EL MUNDO › LOS MIGRANTES, LAS MUJERES Y LOS INDIGENAS, AL TOPE DE LA AGENDA
Los migrantes han sido y siguen siendo un tema al que Francisco, hijo de inmigrantes italianos, por su parte ha dedicado mensajes y oraciones y su primer viaje fuera de Roma en 2013, a la isla de Lampedusa, poco después de haber sido elegido.
› Por Elena Llorente
Desde Roma
El papa Francisco parte hoy a México para una visita que, hasta el 17 de febrero, lo llevará por ciudades muy significativas para los migrantes que intentan llegar a Estados Unidos, para los indígenas y para las mujeres golpeadas por la violencia. Es la séptima vez que un Papa pisa tierras mexicanas aunque se trata del tercer pontífice que visita el país después de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Para Francisco es el cuarto viaje a América latina después de haber estado en Brasil (julio 2013), Ecuador, Bolivia y Paraguay (julio 2015), y Cuba (septiembre 2015).
Pese a que al parecer hubo cierto desconcierto en México luego de un comentario mal interpretado que el pontífice hizo hace unos meses a un conocido suyo y que esa persona publicó en Internet –”Espero que la Argentina no se mexicanice”, referido al tráfico de drogas– hay “gran expectativa por la llegada del primer Papa latinoamericano” a uno de los países con mayor número de católicos –cerca de 100 millones sobre 125 millones de población–, segundo en el mundo después de Brasil. Al menos así lo manifestó el embajador mexicano ante la Santa Sede, Mariano Palacios Alcocer, en un encuentro con periodistas organizado por Mediatrends.
Otro aspecto importante en el contexto de este viaje será el encuentro con el jefe de la Iglesia Ortodoxa Rusa, el patriarca Kirill de Moscú, el primero en la historia de los mayores representantes de estas dos iglesias. El encuentro se llevará a cabo en el aeropuerto José Martí de La Habana donde el avión papal hará una escala antes de llegar a México. Ambos firmarán una declaración conjunta.
“Cuando ya falta muy poco para mi viaje a México –dijo el papa Francisco en un mensaje video que envió al pueblo mexicano hace unos días– estoy contento, siento una gran alegría. Siempre tuve un recuerdo especial en mi oración por todos los mexicanos”. Francisco también respondió, a través de la agencia mexicana Notimex, a algunas preguntas que los creyentes le plantearon. “Yo voy a México no como un Rey Mago cargado de cosas para llevar, mensajes, ideas, soluciones a problemas. Yo voy a México como un peregrino, voy a buscar en el pueblo mexicano, que me den algo... voy a buscar la riqueza de fe que tienen ustedes”, dijo. Y respondiendo a la pregunta: “Cómo nos ayudaría a afrontar la violencia que está viviendo México”, respondió: “Si yo voy ahí es para recibir lo mejor de ustedes y para rezar con ustedes, para que los problemas, que ustedes saben que están sucediendo, se solucionen, porque el México de la violencia, el de la corrupción, del tráfico de drogas, el México de los carteles, no es el México que quiere nuestra Madre. Y por supuesto yo no quiero tapar nada de eso, al contrario, exhortarlos a la lucha de todos los días contra la corrupción, contra el tráfico, contra la guerra, contra la desunión, contra el crimen organizado, contra la trata de personas”. Y agregó: “La paz es algo que hay que trabajar todos los días, es más –yo diría una palabra que parece una contradicción–, ¡la paz hay que pelearla todos los días!, hay que combatir todos los días por la paz, no por la guerra. San Francisco rezaba: ‘Señor, hacé de mí un instrumento de tu paz’. Quisiera ser en México un instrumento de paz, pero con todos ustedes”.
El Papa quiso específicamente, y así lo manifestaron las autoridades vaticanas a las mexicanas cuando preparaban el viaje, visitar Ciudad Juárez, en la frontera con Estados Unidos, y manifestar de esa manera su preocupación por los migrantes. Los migrantes han sido y siguen siendo un tema al que Francisco –hijo de inmigrantes italianos por su parte– ha dedicado mensajes y oraciones y su primer viaje fuera de Roma en 2013, poco después de haber sido elegido. En ese momento quiso visitar la isla de Lampedusa frente a cuyas costas se han ahogado en los últimos años miles de inmigrantes que intentaron llegar a Europa. México tiene 3200 km de frontera con Estados Unidos y es el país de pasaje de los migrantes centroamericanos que quieren llegar al rico país del norte. Hasta la crisis de 2008, unos 400.000 mexicanos cruzaban la frontera cada año. Pero desde que Barack Obama está en la presidencia, explicó el embajador Palacios Alcocer, han sido repatriado más de dos millones de mexicanos. “Hoy son más los mexicanos que vuelven que los que emigran”, agregó.
El programa papal contempla además, el domingo 14 una visita a Ecatepec, localidad distante unos 27 km al norte de Ciudad de México, y que se ha hecho tristemente célebre por numerosos feminicidios. El Papa oficiará una misa en el Centro de Estudios de Ecatepec a la que se calcula que asistirán unas 300 mil personas. El lunes 15 será el momento de los indígenas en San Cristóbal de Las Casas donde celebrará una misa y almorzará con la comunidad indígena de Chiapas. De regreso a Ciudad de México el martes 16 hará una encuentro con los jóvenes en el estadio José María Morelos y el miércoles 17 viajará a Ciudad Juárez, en la frontera con Estados Unidos, y encontrará el mundo del trabajo y visitará una cárcel para luego partir de retorno a Roma.
Respecto de tráfico de drogas, el embajador mexicano explicó que su país “ha venido afrontando el problema del narcotráfico, con el mercado de consumo más grande del mundo al norte de nuestra frontera”. También explicó que el 83 por ciento de las armas que existen en México son provenientes de Estados Unidos y que existen 12.000 armerías de ese país en la frontera con México. “La lucha contra el narcotráfico no ha sido fácil. No tiene una sola causa . Y no siempre atacando una de las raíces se resuelve el problema”, concluyó.
En declaraciones exclusivas a Página/12, Palacios Alcocer dijo que “la visita del Papa es algo muy valioso desde el punto de vista diplomático. Que el primer Papa latinoamericano haga una visita a nuestro país se entiende como una distinción. Recorrer el país de frontera a frontera y encontrarse con los más desfavorecidos, significa que el Papa llevará un mensaje de esperanza. El gobierno espera que esto sirva para establecer nuevas líneas de colaboración entre México y la Santa Sede y para que la Iglesia local y el gobierno puedan colaborar en programas comunes de apoyo a los problemas sociales, como ya se ha hecho por ejemplo en materia de inmigración. Pero también esta visita y el diálogo con la Santa Sede nos permite tener mayores coincidencias en la agenda multilateral: la búsqueda de la paz, la distensión de los conflictos, la colaboración para el desarrollo, la lucha contra el armamentismo, la defensa del medio ambiente, los derechos humanos, las migraciones, la trata de personas, el combate del narcotráfico. La visita del Papa nos permitirá fortalecer esos puntos comunes en los ambientes multilaterales”.
¿Podría el Papa influir o intentar alguna mediación con respecto al narcotráfico? “El Papa llevará un mensaje de paz. Nosotros no tenemos ningún elemento para pensar que tenga esa otra intención. Los temas y el recorrido del papa son públicos”, agregó el embajador. Pero con Francisco tal vez no hay que descartar las sorpresas...”Yo creo que no es ese el propósito del viaje pontificio. El Papa no va a realizar ofrecimientos de buenos oficios. Va a cumplir una importantísima misión pastoral”, concluyó.
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