EL MUNDO › EL GRUPO DE ACREEDORES SE REUNIó EN ATENAS CON EL MINISTRO DE FINANZAS
Con la llegada de la representante del Fondo Monetario Internacional, se completó el equipo de la nueva “cuadriga”, formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Mecanismo de Estabilidad Europeo.
Grecia comenzó ayer las conversaciones con los jefes de equipo de sus acreedores internacionales, después de que una docena de técnicos de las instituciones estuvieron desde el martes recopilando en Atenas datos sobre el estado de las finanzas públicas. Con la llegada de la representante del Fondo Monetario Internacional (FMI), Delia Velkulesku, se completó el equipo de la nueva “cuadriga”, formada por Declan Costello, de la Comisión Europea (CE); Rasmus Roffer, del Banco Central Europeo (BCE); y Nicola Giammarioli, del Mecanismo de Estabilidad Europeo (MEDE).
En una reunión que tuvo lugar en un hotel del centro de Atenas, el ministro de Economía griego, Yorgos Stathakis, y el de Finanzas, Euclides Tsakalotos, discutieron con el cuarteto temas logísticos, así como problemas “nuevos” que han surgido a lo largo de los últimos meses, como el objetivo presupuestario o la necesidad de recapitalizar la banca.
Tras el encuentro, Tsakalotos señaló que había transcurrido en “muy buen clima”, pero que hubo “convergencia en algunos puntos, y menos convergencia en otros”.
El FMI ha vuelto a insistir en que no participará en un nuevo programa de rescate financiero a Grecia hasta que las autoridades griegas hayan concretado su financiación durante doce meses y hayan aplicado reformas estructurales, y los socios europeos hayan asumido un compromiso concreto de reestructuración de la deuda.
En ese contexto, los jefes de las instituciones exigieron al Ejecutivo griego aprobar nuevas reformas antes de la firma del rescate, que la CE ya avisó que debían llevarse a cabo, y que, según fuentes comunitarias citadas por medios locales, podrían incluir cambios en la fiscalidad de los agricultores y la abolición de la jubilación anticipada.
Fuentes del Ministerio de Finanzas, por su parte, informaron ayer de la existencia de las primeras disensiones con los socios, en concreto sobre el impuesto de solidaridad para los ingresos superiores a los 500.000 euros, que el gobierno quiere aumentar del 4 al 8 por ciento, mientras que los acreedores quieren limitarlo al 6 por ciento, con el argumento de que una cantidad mayor podría incitar a la evasión fiscal.
“Se trata de una decisión política para la redistribución de la carga impositiva entre la población del país”, señalaron las fuentes ministeriales al defender su postura. Las conversaciones abarcaron además cuestiones sobre un nuevo marco para la regulación del mercado laboral que debería aplicarse a finales de 2015. Asimismo, la “cuadriga” se reunió durante la tarde con el gobernador del Banco Central de Grecia, Yannis Sturnaras, para abordar la recapitalización de los bancos, que quedaron fuertemente afectados tras más de veinte días de corralito.
La Comisión Europea estimó ayer que la advertencia del FMI de que si no hay una quita de la deuda griega no participará en el nuevo rescate para Atenas es “totalmente compatible” con la agenda de Bruselas. La entidad internacional de préstamo con sede en Washington advirtió que si Atenas no acepta un paquete de reformas completo, y los europeos no se comprometen a un recorte de la deuda griega, no se sumará al tercer plan de ayuda para Atenas.
“Se requieren decisiones difíciles en ambos lados”, advirtió el jueves un responsable de la entidad internacional. “El FMI sólo participará una vez que se den estas dos condiciones”, añadió, asegurando que esto no ocurrirá antes de varios meses. Según la portavoz del Ejecutivo europeo, Mina Andreeva, “está claro que el FMI tiene una serie de procedimientos y un calendario diferente”.
“Es un procedimiento en dos etapas, conforme a lo que se discutió en la cumbre europea del 12 y el 13 de julio, y esto es totalmente compatible con la agenda europea”, agregó, en un punto de prensa ya programado.
Los europeos quieren concluir las negociaciones para el nuevo rescate antes del 20 de agosto, fecha límite para que Grecia cumpla con un cupón de 3.200 millones de euros que debe al Banco Central Europeo.
“La idea es hacerlo ayudados por la experiencia del FMI, y después durante el año analizar las medidas que se puedan aplicar a la deuda griega”, estimó la portavoz.
A su vez, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, obtuvo ayer luz verde para seguir negociando un tercer rescate financiero con la Unión Europea (UE) y, al relegar a un congreso extraordinario la definición de la estrategia de su coalición anti ajuste Syriza, mitigó en parte el riesgo de cisma por el plan de austeridad aceptado en la Eurocumbre.
Ayer enfrentó cuestionamientos de la oposición en una ronda de preguntas y respuestas en el Parlamento, en la que negó que tuviera un plan B para la salida de Grecia del euro. “Nunca tuvimos un plan de salida ni elaboramos tales planes”, dijo durante una interpelación parlamentaria de la bancada socialdemócrata. El premier griego aclaró que sí tenían planes para hacer frente a una emergencia si eran forzados a salir de la Eurozona.
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