EL MUNDO › LA URBE RECIBE REFUGIADOS
› Por Tony Paterson *
Los primeros 20.000 refugiados de Munich llegaron y fueron enviados a su destino con los buenos deseos de una ciudad orgullosa de ayudar. Ayer se esperaban otros 10.000 y la disposición de los residentes de Munich para proporcionar asilo parecía ser ilimitada.
Aun mientras la canciller alemana, Angela Merkel, anunció ayer que Alemania destinará unos 6 mil millones de euros para ayudar a financiar y albergar a los recién llegados, los habitantes de una de las ciudades más ricas de Europa se enfrentaron de repente con la miseria de los años de terror y el conflicto en Medio Oriente.
Gisela Hammerl estaba parada en el andén de la estación de Starnberg de Munich con algunas tarjetas de telefonía celular. “Me dijeron que eso era lo que los recién llegados necesitan más”, le dijo a The Independent. “¿Por qué vine aquí? Tenía que hacerlo. En comparación soy muy rica. Quiero dar toda la ayuda que pueda.” El afán de ayudar es tan grande que la ciudad se ha visto obligada a elaborar listas de espera para los voluntarios que quieran ayudar al flujo de refugiados y migrantes que llegan de Hungría y Austria.
Hungría se vio obligado a dejar que los refugiados viajasen a Alemania el viernes pasado. “No hay fin al éxodo a la vista”, admitió Christoph Hillenbrand, el presidente de la Alta Baviera que está supervisando la ayuda a los refugiados y el programa de transporte de Munich. “Si sigue así nos vamos a quedar sin espacio”, dijo. “Estamos haciendo todo para que Munich sea un faro en Alemania”, añadió. Un portavoz de la policía dijo: “Esperamos que lleguen alrededor de 300 personas por hora”.
En la estación de Starnberg ayer, algunos refugiados renqueaban con zapatillas gastadas, otros blandían pancartas que decían: “Gracias Alemania”. La mayoría sonreían deleitados, algunos luchaban por contener las lágrimas.
Los primeros 400 de lo que prometía ser una nueva ola de refugiados comenzaron a llegar a la estación principal de Munich a última hora de ayer mientras la mayor crisis de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial entraba en su segunda semana. Mientras los recién llegados de Siria, Afganistán e Irak descendían lentamente de un tren austríaco, decenas de simpatizantes estallaron en aplausos.
Los autobuses llevaron a los recién llegados a los centros de recepción para llenar las solicitudes antes de ser puestos en trenes a nuevos destinos en Alemania. En el complejo de comercio de Riem en Munich, 1700 refugiados tuvieron camas de campaña. También se utilizaron los edificios escolares y universitarios.
Amid Mohammed, un refugiado de Siria con una bebé en sus brazos, era uno de los muchos agradecidos de haber llegado a Alemania. Les tomó 30 días a él y a su esposa poder huir de Siria a través de Turquía, Grecia y Macedonia. Cuando llegaron a Hungría, la pasaron muy mal durante siete días afuera de la estación de tren Keleti, en Budapest. “Fue terrible”, dijo Mohammed. “Amo Alemania.”
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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