Mar 17.03.2015

EL MUNDO  › MERKEL SE REUNIó CON POROSHENKO, PERO NO QUIERE MáS SANCIONES

Apoyo a Ucrania, pero no tanto

La canciller alemana pidió una solución pacífica del conflicto sin nuevas sanciones a Moscú por defender a los rebeldes, como quería Poroshenko. Un posible boicot al Mundial de Fútbol de 2018 que se hará en Rusia ni se discutió.

La canciller alemana, Angela Merkel, expresó ayer su respaldo al presidente ucraniano, Petro Poroshenko, de visita en Berlín coincidiendo con el aniversario del referéndum de Crimea, aunque sin entrar a hablar ni de nuevas sanciones a Moscú ni, menos aún, de un eventual boicot al Mundial de Fútbol de 2018.

Es necesario “intensificar todas las gestiones políticas y diplomáticas” hasta lograr que se cumplan los acuerdos de Minsk –sellados en febrero con la mediación de Francia y Alemania–, ya que hoy por hoy no hay “alternativa” a una solución pacífica y política al conflicto, indicó la jefa del gobierno ante el líder ucraniano. Evidentemente, de producirse “violaciones flagrantes” de lo acordado o “en caso de emergencia”, se abordaría la posibilidad de adoptar nuevas “medidas políticas” contra Moscú, añadió Merkel, quien insistió en que éste no es el objetivo de su gobierno.

Una extensión de las sanciones ya en pie sólo se aprobará si es “inevitable”, enfatizó, y no hay que contar con que pueda decidirse en la cumbre de líderes de la Unión Europea que se celebrará esta semana en Bruselas, sino que, de ser preciso, ocurriría en la de junio.

Para Merkel, lo “fundamental” ahora es lograr que se permita el acceso de la ayuda humanitaria a la zona en conflicto del este de Ucrania, que se respete el alto el fuego y que se pueda verificar la retirada de armamento pesado asimismo acordada entre Kiev y los separatistas prorrusos con mediación de Rusia, Francia y Alemania. “Hasta ahora, no se ha logrado que la Cruz Roja Internacional acceda a esas zonas”, insistió Merkel ante Poroshenko, quien responsabilizó a Moscú de esa situación, de la vulneración del alto el fuego y de que no se haya producido aún el intercambio de prisioneros.

Poroshenko acudió a la capital alemana con propuestas como la ampliación de las sanciones contra Moscú o, cuando menos, una prórroga a las ya existentes hasta fin de año, según declaraciones del líder ucraniano al popular diario Bild.

Poroshenko calificó de “improbable” que Rusia recurra a su arsenal atómico, aunque llamó a la comunidad internacional a quitarse la “gafas de color de rosa” respecto de Moscú, ante la dimensión del conflicto que azota su país, un año después del referéndum de Crimea. “Hay que quitarse las gafas de color de rosa y comprender que la estructura de seguridad que garantizó la paz en Europa durante 70 años ya no funciona”, apuntó el presidente, en sus declaraciones al diario alemán Bild, coincidiendo con su visita oficial a Alemania.

Asimismo había planteado en ese mismo rotativo la posibilidad de impulsar un boicot al Mundial de Fútbol, con el argumento de que mientras haya guerra en Ucrania es ini-maginable que Rusia pueda ser la sede del torneo. Merkel dejó claro que no contempla nuevas sanciones si no se produce una escalada que lo haga inevitable y que ni se cuestiona un boicot a ese Mundial.

“Hay que concentrarse en lo que ocurra en 2015. Y, en lo futbolístico, antes del Mundial tenemos aún una Eurocopa, de lo cual me alegro mucho”, añadió la canciller, gran aficionada al fútbol y fanática de la selección alemana, campeona del mundo en Brasil.

Poroshenko insistió ante la canciller en calificar el conflicto ucraniano de “guerra global”, en que además de la seguridad de su país está en juego la de toda Europa. Esta guerra moviliza a 50.000 soldados por cada uno de los bandos y Moscú ha desplegado su mayor maquinaria militar. Antes de su reunión con Merkel fue recibido con honores militares por el presidente del país, Joachim Gauck, en su sede del Palacio de Bellevue.

La visita a Berlín de Poroshenko tenía un carácter altamente simbólico, por coincidir con el aniversario del referéndum que precedió a la anexión por Rusia de la península ucraniana de Crimea. Merkel reiteró su condena frontal a la “ilegítima violación de las fronteras” de Ucrania por parte de Rusia, al tiempo que recordó que todo el conflicto gira en torno de esa “vulneración territorial” con Moscú como transgresor y Kiev como país defensor de su soberanía, no al revés.

La cita en la capital alemana, coincidiendo con un aniversario traumático en la historia reciente ucraniana, derivó en ese claro respaldo de Berlín hacia Kiev, en términos idénticos a los que durante todo este año ha empleado Merkel para hablar de Crimea.

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