EL MUNDO › UNA BARCAZA CON INMIGRANTES QUE PARTIó DE LIBIA RUMBO A ITALIA SE HUNDIó EN EL MAR MEDITERRáNEO
Según contó un sobreviviente, en el barco había unas 950 personas, 50 de las cuales eran niños y 200 mujeres. Hasta ahora fueron recuperadas unas 28 personas con vida y 24 cadáveres. Una nueva política migratoria se torna insoslayable.
› Por Elena Llorente
Página/12 En Italia
Desde Roma
Se calcula que unas 700 personas murieron ahogadas en la madrugada de ayer en el mar Mediterráneo, a unas 60 millas marinas (unos 110 km) de la costa libia. Eran todos inmigrantes. Al parecer se habían embarcado en Libia, un país acosado por una guerra civil, en alguno de esos puertos que los traficantes de seres humanos usan para sus negocios. Hasta ahora es poco lo que se ha podido saber de ellos. Las autoridades italianas están tratando de interrogar a los que están en condiciones de hablar. Según un sobreviviente, proveniente de Bangladesh, en el barco había unas 950 personas, 50 de las cuales eran niños y 200 mujeres. Hasta ahora han sido recuperadas unas 28 personas con vida y 24 cadáveres. La macabra escena fue descripta por el capitán de la nave portuguesa King Jacob a la que las autoridades navales italianas, sabiendo que se encontraba en la zona, le pidieron que interviniera para salvar a los inmigrantes. Es que la Guardia Costera recibió una llamada durante la noche diciendo que la nave con los inmigrantes estaba en dificultad. Por eso pidió a la nave portuguesa que interviniera en tanto llegaban los barcos de la marina italiana. El capitán de la nave mercantil portuguesa contó que cuando se estaban acercando a la barcaza de los inmigrantes, éstos se desplazaron todos hacia un lado y la barcaza se dio vuelta.
Según las autoridades marítimas italianas, del salvataje participaron luego varias naves, tres helicópteros y un avión. Se tiraron salvavidas y balsas desde el aire porque al ser la temperatura del mar de unos 17 grados, explicaron, es posible sobrevivir si se tiene de dónde agarrarse.
De confirmarse la cifra de muertos, de todas maneras, se trataría de la tragedia más grave en el llamado Estrecho de Sicilia desde la Segunda Guerra Mundial. Y las reacciones que ha provocado, sobre todo las críticas a la Unión Europea, van a dar que hablar. Es que hace algunos meses, Italia suspendió su operación de salvataje de inmigrantes en el Mediterráneo llamada Mare Nostrum, dando lugar a una operación dirigida por la Unión Europea denominada Tritón que, según las organizaciones de derechos humanos, no ha servido para nada.
“Si la Unión Europea no reacciona y sigue cerrando los ojos, será juzgada en términos más duros que en el pasado, cuando la ceguera permitió el genocidio”, dijo muy convencido el primer ministro de la isla de Malta, Joseph Muscat. Malta, como Italia, Grecia, España, es tierra de destino de los inmigrantes que por vía marítima, desde Africa y Medio Oriente, quieren llegar a Europa para hacerse una vida nueva.
“Expreso mi más sentido dolor ante esta tragedia. Hago un cuidadoso llamado a la comunidad internacional a fin de que actúe con decisión y rápido a fin de evitar que similares tragedias se repitan”, dijo el papa Francisco ayer en el Angelus, la oración que reza a medio día desde la ventana del Palacio Apostólico que da a la Plaza San Pedro. E invitando a los fieles reunidos en la plaza a rezar por los desaparecidos agregó: “Son hombres y mujeres como nosotros, hermanos nuestros que buscan una vida mejor, hambrientos, perseguidos, heridos, explotados, víctimas de guerras que buscan una vida mejor, buscan la felicidad”. Francisco siempre ha sido muy sensible al tema de los inmigrantes. Su primer viaje fuera de Roma, en efecto, pocos meses después de haber sido elegido pontífice, fue precisamente a la isla italiana de Lampedusa –a un centenar de kilómetros de Libia– para rendir homenaje a los miles de inmigrantes ahogados en ese mar en su intento por llegar a la Europa de los sueños. Según cifras del Ministerio del Interior italiano, desde enero de 2015 desembarcaron en Italia 23.500 inmigrantes pero otros 1600 murieron en el mar.
“Es necesario un Mare Nostrum europeo”, declaró por su parte Carlota Sami, portavoz de Unhcr, el alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. “Con medios adecuados”, subrayó en tácita alusión a la escasez de medios que se le atribuyen a la operación Tritón de la Unión Europea.
El gobierno italiano, mientras tanto, que como Grecia y Malta critica a otros países europeos que prácticamente se lavan las manos sobre el tema dejando el problema a los estados mediterráneos, prometió insistir ante las autoridades europeas. El primer ministro Matteo Renzi se puso en contacto ayer con el presidente socialista francés François Hollande y, según se informó, propondrá una cumbre extraordinaria de la UE sobre migración a realizarse en los próximos días. Algo similar ha propuesto Federica Mogherini, ex canciller italiana y actual representante de la UE para los Asuntos Exteriores, que hoy propondrá el asunto en la reunión del Consejo de Exteriores de la UE.
Pero no todos coinciden en Italia ni en Europa sobre el tema inmigración. En la medida en que en algunos países, como en Francia, está creciendo la derecha –tradicionalmente opuesta a todo tipo de inmigración–, los expertos estiman que los gobiernos de esos países serán mas reticentes a tomar medidas que favorezcan la llegada los pobres habitantes del Tercer Mundo. Un ejemplo de la actitud de esos sectores la dio el actual líder de la derechista Liga Norte de Italia, Matteo Salvini. Según Salvini, Europa debe imponer un “inmediato bloqueo naval ante las costas libias” de modo de impedir que de allí partan las barcazas con inmigrantes. El tema inmigración sigue siendo cada vez más importante en Europa y muchos se preguntan hasta cuándo la UE seguirá postergando una nueva política migratoria que afronte el problema.
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