Lun 08.12.2003

EL MUNDO

Un histórico fallo para un ex presidente corrupto

El ex presidente de Nicaragua Arnoldo Alemán fue condenado ayer a 20 años de prisión por los delitos de lavado de dinero, asociación ilícita, malversación de fondos, entre otros. Su defensa acusó al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) por el veredicto.

En un fallo histórico, el ex presidente de Nicaragua Arnoldo Alemán fue condenado ayer a 20 años de prisión por lavado de dinero, asociación ilícita, delito electoral y malversación de fondos públicos, entre otros cargos. Pero por ahora, seguirá bajo prisión domiciliaria por una supuesta enfermedad cardíaca, que será evaluada por un peritaje médico. El caso de Alemán es paradigmático: durante la revolución sandinista, en la década del ‘80, este abogado obeso que ahora tiene 57 años se ganaba la vida vendiendo carbón y huevos en una destartalada camioneta. Pero cuando en 1990 fue elegido alcalde de Managua, su patrimonio se incrementó de modo sorprendente. Cuando dejó la presidencia, en enero de 2002, sus enemigos lo acusaron de tener una fortuna de 250 millones de dólares. Durante su mandato, usaba una “tarjeta de crédito presidencial” con la que mimaba a su prometida, que luego se convirtió en primera dama. En la tarjeta en cuestión, pagada puntualmente por el Banco Central de su país, se contabilizaron gastos –viajes, fiestas, hoteles y comidas– por 1.800.000 dólares.
Además de la pena de 20 años de cárcel, la jueza Juana Méndez condenó al líder del derechista Partido Liberal Constitucionalista (PLC) a pagar una multa por el “valor de los bienes objetos de este proceso”, según señaló la magistrada cuando ayer dio a conocer la sentencia. Esta se leyó en ausencia del ex gobernante porque Méndez indicó “que no hubo tiempo” para coordinar su traslado a los tribunales. Además, Alemán quedó inhabilitado para “ejercer cargo público durante el tiempo que dure la condena”. La jueza resolvió que como se trata de un “portador de enfermedades crónicas” cumplirá la sentencia en su hacienda El Chile, a 20 kilómetros de Managua, mientras un equipo de peritos médicos evalúa su estado de salud.
Para la mayor parte de la dirigencia política, se trata de un fallo “histórico”, mientras que para el abogado de Alemán, Mauricio Martínez, la sentencia es “aberrante”. El abogado, que asegura que el delito de lavado de dinero “no existe” en Nicaragua, acusó al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), con fuerte influencia en el Poder Judicial nicaragüense, por el veredicto. Y anunció que revocará el fallo en el Tribunal de Apelaciones. “Todo es nulo”, agregó. Entre tanto, cuando se enteraron de la sentencia, decenas de simpatizantes del ex presidente tiraron piedras e intentaron entrar por la fuerza en el juzgado de Méndez. En los forcejeos, dos policías resultaron heridos.
Meses antes de la sentencia, Alemán había estado negociando con sus adversarios del FSLN una serie de leyes y cambios en el Poder Judicial a cambio de su libertad. Sin embargo el jueves, el secretario del FSLN, el ex presidente Daniel Ortega, dio por terminadas las negociaciones con el PLC alegando que Alemán condicionaba todo acuerdo a que fuese liberado en los procesos que se le siguen.
Hace exactamente un año, Arnoldo Alemán fue acusado por la Procuraduría de Justicia de haber usado fondos públicos para lavar dinero por al menos 10 millones de dólares y cometer fraude en perjuicio del Estado. Enseguida, el Congreso de Nicaragua aprobó su desafuero como diputado y presidente del Parlamento y el inicio de dos juicios en su contra. El 22 de diciembre de ese año, la jueza Méndez ordenó su arresto domiciliario. Meses después, en agosto pasado, pidió el encarcelamiento del ex mandatario en una prisión de la Policía de Managua. Pero sorpresivamente, el pasado 26 de noviembre, autorizó otra vez su arresto domiciliario argumentando razones de salud.
La sentencia de ayer fue por el lavado de dinero y otros delitos conexos, pero aún queda pendiente un segundo juicio contra Alemán por un fraude contra el Estado por 1,3 millones de dólares. Durante el proceso por lavado de dinero, que duró casi un año, el ex presidente se negó a declarar alegando que se trataba de un juicio político promovido por el actual presidente Enrique Bolaños para debilitar su liderazgo y apoderarse del PLC, el partido sobre el que ejerce un control autoritario desde hace 13 años. Sin embargo, la Procuraduría presentó numerosas pruebas sobre las transacciones irregulares que el gobierno de Alemán hizo en el exterior. Sólo en Panamá, se localizaron siete millones de dólares en cuentas bancarias a nombre de empresas vinculadas a Alemán, a sus familiares y socios.
Por esas vueltas de la política, Bolaños, que fue vicepresidente de Alemán, se convirtió en su peor pesadilla al lanzar en enero pasado una cruzada anticorrupción con el apoyo de Washington. Padre de cuatro hijos, Alemán enviudó en los ‘80, cuando no era más que un abogado que vendía carbón y huevos para ganarse la vida. Pero ya como presidente, en 1999, volvió a casarse con María Fernanda Flores, una maestra de 35 años que había conocido en Miami y con quien luego tuvo una hija. En menos de un año, Alemán perdió a su hijo mayor en un accidente en su estancia y a dos hermanos que murieron de cáncer.

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