Jue 05.11.2015

EL MUNDO  › CAYO EL PREMIER TRAS LA MUERTE DE 32 PERSONAS EN UN BOLICHE DE BUCAREST

Se incendió el gobierno rumano

El primer ministro Victor Ponta dimitió responsabilizándose por el trágico incendio de la disco Colectiv. Además, llevaba meses sometido a una fuerte presión dado que fue acusado de evasión fiscal y blanqueo de dinero.

En medio de una panorama de crisis política y social, el primer ministro rumano Victor Ponta renunció ayer, y con él todo su gobierno. La dimisión se produjo luego de que unas 20.000 personas solicitaran su salida el martes por la noche en Bucarest tras la muerte de 32 personas en un incendio en un boliche, el viernes pasado.

El primer ministro anunció el fin de su mandato y manifestó su esperanza de que con su dimisión se aplaque el malestar ciudadano por la tragedia. “Tengo la obligación de reconocer el enfado legítimo que existe en la sociedad”, aseguró Ponta. “Puedo enfrentarme a cualquier tipo de batalla política, pero no puedo luchar contra el pueblo”, dijo el funcionario. El secretario del Partido Socialdemócrata, Liviu Dragea, fue uno de los líderes que más presionó para desalojar a Ponta. “Alguien tenía que asumir la responsabilidad por lo que ha ocurrido. Este es un asunto muy serio y prometemos una solución rápida.”

Un espectáculo de fuegos artificiales durante un concierto de rock el pasado viernes causó el incendio en la discoteca Colectiv, que se saldó con 32 muertos y unos 200 heridos. En el local nocturno un artefacto pirotécnico inició el fuego en una de las almohadillas de protección de un pilar.

Pese a la renuncia del gobierno, ayer por la noche unas 10.000 personas volvieron a salir a las calles de la capital rumana para protestar en forma pacífica por las fallas de seguridad que llevaron a la tragedia y gritar lemas contra la clase política. “Que tengan miedo, el país se levanta” y “Queremos hospitales, no catedrales”, fueron algunos de los cánticos de la manifestación.

La multitud pidió que las autoridades asumieran responsabilidades por los errores de seguridad, como la falta de salidas de emergencia y el uso de materiales inflamables para insonorizar el local, y vincularon el siniestro con la corrupción.

Los manifestantes también exigieron un profundo cambio en la clase política del segundo país más pobre de la Unión Europea (UE), en un momento en el que numerosos dirigentes fueron sentenciados o investigados por corrupción. Ponta, por su parte, justificó su abandono del poder en la tragedia del viernes y el enfado popular, que se extendió a manifestaciones por las ciudades más importantes del país.

Ponta pasó meses sometido a una gran presión debido a sus problemas con la Justicia, al ser el primer jefe del Ejecutivo en ser acusado por la fiscalía de evasión fiscal y blanqueo de dinero. Su juicio estaba previsto que se iniciara en las próximas semanas, lo que habría aumentado aún más la presión y la insatisfacción ciudadana.

Pese a la salida de Ponta y su gabinete, incluido el criticado ministro de Interior, Gabriel Oprea, el tripartito de centroizquierda sigue gozando de mayoría en el Parlamento, por lo que podría liderar el Ejecutivo con un nuevo primer ministro.

Tras reunirse la coalición gubernamental saliente, integrada por socialdemócratas y tres formaciones menores de centroizquierda, Ponta propuso al ministro de Defensa, Mircea Dusa, como premier interino.

Mientras, la oposición liberal ya pidió que se convoquen elecciones anticipadas, y el presidente, Klaus Iohannis, anunció que a partir de hoy se reunirá con las formaciones políticas para designar un nuevo Gobierno. “Quiero terminar esta semana con la primera ronda de consultas para tener una imagen sobre cómo ven los partidos la solución de la situación”, indicó el jefe de Estado. “Un cambio de gobierno es un paso importante en la dirección de mejorar la eficiencia de la clase política, hacia una más pragmática y transparente”. Sin embargo, Iohannis destacó que la formación de un nuevo Ejecutivo no resolverá los problemas del país. “El próximo gobierno deberá venir con soluciones”, subrayó el presidente, quien concluyó que espera que no se repitan los mismos errores del pasado, en referencia a su hasta ahora principal rival político, Ponta.

El dimitente se enfrenta a varios cargos de evasión fiscal, blanqueo de dinero y 17 infracciones de falsedad documental en escritura pública mientras trabajaba como abogado en su propio estudio. Aún así, el socialdemócrata desoyó las numerosas demandas de dimisión, incluso desde su propio partido, y aseguró que se mantendría al frente del Ejecutivo hasta las legislativas de finales del próximo año. Iohannis criticó que el Ejecutivo haya demorado tanto tiempo en anunciar la renuncia. “Pareciera que era necesario que las personas murieran para que el gobierno dimita”. El diario español El País señala que, de alguna forma, la dimisión de Ponta le estropeó un poco su día de gloria a Iohannis, que ayer fue anfitrión en Bucarest de una minicumbre de países del Este miembros de la OTAN, para hacer frente común ante la pujanza rusa.

En tanto los tres dueños de la disco Colectiv se encuentran en detención preventiva acusados de homicidio involuntario, pero los manifestantes vinculan la inacción en la lucha contra la corrupción del Gobierno con la tragedia y la falta de controles de seguridad por parte de las autoridades.

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