Desde Barcelona

Las elecciones que en una semana definirán el nuevo gobierno de Cataluña para muchos definirán también el inicio o no de un proceso firme hacia la independencia de España. Los dos principales partidos –Convergència y Esquerra Republicana– se unieron en una lista única –Junts pel Sí (Juntos por el Sí)– con el objetivo de conseguir la mayoría necesaria para la creación de un Estado propio. Otras candidaturas, como las del Partido Popular (PP), rechazan frontalmente la secesión. Un tercer grupo de candidaturas gira en torno de reformas sociales y económicas que no dependen exclusivamente de la independencia. Es el caso de Catalunya Sí que es Pot (Cataluña Sí que se Puede), la formación que apoya Podemos y que lidera Lluís Rabell, veterano activista y hasta ahora presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona.

–El viernes pasado millones de personas se manifestaron a favor de la independencia. ¿Cómo se reflejará esa convocatoria en las urnas el 27?

–El pasado 11 de septiembre mucha gente se movilizó a favor de la independencia, fue un éxito de los convocantes. Pero todos ellos, y mucha más gente, el 80 por ciento de la población de Cataluña, defienden el derecho a decidir, la celebración de un referéndum como el mejor instrumento para decidir nuestro futuro político. Eso es lo que pide Catalunya Sí que es Pot y es lo que impulsaremos a partir del 27.

–¿Por qué su lista se opone a la consideración de estas elecciones en clave plebiscitaria?

–La idea de transformar unas elecciones en un plebiscito es un error porque en estos comicios no decidimos solamente sobre un tema. Algunos no quieren que hagamos balance del gobierno de Convergència (CDC) con el apoyo de Esquerra Republicana (ERC), y de las políticas compartidas de austeridad, recortes y privatizaciones del PP y CDC en Madrid. Este es el verdadero debate del 27, escogemos un Parlamento que deberá elegir a un presidente del gobierno que deberá impulsar políticas en todos los ámbitos y obviamente sumar el máximo de fuerzas para que el pueblo catalán, de forma libre y soberana, como sujeto político, decida su futuro y su relación con el resto del Estado español mediante un referéndum.

–Catalunya Sí que es Pot no es partidario de una declaración unilateral de la independencia, sino de abrir un proceso constituyente en el que se rediseñe la relación con el resto del Estado. ¿Cómo plantean ponerlo en marcha si, como hasta ahora, el gobierno central se niega en banda?

–La negociación siempre deberá existir y por lo tanto se trata de cambiar la correlación de fuerzas con el Estado español. Fue posible en las municipales, lo será en las elecciones del 27 y seguro que también en diciembre. Nuestra propuesta se basa en un proceso constituyente catalán y también del Estado desde un acuerdo social que se impulse desde abajo, con la participación de la ciudadanía para decidir el modelo económico, social y político del país y a la vez impulsar un pacto por la democracia con las fuerzas políticas.

–Para las formaciones independentistas, la creación de un Estado propio es la única vía de llevar a cabo verdaderas reformas sociales y económicas.

–Esta es la mentira sobre la que sostiene sus intereses personales Artur Mas. Haciendo un repaso podemos ver que muchas decisiones tomadas por su gobierno han supuesto recortes en derechos y bienestar, como la privatización del agua, los recortes en becas y ayudas sociales, cierres de camas de hospitales, menos profesionales de la salud, la reforma laboral, la amnistía fiscal a defraudadores, las sedes embargadas, la corrupción. El debate se debe situar en quién gobierna el país: si la derecha liberal, de los recortes y las políticas para los amigos, o los que representan a las clases populares y defienden la justicia social.

–Después de ver lo sucedido en Grecia, ¿cree que la Unión Europea (UE) dejaría que Cataluña, si se independiza, quedara fuera del euro?

–Si el proceso lo hacemos bien y mediante referéndum, la permanencia en la UE es muy probable. Es importante tener legitimidad y reconocimiento internacional en el proceso. En este sentido quiero recordar que Catalunya Sí que es Pot tiene el apoyo en el proceso constituyente y en el ejercicio del derecho a decidir de fuerzas políticas como Mes de las Islas Baleares, Compromís del País Valenciano, Izquierda Unida y Podemos de ámbito estatal, los Verdes de Europa y las fuerzas progresistas de Latinoamérica.

–¿Cuáles son las primeras medidas que pondría en marcha de llegar a la presidencia de la Generalitat?

–Impulsar un Plan de Rescate Ciudadano ante la situación de emergencia social que estamos viviendo con medidas que serán implementadas en los primeros 100 días en diferentes ámbitos: servicios sociales, vivienda, educación, pobreza energética, ocupación y precariedad, salud, rentas y democracia. Queremos crear trabajo de calidad, con un plan para el empleo en sectores como la economía verde y el Estado del Bienestar. Pensamos también revertir el proceso de privatización en el ámbito de la salud incrementando los presupuestos para equipararnos con los países de la UE y, en educación, apostamos por una escuela pública de calidad, defendiendo la inmersión lingüística y la laicidad con la paralización de la aplicación de las leyes discriminatorias del PP.

–¿La propuesta de la confluencia Barcelona en Comú que lidera Ada Colau es un modelo de referencia?

–Me siento plenamente representado por las políticas y compromisos que ellos están impulsando. Nuestra propuesta programática se articula desde los mismos valores de la radicalidad democrática, el cambio de modelo para hacer frente a la austeridad y la revolución ciudadana desde abajo para el bien común. Nuestra candidatura, aparte de defender los mismos valores, está participada por Podemos, Iniciativa per Catalunya (ICV) e Izquierda Unida (EUiA), activos políticos y partidos integrantes de la candidatura de Barcelona en Comú. El ciclo electoral para cambiarlo todo empezó con las municipales (Barcelona, Valencia, Madrid, Cádiz, Compostela, Zaragoza), tendrá un momento sustancial el 27S para Cataluña y culminará con un cambio en las elecciones generales.