que son protagonistas en la región, como Arabia Saudita y Qatar. Curiosamente para muchos, el Partido Democrático, que dice ser de centroizquierda, apoya la decisión del gobierno de Renzi. Mientras la ministra de Defensa, Roberta Pinotti, dijo que tal vez podrían ser enviados a Libia unos 5 mil hombres, Silvio Berlusconi y su aliado, la Liga del Norte, hacían saber que están plenamente de acuerdo con la guerra: “Forza Italia apoyará el intento del gobierno que significa no renunciar a las responsabilidades que derivan del rol que nuestro país debe tener en el Mediterráneo”. El Parlamento italiano discutirá sobre el asunto Libia esta semana.
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