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› ISRAEL OCUPO RAMALA Y FUE ATACADA DESDE EL NORTE
Bienvenido a Tierra Santa
El norteamericano Anthony Zinni llega mañana a Medio Oriente con la misión de lograr un cese del fuego en medio de la peor crisis.
Por Graham Usher*
Desde Jerusalén
Israel enfrentó ayer la perspectiva de un segundo frente abierto en el conflicto de Medio Oriente cuando hombres armados mataron a siete israelíes a un kilómetro de la frontera norte del país con Líbano. Fue el episodio más violento en la región israelí de Galilea occidental desde la retirada del Líbano en mayo de 2000. Hay temores de que el conflicto en los territorios autónomos palestinos, que se parece cada vez más al del Líbano, se haya extendido hacia el norte, con la participación de combatientes de la guerrilla libanesa pro iraní Hezbolá en la lucha palestina. En los territorios autónomos, el Ejército israelí completó ayer la ocupación de Ramalá, ciudad que funciona como la “capital” palestina dentro de Cisjordania y donde hasta anteayer estaba confinado Yasser Arafat. La operación dejó cinco palestinos muertos.
Los enfrentamientos en Cisjordania y Gaza se extendieron bastante más allá de Ramalá. En la madrugada de ayer, los ataques de helicópteros israelíes contra puestos de la seguridad palestina en la región de Deir al Balá (franja de Gaza) dejaron un muerto palestino. Más tarde, un guardia de una colonia judía cercana a la ciudad fue muerto por disparos palestinos. En la mañana, cuatro palestinos murieron en un ataque de helicópteros israelíes cerca de Jan Yunes, en el sur de la franja de Gaza. Y esta seguidilla de enfrentamientos se produjo horas después de una vasta ofensiva israelí sobre el campamento de refugiados de Jabaliya (franja de Gaza), que dejó 17 palestinos muertos. El ejército israelí dijo que liberó ayer a la mayoría de los palestinos hechos prisioneros durante las incursiones de los últimos días en Tulkarem, Deheishe y Kalkilia.
Y ahora se abre otro frente de combate. Hombres vestidos con uniformes del ejército israelí abrieron fuego sobre un autobús y dos autos en la ruta que une la ciudad de Shlomi con el kibbutz Metzuha. Entre los muertos hubo dos mujeres y un oficial de policía. Seis israelíes fueron heridos, uno de ellos gravemente. El ejército y la policía montaron una operación masiva de barrido alrededor del kibbutz, matando a dos de los agresores en un tiroteo que duró 30 minutos en una plantación de bananas. Se supone que otros tres escaparon. Amplias zonas de la región fronteriza israelí fueron puestas en alerta máxima. Los habitantes de ciudades como Kiryat Shmona, que está a 40 kilómetros de donde ocurrió el hecho, fueron instruidos para que permanecieran en sus hogares y para que los escolares no abandonaran sus aulas. “Estamos todos conmovidos. Pero en estos días se puede esperar cualquier cosa”, dijo Barul Kadmon, habitante de Metzuha.
Un alto funcionario de inteligencia israelí había dicho poco antes del hecho a la Knesset (Parlamento israelí) que Hezbolá estaba preparando un “importante ataque” en las ciudades de la frontera con Líbano. Pero anoche no quedaba claro cuál era el grado de involucramiento libanés en el ataque. Funcionarios libaneses y oficiales de policía israelíes negaron que hubiera alguno. “No hay indicios de una infiltración terrorista desde la frontera norte”, declaró el jefe de policía de Galilea, Yehuda Sluman. Pero otros oficiales del ejército israelí sugerían que, aunque los asaltantes quizás hayan sido palestinos provenientes de Israel o de los territorios autónomos, el ataque “puede haber sido planificado en Líbano”.
Estas advertencias fueron sostenidas por el primer reporte que se atribuyó el atentado, que salió en la estación de televisión Al Manar, propiedad de Hezbolá. “Los Combatientes Sagrados de la Intifada (grupo desconocido hasta el momento) lanzaron sus operaciones en la zona norte de la Palestina ocupada (en referencia a la Galilea occidental israelí) atacando a un autobús sionista cerca del asentamiento de Shlomi”, dijo la presentadora de noticias. Agregó que los asaltantes eran palestinos. Más tarde, las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, un brazo armado del movimiento Al Fatah de Arafat, también se atribuyó el ataque. La tensión entre Israel y Hezbolá ha estado creciendo en los últimos días. El lunes, Hezbolá había disparado misiles antiaéreos cerca de Shlomi, en respuesta, según dijo, a las violaciones israelíes del espacio aéreo del Líbano. Israel negó la acusación. Más tarde, el mismo lunes, hubo un intercambio de disparos cerca de la aldea dividida de Ghajar, que se encuentra exactamente en el límite. Y la semana pasada, el jefe de Hezbolá, el jeque Hussein Nasralá, dijo que la organización está tratando de equipar a los palestinos en Cisjordania y Gaza con misiles Katiusha, de manera de servir “a los más altos intereses de la intifada”.
*De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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