Dom 23.11.2003

EL MUNDO

La trampa que le tendieron

Opositores al gobierno de Eduard Shevardnadze irrumpieron en la sede del Parlamento de Georgia y proclamaron como presidenta a Nino Burjanadze, tras denunciar “fraude” en las elecciones parlamentarias. El presidente ordenó el estado de emergencia y denunció un golpe.

Por Andrew Johnson *

Georgia estaba ayer sumida en el caos, luego de que la oposición al gobierno de Eduard Shevardnadze –a quien llaman el “zorro blanco”– se adjudicara la presidencia del país y empujara al mandatario a declarar el estado de emergencia. Shevardnadze tuvo que salir por la puerta trasera del edificio del Parlamento, en Tiflis, acompañado de guardaespaldas luego de que cientos de opositores asaltaron el recinto. Irrumpieron mientras Shevardnadze, reelecto luego de una reñida elección este mes, estaba conformando el nuevo Parlamento. Los partidos de oposición de Georgia dicen que la votación fue un fraude y han exigido la renuncia del presidente. Ayer declararon a la presidenta del Parlamento saliente, Nino Burjanadze, presidenta provisional. Anoche se concentraban miles de manifestantes en el centro de Tiflis.
Encabezados por el líder Mijail Saakashvili, unos 3000 opositores dieron vuelta mesas y sillas y se lanzaron al podio. Comenzaron las peleas luego de que Saakashvili les ordenó a los seguidores de Shevardnadze que abandonaran el edificio parlamentario. Entonces declaró que “había comenzado una revolución pacífica”. Nino Burjanadze dijo que tomaba las funciones del presidente: “Yo, a cargo del Parlamento de Georgia, de acuerdo a la Constitución, tomaré las funciones del presidente hasta que se determine si él (Shevardnadze) tiene la capacidad de continuar”, dijo. Pero el presidente, de 75 años, ex ministro de Exteriores de la Unión Soviética, prometió que no dimitiría. Declaró el estado de emergencia y acusó a la oposición de organizar “un golpe de Estado”.
“No renunciaré. Renunciaré cuando expire el mandato presidencial, de acuerdo a la Constitución”, dijo el presidente antes de que su auto, custodiado por guardias armados, lo alejara del edificio. Luego agregó que “este es un intento de golpe, de deponer al presidente. Estoy declarando el estado de emergencia. Esta es una orden especial que involucra a los ministerios de Defensa y de Interior. Y restauraremos el orden”. El jefe de la policía declaró que se mantendría leal al presidente. Saakashvili señaló luego que el presidente podría permanecer en su cargo con la condición de que prepare un llamado a elecciones presidenciales anticipadas. “No aceptaremos menos”, dijo. “Si el presidente anuncia para él mismo un tipo de período de transición hacia nuevas elecciones presidenciales, eso estará bien. Si quiere hacerlo, podemos todavía negociarlo”, agregó.
La reñida elección ha conducido al empobrecido estado a su mayor crisis desde la caída de la Unión Soviética, doce años atrás. La capital se ha vuelto un escenario de creciente tensión, con las fuerzas pro y antiShevardnadze rechazando ceder terreno y sumando a miles de seguidores. Más temprano, Saakashvili dijo en un encuentro de 25 mil personas en la Plaza de la Libertad que Shevardnadze tenía una hora “para ir por la gente o la gente iría por él”. La policía antimotines custodiaba los principales edificios de gobierno y los fieles al presidente estaban acampando frente al edificio del Parlamento. Pero la policía ofreció poca resistencia al avance opositor. Shevardnadze dijo que estaba preparado para dialogar con la oposición pero “sin ultimátum”. “El Parlamento fue elegido y... el Parlamento debería comenzar a trabajar hoy mismo”, declaró. Asimismo reconoció que había habido algunas irregularidades en la elección, en la que el partido pro Shevardnadze ganó de acuerdo a los resultados oficiales. “Alrededor del 8 y 10 por ciento de los votos fueron invalidados”, dijo, pero agregó que esto debería ser tratado en los tribunales.
El vocero del Departamento de Estado norteamericano, Adam Ereli, dijo que los resultados de las elecciones reflejaron un “masivo voto fraudulento” en algunas regiones y “no reflejaban exactamente la intención de la gente de Georgia”. El propio secretario de Estado, Colin Powell, le manifestó a Shevardnadze su preocupación ante la revuelta. Georgia tieneun significado estratégico para los estadounidenses como una potencial ruta para transportar petróleo desde Asia Central a Occidente.
El principal oficial de seguridad, Tedo Japaridze, también admitió el viernes que el voto –que los sondeos independientes dijeron que la oposición debía haber ganado– había estado marcado por el fraude. Señaló que el nuevo Parlamento debería ser considerado temporario hasta el llamado a otra elección. El bloque pro-Shevardnadze Para una Nueva Georgia salió primero con el 21,32 por ciento de los votos, mientras que el Partido del Renacimiento, que ha sido crítico del gobierno pero que está del lado del presidente en la crisis actual, terminó segundo con el 18,84 por ciento de los sufragios. Rusia también reconoció que la elección fue irregular y llamó a “corregir los errores. pero en el “marco de la ley”. El Kremlin anunció que enviaba a Tiflis a su ministro de Exterior, Igor Ivanov, para mantener consultas con las partes implicadas.
Burjanadze dijo que “por dos semanas hemos venido tratando de eludir esta situación, pero Shevardnadze no hizo nada por evitarla. Los georgianos ganaron en estas elecciones parlamentarias cuando dijeron que era tiempo de que dejen de reírse de la gente de Georgia”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Mercedes López San Miguel.

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