EL MUNDO › MOSCU ESPERA LA RESPUESTA DE EE.UU. A SU PLAN DE ALTO EL FUEGO PARA DIFUNDIRLA A LOS OTROS PAISES
Las negociaciones en Munich se enfocaron en la forma de facilitar el acceso humanitario a las ciudades más afectadas por la violencia. Arabia Saudita evalúa enviar tropas a Siria para combatir al Estado Islámico.
Rusia anunció ayer que tiene una propuesta concreta de alto el fuego en Siria y espera la respuesta de Estados Unidos antes de presentarla en una reunión con todos los países implicados. Lo hizo en el marco de la Conferencia de seguridad de Munich, donde las potencias buscan reactivar las conversaciones de paz. Por otro lado, el gobierno de Arabia Saudita –que forma parte de la coalición antiterrorista internacional– sostuvo con firmeza la decisión de iniciar una operación militar con hombres a pie en Siria para luchar contra la organización jihadista Estado Islámico (EI).
Previo a iniciar un encuentro en Munich con su homólogo estadounidense, John Kerry, el jefe de la diplomacia rusa Sergei Lavrov anunció que tenía un plan para terminar con el conflicto armado en Siria. “Hemos hecho propuestas de un alto el fuego que son totalmente concretas”, dijo. “Esperamos la respuesta estadounidense antes de presentarla al ISSG”, el Grupo Internacional de Apoyo a Siria, que reunirá a los principales actores de la crisis –entre ellos Irán y Turquía–. Sin embargo, Kerry no hizo ningún comentario sobre la posición de Estados Unidos. “Queremos avanzar sobre las cuestiones del acceso humanitario y del cese del fuego”, se limitó a contestar.
Las negociaciones en la capital bávara abordaron especialmente la forma de facilitar el acceso humanitario a las ciudades asediadas por las fuerzas progubernamentales, especialmente en Alepo, donde los rebeldes se encuentran atrapados en los barrios del este con 350.000 civiles.
Sin embargo, no se supo nada del contenido del plan propuesto por Rusia. Los países occidentales acusan a Moscú de haber torpedeado, con sus bombardeos en Alepo, las negociaciones entre el régimen de Bashar al Assad y la oposición siria.
No obstante, desde Rusia apuran a cerrar un acuerdo. El primer ministro Dimitri Medvedev alertó que un fracaso en las negociaciones de paz para el conflicto sirio conllevaría una “guerra mundial”. El jefe de gobierno ruso puso el acento en el liderazgo de su país y de Estados Unidos, indicando que deberían presionar a las partes en conflicto para garantizar un acuerdo para poner fin a la violencia. “Todas las partes deberían estar obligadas a sentarse a la mesa de negociaciones”, dijo. “Los estadounidenses y nuestros socios árabes deben pensarlo bien: ¿Quieren una guerra permanente? Es imposible ganar un conflicto, especialmente en el mundo árabe, donde todo el mundo lucha contra todo el mundo.”
Por otro lado, Riad reafirmó sus intenciones de involucrarse en la lucha contra el jihadismo con el envío de tropas. El ministro de Exteriores árabe, Adel al Jubeir, sostuvo ayer que no descartan que a la ofensiva armada se sumen tropas especiales. “El anuncio de Arabia Saudita sobre la participación de sus fuerzas en un operativo terrestre no será revisada”. Según el responsable saudita, la operación comenzará tan pronto como la coalición internacional lo apruebe. Al Jubeir señaló que esto puede suceder en el marco de la cumbre de la OTAN en Bruselas. Según indica el periódico inglés The Independent, si Arabia Saudita envía a su Ejército a Siria, es muy probable que lo haga en asociación con Turquía; pero la política de Ankara hacia el envío de sus tropas a través de la frontera es ambivalente porque sería muy arriesgado. Además, las relaciones entre el gobierno del presidente ruso, Vladimir Putin y su par de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, están deterioradas especialmente desde que un avión de combate ruso fue derribado en noviembre, presuntamente tras ingresar a territorio turco.
Al mismo tiempo, en Bruselas, los ministros de Defensa de la coalición militar, liderada por Estados Unidos, se reunieron ayer para discutir sobre la posibilidad de sumarse a la lucha contra el grupo jihadista Estado Islámico (EI) que, según Washington, se aprovecha del avance del régimen sirio a los rebeldes más moderados. El secretario de Defensa estadounidense, Ashton Carter, anunció que la organización militar internacional baraja la posibilidad de integrarse a la ofensiva antiterrorista. “La OTAN, como nuevo miembro, podría aportar capacidades únicas, incluidas la experiencia para formar y entrenar tropas terrestres y apoyando en la estabilización”, dijo tras la reunión. Pero las tensiones son patentes entre Estados Unidos y algunos de sus aliados, que ven a Washington dispuesto a realizar demasiadas concesiones meses antes del final del mandato de Barack Obama. El ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, antes de dejar su cargo, subrayó la “ambigüedad” estadounidense. “Hay palabras, pero las acciones son otra cosa, y los rusos y los iraníes lo notan”.
Las negociaciones para poner fin a este conflicto que dejó más de 260.000 muertos desde 2011 se rompieron a principios de mes en Ginebra, en medio de acusaciones de países occidentales y de la oposición de que Rusia bombardea a grupos insurgentes y civiles en Alepo.
Además, desde el 1º de febrero el régimen de Assad, apoyado por Rusia, lanzó una fuerte ofensiva contra los rebeldes en el norte. Según la ONU, más de 51.000 civiles se desplazaron en la norteña provincia de Alepo tras ese ataque. Esta ofensiva, que causó 500 muertos, terminó por hacer abortar las conversaciones de Ginebra, cuya reanudación, prevista el 25 de febrero, es muy incierta.
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