Los 28 países miembro de la Unión Europea (UE) marcaron diferencias en relación con las sanciones impuestas a Moscú por su participación en el conflicto armado en el este de Ucrania. Los países del este del bloque, otrora bajo el paraguas de la Unión Soviética, representan el ala dura de la UE, grupo al que se suma el Reino Unido. El ministro de Relaciones Exteriores británico, Phil Hammond, aseguró ayer, viernes, en Varsovia, antes de viajar a Riga, que junto a sus homólogos prepararían sanciones contra Moscú “que se podrán imponer rápidamente si se da un paso más hacia una agresión de gran envergadura de la parte rusa o si no se cumplen las obligaciones del acuerdo de Minsk”.

España encabeza el grupo de los moderados. “Con sobresaltos, los acuerdos de Minsk se están implementando, por lo que no es el momento de acelerar el proceso de sanciones”, estimó el ministro español José Manuel García-Margallo. “Hay que asegurar la implementación de los acuerdos de paz alcanzados en Minsk y hay que ir evaluando la situación a medida que evolucione para decidir qué hacemos con el cuadro de sanciones”, agregó.

Kiev y los países occidentales acusan desde hace meses a Rusia de apoyar militarmente a los rebeldes separatistas del este ucraniano, pero Moscú lo niega.

Mientras tanto, Moscú, Kiev y la UE convinieron ayer en reforzar el control del alto el fuego en el este de Ucrania, cuya aplicación “no es perfecta”, pero tiene una “tendencia positiva”, según la UE, que se mostró reticente a modificar las sanciones contra Rusia. El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, y su homólogo alemán, Frank-Walter Steinmeier, “pidieron a la OSCE que tome rápidamente una decisión para extender el mandato de su misión de observación especial y aumente su dotación hasta los 1000 observadores”, afirmó la cancillería rusa en un comunicado.

“Todos los actores de este conflicto, y Rusia también se declaró dispuesta, tomaron nota de no sólo prorrogar el mandato de la misión en Ucrania sino también de hacer posible que se incremente a 1000 la cantidad de observadores”, indicó a la prensa en Riga el ministro alemán. Steinmeier señaló que aún hay trabajo que hacer para implementar el acuerdo de alto el fuego en el este de Ucrania. Sobre la posibilidad de adoptar nuevas sanciones, afirmó que “la posición de Alemania es muy clara, esto depende de la implementación de los acuerdos de Minsk”. “No hay ninguna razón para disminuir las sanciones como tampoco la hay para incrementarlas”, estimó el ministro holandés, Bert Koenders.

La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), organismo compuesto por 57 países, entre ellos todos los de Europa, incluida Rusia, desplegó en Ucrania 450 observadores, de los cuales 324 están en el este del país. La misión, que tiene por objetivo verificar el respeto del alto el fuego y la retirada de armas pesadas, termina el 23 de marzo.

Según Steinmeier, que precisó que el rol de la OSCE estuvo “en el centro de los debates” de la reunión de ministros de la UE en Riga, quedó claro que los observadores de la OSCE tendrán acceso a los sectores en donde aún se registran combates y también a los lugares “en donde están almacenadas las armas que fueron retiradas del frente”. El secretario general de la OSCE, Lamberto Zannier, denunció horas antes que aún se les niega el ingreso a sus observadores a algunas regiones del este de Ucrania. “Hay áreas a las que simplemente no podemos ingresar”, dijo Zannier en Riga.

Desde el 15 de febrero está en vigor en el este de Ucrania un alto el fuego alcanzado en Minsk a instancias de Francia y Alemania, cuyos mandatarios tomaron parte en una maratoniana reunión con sus homólogos de Rusia y Ucrania. La situación continúa siendo inestable en el este. El objetivo de la Unión Europea es que se implemente el acuerdo en su totalidad y el proceso no descarrile, como sucedió con el primer acuerdo de Minsk para un alto el fuego, alcanzado en septiembre.

“De momento, el alto el fuego no es perfecto, pero la tendencia es positiva”, dijo en Riga la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini. Interrogada sobre la posibilidad de modificar las sanciones contra Rusia, incrementándolas o disminuyéndolas, Mogherini afirmó que “no se sacarán mientras no suceda algo realmente bueno en el terreno. Al mismo tiempo, seguimos listos para incrementar la presión si es necesario”.