Al menos 13 insurgentes murieron en el bombardeo de un avión no tripulado de Estados Unidos en el este de Afganistán, en una zona cuyo control se disputan los talibán y el Estado Islámico (EI). El ataque del drone tuvo como objetivo un vehículo todoterreno en el que viajaban las víctimas, en el remoto distrito de Achin. Esta localidad fue escenario en las últimas semanas de enfrentamientos entre miembros de ambos grupos insurgentes. El portavoz de la policía, Hazrat Husain Mashriqiwal, expresó que los aviones no tripulados de las tropas extranjeras actúan en el noreste, en especial en las áreas de difícil acceso fronterizas con Pakistán. “Los militantes están siendo objetivo –de drones– en áreas remotas de montaña, inaccesibles para las tropas afganas de infantería”, afirmó el portavoz. Las áreas fronterizas con Pakistán tienen un importante valor estratégico para los insurgentes en Afganistán, cuyo escenario de guerra fue alterado con la reciente irrupción de nuevos grupos que proclaman su lealtad al EI. La OTAN puso punto final en 2014 a su misión de combate en Afganistán, sustituida desde enero por una operación con 4000 soldados en tareas de asistencia y capacitación. Estados Unidos mantendrá desplegados a 9800 militares hasta final de año como parte de su misión “antiterrorista”, después de que el mandatario norteamericano Barack Obama ordenara la ralentización de la salida de las tropas de ese país prevista inicialmente para este mismo año.