Un bebé palestino murió calcinado ayer y otros tres miembros de su familia resultaron gravemente heridos cuando encapuchados incendiaron su vivienda en la ocupada Cisjordania. El ataque fue atribuido a colonos ultraderechistas israelíes, el cual desató la condena y rechazo internacional. Además, anticipó el presidente palestino Mahmud Abbas, el caso será llevado a la Corte Penal Internacional (CPI). El premier Israelí Benjamin Netanyahu condenó el ataque y ofreció sus condolencias.

El horror comenzó en la madrugada de ayer, cuando los encapuchados se infiltraron en la aldea palestina, ubicada en Duma –cerca de varios asentamientos israelíes–, y arrojaron un cóctel molotov por la ventana. El padre rescató a su esposa y a al mayor de sus hijos, pero no pudo socorrer al niño de tan sólo 18 meses de edad, identificado como Ali Saad Dawbasha. Los tres miembros de la familia sobrevivientes –su padre, Saed, de 32 años, su madre, Rihan, de 27, y su hermano, Ahmad, de 4–, quemados y casi asfixiados, consiguieron salir de la casa, pero, en la oscuridad y ahogados por el humo, perdieron a Ali. En las paredes de las viviendas atacadas fueron pintados mensajes en idioma hebreo con la inscripción “el precio que hay que pagar” y “larga vida al Mesías”. Estas leyendas son la firma usual de los activistas de extrema derecha en sus ataques contra palestinos y a lugares de culto musulmanes y cristianos.

El cuerpo del pequeño fue sepultado al mediodía ante medio millar de personas. Hatem, un vecino de Duma, de 27 años, señaló que llegó a la vivienda apenas cinco minutos luego del ataque. “El padre gemía, angustiado, por su hijo que había quedado dentro. Entramos para intentar salvarlo pero estaba muerto, carbonizado”, dijo.”Tenemos a menudo problemas con los colonos, pero es la primera vez que entran a Duma con la intención de matar”, opinó.

En las cercanías del asentamiento, donde viven cerca de 3000 palestinos, el Ejército rastrilló la zona para encontrar a los autores del ataque, si bien todavía no hubo ninguna detención. Testigos afirmaron que vieron huir a al menos dos hombres enmascarados en dirección a Maale Efraim, uno de los asentamientos israelíes, considerados ilegales por la comunidad internacional, que se levantaron desde hace años a escasa distancia del enclave palestino.

Netanyahu, el premier israelí, llamó por teléfono a Abbas para darle sus condolencias. “Israel está conmocionado por este censurable ataque. Debemos luchar juntos contra el terrorismo, más allá del lado del que proceda”, según informó su oficina en un comunicado de prensa. El premier israelí aseguró que también ordenó al Ejército usar todos los medios para localizar a los asesinos.

Por la tarde, Netanyahu visitó al hermano del bebé asesinado, que fue hospitalizado en estado crítico en el Centro Médico Chaim Sheba de Tel Hashomer, en Tel Aviv. “Vengo de visitar en su cama al niño de cuatro años Ahmed Saed. Estamos haciendo todo lo que podemos para salvarle. Sus padres están en otras partes del sistema de salud israelí, donde les estamos dando el mejor tratamiento para salvar sus vidas”, dijo.

Horas antes de esta comunicación, Abbas responsabilizó por la agresión al Ejecutivo del premier israelí por la protección que brinda a los colonos desde hace años. “Hablando con franqueza, este crimen fue cometido por el gobierno israelí, porque impulsa la colonización en todas partes en Cisjordania y Jerusalén, algo que, claramente, anima a esos colonos criminales a hacer lo que están haciendo.” También anunció que recurrirá a la CPI para que investigue los hechos y se juzgue a los responsables. “Ya estamos preparando el expediente que presentaremos ante la CPI. Denunciaremos los crímenes de guerra y contra la humanidad que los israelíes cometen diariamente contra el pueblo palestino.”

El mandatario exigió que Netanyahu detenga inmediatamente la construcción de asentamientos y convocó a la comunidad internacional –especialmente a Estados Unidos– a condenar a la dirigencia israelí. A través del portavoz adjunto del Departamento de Estado, Mark Toner, Washington se pronunció respecto al atentado. “El gobierno de Estados Unidos condena en los términos más rotundos posibles el despiadado ataque”, señaló. “Damos la bienvenida a la orden del primer ministro (Netanyahu) para que las fuerzas de seguridad israelíes usen todos los medios para aprehender a los asesinos”, agregó.

Por su parte, el canciller de la Autoridad Palestina, Riyad al Maliki, afirmó que Israel y el resto de los países del mundo deben definir como terroristas a los grupos de colonos que cometen este tipo de ataques “con precio a pagar”. Al Maliki urgió al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a actuar contra este tipo de ataques contra civiles palestinos. “El repetido desconocimiento del terrorismo organizado de los colonos israelíes es un estigma de la comunidad internacional.”

En tanto, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon condenó el asesinato del bebé. “La persistente incapacidad para poner fin a la impunidad de los colonos ha conducido a un nuevo y horrible incidente y a la muerte de un inocente”, destacó. Por otro lado, la Unión Europea (UE) pidió ayer “tolerancia cero” ante la violencia en Cisjordania. “El asesinato a sangre fría del bebé palestino es un recordatorio trágico de la dramática situación en la región, que subraya la urgente necesidad de una solución política”, declaró la jefa de diplomacia del bloque, Federica Mogherini.

Israel reforzó la seguridad desde la primera hora de la mañana en Jerusalén, donde impidió la entrada a la Explanada de las Mezquitas a los varones palestinos de menos de 50 años para la oración del mediodía.

Los ataques tuvieron lugar después de una semana de protestas de colonos contra la demolición, ejecutada el miércoles por el propio gobierno israelí, de dos edificios en el asentamiento de Bet El y la expulsión de cientos de colonos del de Samur, en el norte de Cisjordania, evacuado forzosamente hace diez años y al que exigían volver.