Mar 29.09.2015

EL MUNDO  › PRIMER DISCURSO DE RAúL CASTRO ANTE LA ASAMBLEA DE LA ONU

Sobre guerras y golpes suaves

El líder cubano condenó la multiplicación de conflictos. “Han sido constantes las guerras de agresión, la intervención en los asuntos internos de los Estados y el derrocamiento de gobiernos soberanos.”

El presidente de Cuba, Raúl Castro, exigió a la comunidad internacional que busque en la pobreza y la desigualdad el origen de los conflictos generados por el colonialismo y el despojo de las poblaciones autóctonas, por el imperialismo y el reparto de esferas de influencia. En su primer discurso ante la Asamblea de Naciones Unidas (ONU), Castro –que no olvidó el reclamo argentino por la soberanía de las islas Malvinas–, advirtió que desde la primera meta que se trazara la organización de preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra y edificar una nueva forma de relaciones que favoreciese la paz y el desarrollo, muy por el contrario, los conflictos no hicieron más que multiplicarse. “Desde entonces han sido constantes las guerras de agresión, la intervención en los asuntos internos de los Estados, el derrocamiento por la fuerza de gobiernos soberanos y los denominados ‘golpes suaves’”, señaló Castro, y dijo que resulta inaceptable la militarización del ciberespacio y el empleo encubierto e ilegal de las tecnologías de la información y las comunicaciones para agredir a otros Estados.

El mandatario cubano se lamentó porque el compromiso inicial de la ONU de promover el progreso social y elevar el nivel de vida de los pueblos sigue siendo una quimera y contrapuso la situación de los 795 millones de personas que sufren hambre a la de los gastos realizados en el área militar, que alcanzan 1,7 millones de dólares. Luego de reivindicar la conformación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la declaración de América latina como zona de paz, el líder cubano enumeró una lista de solidaridades de su país para con naciones de la región.

Defendió así a Venezuela ante los intentos desestabilizadores emprendidos por algunos sectores y a Ecuador, nación que es “blanco del mismo guión” opositor. Asimismo, celebró los logros sociales alcanzados por la presidencia de la brasileña Dilma Rousseff y expresó su acompañamiento al reclamo de países caribeños de una reparación por los años de esclavitud que sufrió parte de su población. Castro tuvo palabras críticas para la Unión Europea, cuyas políticas consideró son responsables de las oleadas migratorias que se dieron en las últimas semanas desde Medio Oriente y Africa del Norte. “La Unión Europea debe asumir de manera plena e inmediata sus responsabilidades con la crisis humanitaria que ayudó a generar”, sentenció.

Al mismo tiempo, reprochó que se distorsione la promoción y protección de los derechos humanos para validar e imponer decisiones políticas. Y se puso de lado de Rusia, país con el que Estados Unidos mantiene diferencias sobre cómo solucionar la crisis en Siria y por la ocupación de territorio de Ucrania por rebeldes apoyados desde Moscú, según Washington. Reclamó incluso que Puerto Rico, nación asociada a Estados Unidos, “sea libre e independiente luego de más de una centuria sometido a la dominación colonial”. Castro saludó el acuerdo nuclear de Occidente con Irán, condenó el militarismo, la pobreza y el consumismo y señaló que no todos los países tienen la misma responsabilidad en el cambio climático, tema que ya preocupaba a su hermano Fidel en 2000, según recordó ayer.

En la primera visita del presidente de Cuba a Estados Unidos en más de 50 años, y al margen de su actividad en la ONU, Castro se reunió en Nueva York con el ex presidente estadounidense Bill Clinton, y el gobernador y el alcalde neoyorquinos, Andrew Cuomo y Bill de Blasio. Asimismo, sostuvo un encuentro con un grupo de empresarios y ejecutivos locales encabezado por el presidente y la vicepresidenta de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, Tom Donohue y Jodi Bond.

El mandatario cubano agradeció el respaldo casi unánime recibido de la comunidad internacional respecto al cese del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos sobre Cuba desde hace más de medio siglo, y anticipó que la isla seguirá presentando el proyecto ante la ONU hasta que la medida quede sin efecto. En este sentido, Castro insistió además en que no habrá relaciones normales con Estados Unidos hasta que termine el bloqueo, se devuelva el territorio ocupado por la Base Naval de Guantánamo, cesen las transmisiones ilegales de radio y televisión desde Miami, los planes desestabilizadores y se compense a la isla por los daños humanos y económicos que aún sufre. De cara a la reunión de hoy con Obama, sólo parece unirlos su posición sobre el embargo.

El jefe de Estado cubano, cuyas palabras provocaron en ocasiones los aplausos del plenario de presidentes, fue beligerante, pero menos que Fidel Castro. En apenas 15 minutos, su discurso estuvo lejos del tiempo utilizado por su hermano en su primera intervención ante la Asamblea General de la ONU en 1960 –marcó un récord al hablar 269 minutos con un mensaje de barricada contra Estados Unidos–, pero fue igual de crítico con la política imperialista, sin mencionar directamente a Estados Unidos ni al presidente norteamericano Barack Obama.

No obstante, el mandatario cubano aprovechó su primera aparición ante la Asamblea para señalar los contrapuntos que mantiene con Estados Unidos, pese al acercamiento diplomático. Ahora el contexto es otro dado el proceso de deshielo, aunque las diferencias ideológicas continúan. Castro las expuso con claridad en un acto que supone el regreso de la isla al mayor escenario de la política mundial.

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