EL MUNDO › EL ENCUENTRO ENTRE OBAMA Y CASTRO EN EL QUE AVANZARON EN EL RESTABLECIMIENTO DE LAS RELACIONES
La cita en la que los presidentes de EE.UU. y Cuba acordaron discutir de todo fue evaluada positivamente por los medios y la sociedad cubana y parte de la clase política norteamericana. Malestar de republicanos y exiliados cubanos.
La reunión entre los presidentes Barack Obama y Raúl Castro generó más aceptaciones que rechazos tanto en Estados Unidos como en Cuba. La cita en la que ambos mandatarios acordaron discutir de todo fue evaluada positivamente por la clase política norteamericana, los medios y la sociedad cubana, tras haberse afianzado el acercamiento entre los dos países. En tanto, en Venezuela también se valoró la posibilidad de que en ese encuentro se abriera una puerta a futuras conversaciones con el gobierno estadounidense. La prensa cubana, con el diario Granma a la cabeza, calificó de histórica la participación en la VII Cumbre de las Américas y centró la expectativa en los resultados que a futuro coseche el encuentro que mantuvieron Obama y Castro.
Como muestra de la trascendencia que se da en Cuba al tema, el Granma, órgano oficial del gobernante Partido Comunista, que no circula los domingos, salió ayer con una edición especial dedicada a la cumbre de Panamá, con un título de tapa que rezó: “VII Cumbre de las Américas, una cita histórica”. “Raúl dijo allí que lo fundamental es que estamos dispuestos a discutir de todo, incluso sobre derechos humanos y libertad de prensa. De esas y de otras cuestiones, de Cuba y también de Estados Unidos”, consignó. Granma destacó además frases de Obama, entre ellas, aquella en la que expresó que entre Cuba y Estados Unidos seguirá habiendo diferencias profundas y significativas, o se tratará de “levantar las preocupaciones sobre democracia y derechos humanos”.
Por su parte, Juventud Rebelde, periódico de alcance nacional, publicó en su portada la foto familiar de todos los participantes en la VII Cumbre de las Américas con el titular “Gracias a Fidel (Castro) y al heroico pueblo cubano hemos venido a esta Cumbre”. El académico y ex diplomático cubano Carlos Alzugaray señaló que para la isla el balance de la cumbre fue de ganancia neta y evaluó que Raúl Castro sale del encuentro de mandatarios como un triunfador, porque no sólo logró el apoyo unánime de todos los jefes de Estado del continente, sino que además la cumbre certificó que Cuba está en el centro de la política exterior de Estados Unidos, país que ya no habla de un cambio de régimen en La Habana.
Desde la perspectiva de Alzugaray, tanto las palabras de Castro como las de Obama enfatizaron la voluntad de ambas partes de avanzar en el proceso de restablecimiento de relaciones. “Creo que la reunión entre ambos fue un buen impulso a la negociación”, dijo el analista. Cubanow, organización con sede en Miami, también saludó el encuentro entre Obama y Castro. Su director ejecutivo, Ric Herrero, apoyó en un comunicado el giro que tomaron las relaciones entre ambos países, allanado tras la cita panamericana. “Tomará tiempo para la población cubana lograr una transición plena hacia lo que aspiran ser”, consideró.
“Hoy la Guerra Fría ha acabado de verdad”, afirmó el director de la organización, partidaria de levantar el embargo y de abrir vías de diálogo con la isla. A diferencia de otros grupos de exiliados cubanos, para quienes el acercamiento entre los dos presidentes sólo legitima la opresión del castrismo, Herrera se mostró cercano a Obama cuando señaló que es contraproducente “tratar de insertarnos en formas más allá de la persuasión”. El director de Cubanow señaló que la política de aislamiento emprendida desde el exterior trabajó en contra de los objetivos de promover la democracia y los derechos humanos en Cuba. Por eso, dijo, su organización apoya la nueva era de compromiso constructivo que Obama y Castro iniciaron.
Pero la reunión entre los dos presidentes en la VII Cumbre de las Américas también despertó sentimientos de indignación y decepción entre exiliados cubanos en Miami. Sylvia Iriondo, presidenta del grupo Mar por Cuba, denunció que el encuentro y el apretón de manos de los mandatarios “legitima la opresión, violencia y barbarie que continúa llevando a cabo el régimen castrista”. Los candidatos republicanos a ocupar la Casa Blanca se sumaron al descontento de Iriondo. El senador por Texas, Ted Cruz, señaló ayer que el acercamiento de Obama concede a los hermanos Castro exactamente lo que quieren: un alivio económico y la legitimidad en la escena internacional.
“Este presidente ha demostrado que está dispuesto a hacer lo que nueve presidentes anteriores de ambos partidos no hubieran hecho: dar refugio a un dictador comunista en nuestro propio hemisferio”, agregó Cruz, de origen cubano y próximo al movimiento ultraconservador Tea Party. Por su parte, el ex gobernador de Florida, Jeb Bush –hermano de George W.–, dijo estar en desacuerdo poco antes de que se produjera el evento internacional. “Obama se reúne con Castro, pero se negó a reunirse con (el primer ministro israelí, Benjamín) Netanyahu. ¿Por qué legitimar a un cruel dictador de un régimen represivo?”, preguntó Bush en su cuenta de Twitter. El senador por Florida, Marco Rubio, cuya candidatura a presidente podría hacerse pública hoy, calificó de ridícula la posible salida de Cuba de la lista de países que patrocinan el terrorismo y dijo que esa iniciativa se relaciona con que Obama está empeñado en dejar un legado. El mandatario demócrata podría hacer ese anuncio en los próximos días.
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