EL MUNDO › CUATRO PALESTINOS ABATIDOS, SOLDADOS ISRAELIES ACUCHILLADOS Y CHOQUES EN LAS CALLES
La región cumplió ayer su decimoséptima jornada de ataques y agresiones frustradas, y represión armada mortal, entre los que se cuentan episodios puntuales en los que las versiones de palestinos e israelíes son contradictorias.
Cuatro palestinos fueron abatidos y un quinto resultó herido tras intentar apuñalar a israelíes en Jerusalén Este y Cisjordania, en un contexto de creciente violencia, pese a los llamados de la comunidad internacional. De esta forma, la región cumplió ayer su decimoséptima jornada de ataques y agresiones frustradas, entre los que se cuentan episodios puntuales en los que las versiones de palestinos e israelíes son contradictorias.
El primer ataque se produjo en Cisjordania, ayer por la mañana, cerca del enclave judío del centro de Hebrón, donde 500 colonos viven bajo protección del ejército. Un palestino intentó apuñalar a un colono israelí, que respondió abriendo fuego contra su agresor. Las fuerzas de seguridad palestinas confirmaron la muerte del atacante, identificado como Fadil Qawasmi, de 18 años. El adolescente fue acusado de haber perpetrado el ataque. Sin embargo, no hay registros de israelíes heridos en el incidente y surgen dudas de si el joven puede haber llevado un cuchillo. Esto se debe a que para acceder a la calle en la que fue baleado los palestinos deben pasar por un puesto de control israelí en el que hay un detector de metales.
Minutos después, una palestina de 16 años, fue abatida luego de haber intentado apuñalar a una soldado israelí a la entrada de una base de guardias fronterizos situada a centenares de metros de la Ciudad Vieja. En este caso, la atacante hirió de poca gravedad con un cuchillo a la soldado, que le disparó y la mató. La adolescente fallecida fue identificada como Bayan Ayman Abd al Hadi al Esseili.
Más tarde, en la colonia judía de Hebrón, un palestino acuchilló a un soldado, que según informó el ejército israelí en un comunicado, pese a haber sido herido se encuentra fuera de peligro. Sin embargo, el reporte oficial indicó que el atacante fue baleado, aunque no precisó su estado. El Canal 10 de la televisión de Israel informó de que residentes del asentamiento judío trataron de impedir que el atacante palestino fuera trasladado a un hospital israelí pinchando las ruedas de una ambulancia de la Estrella de David Roja.
Poco después, un nuevo ataque en el puesto de control militar de Kalandia, uno de los accesos a la ciudad cisjordana de Ramalá, se saldó con la muerte del agresor, que había resultado en un principio herido por disparos de las fuerzas de seguridad israelíes. La policía israelí explicó a través de un comunicado que un oficial de la Guardia de Fronteras había sido herido, si bien precisó que el agresor no logró atravesar el chaleco antibalas que lo protegía, y que los agentes en la zona “neutralizaron” al atacante, es decir, fue abatido.
Hacia el mediodía estallaron enfrentamientos entre soldados israelíes y jóvenes que lanzaban piedras en varios sectores de Hebrón. Los servicios de rescate palestino informaron que once palestinos resultaron heridos por balas de caucho y balas reales disparadas por las fuerzas armadas israelíes. Varias calles del centro de la ciudad quedaron cubiertas de piedras, escombros y restos de neumáticos quemados.
En el barrio de colonización Armon Hanetsiv, en Jerusalén Este, la parte palestina de la ciudad ocupada y anexada por Israel, otro palestino trató de atacar con un arma blanca a un soldado israelí que patrullaba y le pidió la identidad y fue inmediatamente abatido por los militares. El palestino, de 16 años, era originario de la localidad de Jabal Mukaber, de donde proceden varios de los ataque de estas últimas semanas.
Desde el asesinato el 1º de octubre de una pareja de colonos israelíes, Cisjordania y Jerusalén Este son escenario de disturbios y agresiones mutuas a diario. La violencia dejó hasta el momento 40 muertos, muchos de ellos autores de atentados, y centenares de heridos, y del lado israelí siete muertos y decenas de heridos. Desde el 9 de octubre los disturbios se extendieron a la Franja de Gaza.
Estos ataques reflejan la situación de una juventud palestina que escapa a cualquier control político, y expresa su cólera contra la ocupación y la colonización israelíes. Para Mohamed Aliane, padre de un agresor palestino que mató hace algunos días a dos israelíes en un colectivo en Jerusalén, es la violencia de la ocupación israelí la que “transformó” a su hijo. “Pero también fue a causa de la debilidad de los dirigentes palestinos”, sostuvo.
El viernes, decenas de palestinos incendiaron la tumba de José, un lugar venerado por los judíos en Naplusa, en el norte de Cisjordania ocupada, en una tensa jornada de movilización en la que murieron cuatro palestinos. Uno de éstos apuñaló a un soldado israelí tras hacerse pasar por un reportero gráfico.
Entretanto, la comunidad internacional sufre enormes dificultades para hacer oír sus llamado de paz en este conflicto. El secretario estadounidense, John Kerry, mantuvo una conversación telefónica por separado con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, para pedirles que hagan lo posible para restaurar la calma. Por su parte, el presidente estadounidense, Barack Obama, se declaró preocupado por la situación en la región. “A largo plazo, el único medio por el cual Israel puede verdaderamente garantizar su seguridad, y el único medio por el que los palestinos pueden realizar las aspiraciones de su pueblo, son dos Estados conviviendo juntos en paz y seguridad”.
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