La entrevista brindada por la presidenta Dilma Rousseff a Página/12 y a otros cinco diarios extranjeros no pasó inadvertida para la prensa brasileña. Tanto medios de corte progresista, como es el caso del portal Carta Maior, así como el periódico conservador O Globo, se hicieron eco de algunas de las definiciones entregadas por Dilma a este diario en su edición de ayer. Entretanto, y generando suspicacia en plena crisis política, el Ejército brasileño emitió un comunicado en el que asegura que actuará de acuerdo a la Constitución para garantizar la estabilidad.

Uno de los sitios en los que tuvieron réplica las declaraciones de la jefa de Estado brasileña fue Carta Maior. “Dilma Rousseff recibió el jueves en su oficina, en el Palacio de Planalto, a seis corresponsales extranjeros (además de este diario, el New York Times, El País, Le Monde, The Guardian y Die Zeit). En la entrevista, anunció que si el Supremo Tribunal Federal (STF) no confirma la nominación del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva como ministro, ella lo designará como asesor para que asuma, de una forma u otra, un papel protagónico en el gobierno”, publicó. Sin embargo, el periódico O Globo, alineado con la derecha brasileña, aprovechó el reportaje para criticar a la mandataria. “Ante la crisis política por la que está atravesando, Dilma Rousseff fortaleció ante periodistas extranjeros el discurso de que el proceso de impeachment carece de base legal”, publicó. Ese diario que apoyó la última dictadura de Brasil señaló que la decisión de convocar a periodistas de medios internacionales es un intento de pacificar el escenario político del país de cara al resto del mundo. “Dilma invierte en la prensa extranjera para poder registrar su visión sobre la crisis política que ella enfrenta”.

Además, O Globo sacó rédito de las declaraciones brindadas por Dilma para que políticos de la oposición la ataquen abiertamente, en sintonía con la campaña encabezada por el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, para lograr la salida de la mandataria. Por ejemplo, recogió las críticas del vice-líder del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Nilson Leitao. “Es un momento de desesperación del gobierno. La legalidad se rompe cuando ella quiere nominar un ministro para crear una fuga en la Justicia”, dijo el político opositor, en referencia a la elección de Lula para la Casa Civil (Gabinete).

En la entrevista, la mandataria advirtió que no renunciará a la presidencia de Brasil y denunció que el proceso abierto en la Cámara de Diputados para tratar de destituirla es un golpe blando. “Los golpes cambian sus características con el correr del tiempo, si hoy hubiera un golpe en este Brasil democrático sería un tipo de golpe institucional”, declaró la líder brasileña. “Yo les recomiendo que se pregunten a quiénes beneficia esto, muchos de los cuales ni siquiera han aparecido aún”, declaró Dilma, en referencia a quienes están abogando por su salida del Gobierno por medio de un juicio político.

Mientras tanto, y añadiendo incertidumbre a la crisis política fogoneada por la derecha brasileña, el Ejército brasileño emitió un comunicado en el que asegura que actuará de acuerdo a la Constitución para garantizar la estabilidad y seguridad en el país. “Cualquier actitud nuestra será absolutamente respaldada por lo establecido en los dispositivos legales, desde la Constitución hasta las leyes complementarias y siempre condicionada al accionar de uno de los poderes de la República”, dijo el general Eduardo Vilas Boas, en el programa Comandante responde, difundido mediante un canal de YouTube. El dirigente castrense citó el artículo 142 de la Carta Magna, que asegura que las Fuerzas Armadas operan bajo la autoridad suprema del presidente. “Vamos a contribuir en el mantenimiento de la estabilidad para que las instituciones busquen una salida a esta crisis económica, política, ética y moral”, subrayó.

En las protestas opositoras, algunos manifestantes piden incluso una intervención militar. “El Ejército es una institución del Estado y en los momentos de crisis, las instituciones sólidas se vuelven referencia para la sociedad y a ella miran y aguardan actitudes que señalen cómo salir de la crisis”, explicó Vilas Boas. A diferencia de otros países del Cono Sur que también sufrieron dictaduras militares en los años 70 y 80, Brasil no condenó a ex agentes debido a una ley de amnistía de 1979.