EL MUNDO • SUBNOTA › HERNáN DEL VALLE, EXPERTO ARGENTINO DE MéDICOS SIN FRONTERAS
Del Valle lamenta que la Unión Europea no tenga voluntad política para pensar medidas migratorias. Evidencia de ello es que los países europeos decidieron no seguir con los operativos de rescate que realizaba la Marina italiana.
Durante el año pasado, más de 3400 personas perdieron la vida en el Mediterráneo en su intento desesperado por cruzar a Europa, según un informe elaborado por la Agencia de Control de Fronteras Exteriores de la Unión Europea (UE). Los conflictos armados que actualmente se libran en Africa y Medio Oriente son el principal motivo por el cual cientos de hombres, mujeres y niños diariamente deciden dejar sus países de origen. Pese a esta situación, la UE continúa con su negativa a elaborar un plan que contemple la búsqueda y rescate de los inmigrantes que intentan alcanzar la orilla del viejo continente. El responsable de Asuntos Humanitarios de Médicos Sin Fronteras, el argentino Hernán del Valle, afirmó a Página/12 que tragedias como la de ayer, con 700 desaparecidos, y la ocurrida la semana pasada –en la que más de 400 norafricanos murieron frente a las costas de Libia– podrían ser evitadas. “Evitar las muertes en el Mediterráneo es una decisión política. Por el momento, parece que prefieren darle la espalda al problema de la inmigración”, aseguró.
Del Valle afirmó que el cruce del Mediterráneo en pequeños barcos es tan sólo una parte del camino que recorren la mayoría de los inmigrantes que son rescatados en altamar. “Si alguien sale de Siria –uno de los países del que más personas se escapan–, el camino hasta llegar a Libia, desde donde se cruza hacia Europa, normalmente toma varios meses. En ese tiempo, los inmigrantes están en manos de una red de trata de personas y sometidos a maltratos, explotación y mala alimentación”, expresó. En esa ruta, muchas personas son arrestadas y encarceladas en centros de detención. Incluso suelen ser entregadas a las autoridades por los mismos traficantes que les prometen el acceso al viejo continente.
Sin embargo, afirmó Del Valle, la parte más complicada es la que se inicia al subirse a las embarcaciones. “Una vez que llegan a Libia, los inmigrantes se suben a botes que no tienen la autonomía ni el combustible para alcanzar la costa europea, además de las condiciones poco predecibles del mar Mediterráneo. En el mejor de los casos, los refugiados viajan en barcos cargueros, que no tienen las condiciones de higiene mínimas para transportar personas más allá de su tripulación”, relató el experto de Médicos Sin Fronteras. Y prosiguió: “Los inmigrantes suelen llegar sin comer y en caso de deshidratación extrema. Pero por sobre todo vemos que presentan heridas abiertas o quemaduras producto de la exposición directa al sol”, dijo. No obstante, afirmó Del Valle, una de las consecuencias más terribles del viaje es el impacto psicológico que éste genera en los refugiados. “Psicológicamente, los inmigrantes son muy vulnerables. Es muy difícil ponerse en los pies de una persona que está haciendo ese viaje. Es muy traumático saber que de pronto el bote puede empezar a hundirse por una tormenta, o mismo no saber si vas a llegar con vida a la otra orilla; es muy desgastante.”
Pese a esta situación, desde hace algún tiempo la UE decidió no tomar cartas en el asunto. A finales del 2013, el gobierno italiano puso en funcionamiento el operativo Mare Nostrum. El programa fue exitoso, ya que logró salvar la vida de más de 150.000 personas. Pero su elevado costo fue el motivo del cese del operativo. En tan solo un año, Mare Nostrum demandó a las arcas italianas cerca de 144 millones de euros. “Cuando terminó la temporada, Italia le pidió a la UE que de allí en adelante se hiciera cargo de los operativos de rescate. Sin embargo, los países europeos decidieron no seguir con los trabajos que realizaba la marina italiana, lo cual representa una decisión política lamentable”, explicó Del Valle, quien señaló que la UE reforzó los dispositivos de vigilancia y control de fronteras, en vez de los de búsqueda y rescate.
Médicos Sin Fronteras intentará cubrir el hueco vacío dejado por el operativo Mare Nostrum, a partir del lanzamiento de un programa de búsqueda y rescate de refugiados, realizado en conjunto con la Estación de Ayuda al Migrante por Mar (MOAS, Migrant Offshore Aid Station). “El operativo pone a disposición médicos, rescatistas, barcos y drones para vigilar las aguas del Mediterráneo y brindar asistencia a los refugiados que intentan llegar a Europa. Nadie merece morir, y nosotros haremos todo lo que esté a nuestro alcance para asegurar que los que se sientan obligados a cruzar el mar no se ahoguen.”
El responsable de Asuntos Humanitarios de Médicos Sin Fronteras expresó que si la UE quiere evitar más muertes en su frontera marítima debe repensar su política migratoria. “El argumento que pone la UE para no continuar el operativo Mare Nostrum es que consideran que sería abrir un factor de llamada: creen que si ponen a disposición de los inmigrantes una serie de operativos de rescate, están incentivando a que lleguen cada vez más personas. Esto es una falacia, ya que el problema no es la gente que se rescata, sino los muertos a causa de la inacción política. La pasividad de los gobiernos lleva a la gente a tomar decisiones desesperadas”, expresó Del Valle, quien señaló que Europa debe plantearse si la hostilidad hacia los refugiados que buscan asilo es una política razonable. “Es una verdadera pena que la UE, teniendo la solvencia económica para financiar un plan de rescate que permita salvar la vida de miles de personas, le dé la espalda al problema por una cuestión política que no les interesa resolver”, expresó Del Valle.
Informe: Gustavo Gerrtner
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