Vie 17.04.2015

EL MUNDO  › LAS BATERIAS ANTIAEREAS PUEDEN ALCANZAR DOSCIENTOS KILOMETROS DE DISTANCIA

Irán compra misiles en Moscú

La Casa Blanca estimó que la decisión de Moscú de liberar la venta de sus misiles antiáereos a Irán muestra las dificultades que atraviesa la economía rusa, principalmente por las sanciones occidentales debido a la crisis desatada en Ucrania.

Rusia e Irán acordaron el suministro de los sistemas de misiles antiaéreos rusos S-300, que podrían ser entregados a Teherán antes de que termine el año, pese a las enérgicas protestas de Israel y la reticencia de Estados Unidos. “Este asunto está resuelto. Hay acuerdo y ya estamos discutiendo los plazos de suministro”, declaró Husein Dehgan, ministro de Defensa iraní, quien se encontraba de visita en la capital rusa. Esta operación fue defendida por el presidente ruso, Vladimir Putin, quien levantó el lunes el veto presidencial al contrato y recordó ayer que las sanciones de Naciones Unidas no incluyen el suministro de esos equipos militares. La Casa Blanca estimó que la decisión de Moscú de liberar la venta de sus misiles antiáereos a Irán muestra las dificultades que atraviesa la economía rusa, principalmente por las sanciones occidentales debido a la crisis de- satada en Ucrania.

Los israelíes, en tanto, temen que esas baterías, que pueden alcanzar hasta 200 kilómetros de distancia, permitan a Irán contar con un escudo antimisiles invulnerable para defender sus infraestructuras vitales ante un posible ataque exterior. De hecho, algunos analistas aseguran que los S-300, misiles de similares características a los Patriot norteamericanos, permitirían a Irán hacer frente a una posible invasión o ataque aéreo masivo que lancen Israel o Estados Unidos con cazas de la clase Stealth, helicópteros, bombarderos o misiles balísticos.

Por su parte, Dehgan recordó que el correspondiente contrato suscrito en 2007 para la venta de 40 baterías con cohetes tierra-aire, que Rusia había suspendido en 2010 luego de las sanciones impuestas por la ONU contra la república islámica por el desarrollo de su programa nuclear, debe ser adaptado a las nuevas circunstancias. “Hemos acordado que en el plazo de un mes todos los aspectos del contrato serán discutidos, el contrato será preparado y se cumplirá antes de fines de año”, dijo el funcionario iraní luego de reunirse con su colega ruso, Serguei Shoigu.

La mayoría de los expertos coinciden en que Moscú y Teherán deben firmar un nuevo contrato, toda vez que las baterías S-300PMU1 que Rusia iba a enviar a Irán, en virtud del acuerdo firmado en 2007, ya no se fabrican. A su vez, Dehgan aseguró que Moscú y Teherán acordaron profundizar la ayuda militar, en línea con el acuerdo suscripto durante la visita de Shoigu a Teherán que tuvo lugar el 20 de enero. “Hemos acordado que en un plazo de tiempo aceptable llevaremos a la práctica dicho acuerdo. A la vista de la coincidencia de nuestras posturas, podemos cooperar de manera eficaz y formar un nuevo orden internacional”, dijo. Mientras, Putin aprovechó su tradicional Línea Directa con la ciudadanía para asegurar que ya no existen trabas, ni políticas ni jurídicas, para esa cooperación militar tenga lugar tras el reciente preacuerdo alcanzado entre Teherán y las grandes potencias sobre el programa nuclear iraní. Recordó además que la decisión del Kremlin de prohibir ese suministro en 2010 fue una decisión unilateral y un gesto de buena voluntad ante los temores que despertaba el programa nuclear iraní.

El vocero del presidente Barack Obama, Josh Earnest, reiteró la inquietud de Estados Unidos por la venta de los misiles a Irán, preocupación que, aseguró, fue transmitida directamente a altos responsables del gobierno ruso. En principio, Earnest se negó a especular sobre las razones de Moscú para tomar la decisión, pero subrayó que el número de sanciones impuestas a Rusia debido a su apoyo a los separatistas en el este de Ucrania tuvo un impacto significativo en su economía.

“Entonces no es realmente una sorpresa que Rusia pueda estar desesperado por generar ingresos –señaló–. Pienso que la voluntad de Rusia de lanzarse en una transacción controvertida como ésta muestra que su economía está debilitada.” Israel reaccionó de inmediato al anuncio de Moscú. El primer ministro Benjamin Netanyahu expresó su preocupación a Putin ante la iniciativa de que, según él, aumentará la agresividad de Irán en la región.

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