EL MUNDO › CURAS CATóLICOS DE FILADELFIA
› Por David Usborne *
Los defensores de las víctimas de abuso de menores por parte de sacerdotes católicos están instando a Francisco a utilizar su visita a Estados Unidos, a donde llegó ayer, para ofrecer nuevas garantías de que el Vaticano está preparado para tomar medidas adicionales para perseguir a los autores y llevarlos ante la Justicia.
La presión sobre el pontífice será mayor este fin de semana cuando visite Filadelfia, una de las varias ciudades de Estados Unidos sacudidas durante la última década por las revelaciones no sólo de agresiones sexuales por parte del clero, sino de los intentos por parte de la jerarquía de la Iglesia de encubrir los casos y ocultar a los culpables en distintas parroquias. Entre los invitados a asistir a los eventos papales en Filadelfia está el cardenal Justin Rigali, quien renunció como arzobispo de la ciudad en el año 2011 mientras el escándalo de pedofilia llegaba a su pico y pocos meses antes de la condena de monseñor William Lynn, su antiguo jefe del clero, por encubrir casos de abuso. Lynn, que sigue siendo el único clérigo católico en Estados Unidos que ha sido condenado en relación al escándalo, era hasta hace poco un interno de la prisión Curran-Fromhold justo al norte de Filadelfia. Sin embargo, fue trasladado a otro centro poco después de que se anunciara que el programa de Francisco incluye una visita a la prisión.
Los denunciantes católicos que buscan justicia para las víctimas de sacerdotes pedófilos exigieron que el Vaticano abra nuevas investigaciones de abusos contra menores, tanto del cardenal Rigali como del cardenal Raymond Burke, quien dirigió las diócesis en Wisconsin y Missouri. Hasta el momento, no se ha anunciado una reunión pública del sumo pontífice con víctimas de abuso. Sin embargo, sería muy sorprendente si el Papa partiera de Filadelfia hacia Roma el domingo por la noche sin encontrarse directamente con las víctimas, aunque la reunión puede no anunciarse hasta que se haya terminado.
Dos grandes jurados se han formado en Filadelfia para investigar el abuso por parte de sacerdotes. El más reciente se reunió en 2011, cuando el cardenal Rigali se retiró y se mudó a una diócesis en Tennessee lejos del centro de atención. Ese Gran Jurado concluyó que 37 sacerdotes habían sido creíblemente acusados de abuso y que la mayoría de ellos se mantuvo activo en el ministerio.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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