Con el esfuerzo puesto en la apertura de embajadas, las representaciones de Cuba y Estados Unidos volvieron a verse en La Habana para reanudar las negociaciones de cara al restablecimiento de las relaciones diplomáticas, iniciativa anunciada en diciembre pasado, en momentos en que ambos países mantienen una disputa por la situación de Venezuela. La jefa de la diplomacia estadounidense para América latina, Roberta Jacobson, inició ayer por la mañana un encuentro a puertas cerradas con la directora de Estados Unidos de la cancillería cubana, Josefina Vidal, informó una fuente norteamericana, sin dar mayores detalles. “Las partes han estado en contacto desde su última reunión en febrero, en Washington”, destacó el Departamento de Estado, al anunciar la reunión. “Está en el mejor interés de los dos países que se restablezcan las relaciones diplomáticas y se reabran las embajadas”, expresó un funcionario del Departamento.

Según la emisora local Radio Reloj, el encuentro se celebra en el Palacio de Convenciones de la capital cubana, si bien oficialmente las partes no han confirmado el lugar de la reunión. No se sabe tampoco cuánto durarán las nuevas conversaciones, que se pueden prolongar varios días en función de los progresos logrados, comunicó el viernes pasado el Departamento de Estado norteamericano. Este nuevo encuentro se celebra bajo una total discreción mediática y, por el momento, la prensa internacional acreditada en la isla no fue convocada para la cobertura informativa de la reunión. Las conversaciones que se celebran son la continuidad de lo abordado por las partes en la segunda ronda, celebrada en Wa-shington el 27 de febrero, cuando trataron los aspectos técnicos y formales para la reapertura de las respectivas embajadas, cerradas desde 1961, cuando se interrumpieron las relaciones diplomáticas.

A diferencia de las dos anteriores rondas de discusiones, Jacobson y Vidal no tienen previsto hablar con la prensa al término de las conversaciones, lo que sugiere que no habría espacio para grandes novedades. Tras el histórico anuncio del 17 de diciembre del acercamiento entre ambos países que estuvieron enfrentados más de medio siglo, el presidente estadounidense, Barack Obama, busca la reapertura de las embajadas antes de la Cumbre de las Américas, prevista para el 10 y 11 de abril en Panamá, a la que ha sido invitada Cuba por primera vez. “El restablecimiento de sus relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas a tiempo para la Cumbre de las Américas, en abril próximo, es un deseo expreso de la parte norteamericana”, destacó ayer el portal estatal de noticias Cubadebate.

Pero las sanciones adoptadas la semana pasada por Washington contra ocho altos funcionarios de Venezuela y las declaraciones de Obama calificando la situación en ese país como una amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos podrían frustrar esos planes. La Habana se apresuró en salir en defensa de su estrecho aliado político y económico (que le suministra el 60 por ciento del petróleo que consume), acusando a Washington de intervenir en asuntos internos de Caracas y calificando esas sanciones de “arbitrarias y agresivas, sin fundamento alguno”.

El fin de semana, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, obtuvo del Congreso poderes especiales que le permiten gobernar por decreto hasta fin de año en materia de seguridad y defensa, de cara a la “amenaza imperialista” de Estados Unidos. El sábado, en una visita que realizó a Caracas para expresar la absoluta solidaridad de la Revolución Cubana, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, dijo que Estados Unidos provocó un daño grave al ambiente hemisférico. “Espero que el gobierno de Estados Unidos comprenda que no se puede manejar a Cuba con una zanahoria ni a Venezuela con un garrote”, señaló Rodríguez.