Ariel Sharon, primer ministro israelí, evocó antenoche por primera vez sobre una eventual aplicación de “medidas unilaterales” en el conflicto con la Autoridad Palestina (AP), que incluirían en particular la retirada de colonias judías. Sus declaraciones provocaron un revuelo en Israel, pero dejaron indiferentes a los palestinos. Días antes, el vicepremier israelí, Ehud Olmert, había hablado sobre el repliegue de los territorios ocupados y un trazado de frontera en el lugar que Jerusalén elija entre Israel y un Estado palestino.
Es la primera vez desde que dio comienzo la segunda Intifada que el gobierno conservador de Sharon propone su propia solución al conflicto, que en su retórica funcionaría como presión, pero en lo concreto cambiaría las condiciones de las partes. En un principio, se especuló que el repliegue unilateral de los territorios ocupados trazaría la frontera a lo largo de la ruta del controvertido muro de defensa que está construyendo el gobierno de Sharon en Cisjordania, que anexaría el 43 por ciento de Cisjordania ocupada a Israel y dejaría a los palestinos con el 57 por ciento. Pero la semana pasada, Ehud Olmert, uno de los aliados más firmes de Sharon, aunque Olmert se rehusó a discutir la ruta de una frontera futura, dio a entrever que ésta podría no ir tan lejos como la valla, ya que el vicepremier habló de una Israel compuesta por un “máximo de población judía (como un 80 por ciento) y un mínimo de población árabe (como un 20 por ciento)”. Esto obligaría a anexar el mínimo de población árabe posible.
El grupo de presión de los colonos se apresuró a denunciar los proyectos aún imprecisos de Sharon, jefe del principal partido de derecha, el Likud. Sharon no convenció a todos los miembros de su propio partido, aunque muchos dirigentes prefieren no oponerse en un tema que cuenta con el apoyo de la opinión pública, según los sondeos. En la izquierda, la oposición laborista se muestra escéptica, sin excluir la posibilidad de formar parte de un nuevo gobierno de unión nacional en el caso de que Sharon desmantele dichas colonias.
Por su parte, los palestinos recibieron con desconfianza las “medidas unilaterales” que significarían la anexión de territorios en Cisjordania ocupada a cambio de la evacuación de colonias aisladas. “Las declaraciones israelíes sobre el desmantelamiento de algunas colonias no son serias. Están destinadas al consumo local y a engañar a la opinión pública mundial”, declaró Nabil Abu Rudeina, principal asesor del presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat.
Mientras, el ministro israelí de Defensa, Shaul Mofaz, prometía un desmantelamiento de las colonias no autorizadas. Ayer varios colonos judíos desmantelaron un enclave ilegal que levantaron en las proximidades del asentamiento de Nahalé, en el corazón de Cisjordania, tras recibir una orden del ejército. El enclave era un contenedor vacío que los colonos colocaron en una colina hace unos meses, como señuelo para confundir a los observadores estadounidenses que debían vigilar la aplicación de la Hoja de Ruta, el plan de paz del “Cuarteto de Madrid”, cuya aplicación está en suspenso. Se trata del quinto enclave de una lista de seis que el gobierno ha ordenado levantar como medida previa a la posible evacuación de asentamientos habitados que fueron construidos en los últimos tres años sin autorización del gobierno.
El Consejo Legislativo Palestino, reunido en Ramalá (Cisjordania), se negó ayer a votar una moción contra la iniciativa de Ginebra, un plan de paz alternativo que no cuenta con el visto bueno de Israel, pero tampoco quiso adoptarla. Arafat apoyó implícitamente este proyecto. Pero las principales formaciones palestinas rechazaron esta iniciativa porque supone la renuncia al derecho al regreso de sus refugiados a cambio de la retirada israelí casi generalizada de los territorios ocupados.
Entretanto, el jefe de la diplomacia israelí, Sylvan Shalom, y su homólogo palestino, Nabil Chaath, se reunieron ayer por la tarde en la cancillería italiana en compañía de una numerosa delegación, en donde se aludió a que Sharon estaba dispuesto a reunirse “lo antes posible” con reia siempre que no ponga “condiciones sobre el muro de seguridad”.