EL MUNDO › PRUDENCIA FISCAL Y JUSTICIA SOCIAL, MANIFIESTOS DEL CANDIDATO ED MILIBAND
El partido de oposición británico promete un aumento del salario mínimo y de la inversión para la salud junto con medidas contra la evasión impositiva, además de un compromiso de equilibrio fiscal y reducción del gasto.
› Por Marcelo Justo
El mix programático que presentó el laborismo ayer para las elecciones del 7 de mayo promete un significativo aumento del salario mínimo, un incremento de la inversión para la salud y medidas contra la evasión impositiva junto a un intransigente compromiso de equilibrio fiscal y reducción del gasto. En un claro intento de presentarse simultáneamente como el partido de la “responsabilidad fiscal” y la “justicia social”, el líder laborista Ed Miliband señaló que “cada promesa que hacemos está detallada con su correspondiente financiamiento”. En el Reino Unido este mix constituye un giro a la izquierda del principal partido de oposición.
La plataforma electoral laborista se lee como un cuadro con dos columnas: promesas por un lado, financiamiento por el otro. Los 2,5 mil millones de libras (unos 4 mil millones de dólares) que destinará al Servicio Nacional de Salud se financiará con un aumento del impuesto a las propiedades tasadas en más de dos millones de libras, un incremento a las tabacaleras y un ataque a la elisión impositiva del sector financiero. El aumento de la inversión en educación se pagará “con un incremento impositivo de 800 millones de libras a los bancos” y la reducción impositiva a las pymes, con el congelamiento de una iniciativa para bajar el impuesto de las grandes corporaciones.
Entre las medidas más “sociales” se encuentra el aumento del salario mínimo a ocho libras la hora, la construcción de 200 mil hogares sociales por año y la prohibición de los ultrathatcheristas contratos de cero hora, por los que no se garantiza trabajo al empleado, aunque tiene que estar permanentemente disponible por si la empresa lo necesita. El congelamiento de las tarifas de gas, electricidad y del brutalmente caro boleto ferroviario son otras de las medidas para combatir lo que el laborismo ha llamado la “crisis del nivel de vida” de los últimos cinco años, que vieron la mayor caída del poder adquisitivo de las últimas décadas.
La agenda programática de la responsabilidad fiscal, en cambio, parece escrita por Margaret Thatcher. “Voy a hacer lo que ningún otro líder laborista ha hecho, que es comprometerme a recortar el gasto hasta que equilibremos las cuentas. Sólo salud, educación y la ayuda internacional se librarán de este recorte. Esto significa cortar el déficit cada año como para tener un superávit en cuanto sea posible en el próximo gobierno”, señaló Miliband. El manifiesto laborista abre con tres párrafos dedicados a este tema y se compromete a que la primera oración del próximo presupuesto en junio será “cortaremos el déficit cada año”.
El déficit se puede cortar bajando el gasto o incrementando la recaudación, sea por mayor crecimiento económico, aumento impositivo o ataque a la evasión y elisión fiscal. En su programa, los laboristas se comprometen a no incrementar impuestos directos (a los ingresos) o indirectos (al consumo o VAT). La única excepción es el 1 por ciento de más ingresos, que pasarán de pagar 45 a 50 peniques por cada libra que ganen por encima de las 150 mil libras anuales. A esto se suma la eliminación de una exención impositiva para unas 115 mil personas, la mayoría multimillonarios extranjeros, que en la ley vigente no pagan prácticamente impuestos porque pueden declarar que viven en el exterior a pesar de que pasan la mayor parte del año en el Reino Unido. Un caso emblemático es el dueño del Chelsea, el ruso Roman Abramovich. El cálculo es que cerrando esta rendija legal se podría recaudar mil millones de libras.
La probidad fiscal del programa es un intento de convencer al electorado de que su percepción del laborismo como despilfarrador de recursos es errónea.
Según el editor económico de The Guardian Larry Elliot, el estallido financiero de 2008 ha obligado al laborismo a abrazar la prudencia fiscal como una suerte de efecto Sísifo. “El laborismo se pasó la década del ’90 tratando de reconstruir su reputación como partido competente en cuestiones económicas. El daño causado por la peor recesión de la posguerra significa que tiene que hacer todo esto nuevamente. No es inusual que los votantes confíen más en los conservadores para temas económicos, pero sí sorprende la diferencia que existe hoy a favor de los tories. La prudencia fiscal es un intento de neutralizar esta área de vulnerabilidad”, señala Elliot.
Difícilmente con esta prudencia se puedan solucionar los problemas sociales acumulados en los últimos cinco años. Según la Trussell Trust, el año pasado se entregaron casi un millón de paquetes de alimentos de emergencia a gente que quedó bien por debajo de la línea de la pobreza: la ONG calcula que estas entregas aumentarán un 38 por ciento este año. La segunda pregunta es si el laborismo convencerá al electorado con su manifiesto. Por el momento las encuestas dan un empate técnico con los conservadores del primer ministro David Cameron. El 7 de mayo se conocerá la respuesta final a este interrogante.
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