El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, anunció ayer que la entidad acudirá a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por el proceso político que amenaza con apartar del cargo a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. “Tenemos que hacer una consulta jurídica a la Corte Interamericana de Derecho Humanos en cuanto a la protección y vigencia de los derechos humanos en este caso, especialmente en derechos civiles y políticos que permiten el funcionamiento de la democracia”, aseguró el funcionario uruguayo. El secretario general de la OEA se reunió ayer con Rousseff en el palacio presidencial de Planalto y expresó su preocupación por la posible apertura de un juicio legislativo con miras a acortar el mandato de la jefa de Estado, reelegida en 2014 para un segundo mandato.

Luego de reunirse con representantes de los tres poderes, Almagro señaló que tiene algunas inquietudes e incertidumbres jurídicas, como la legitimidad de los procesos invocados para llevar adelante el impeachment contra la jefa de Estado. “La legalidad de las causas es un tema fundamental para entender las razones jurídicas del ‘impeachment’, que tiene que tener razones jurídicas, aunque sea un juicio político”, señaló el secretario charrúa. Almagro consideró que los planteos efectuados por la OEA al respecto no fueron respondidos de manera satisfactoria y contundente por el Legislativo. “Tenemos responsabilidades en cuanto a observar el funcionamiento de la democracia en el continente y tenemos que monitorear y actuar, llegado el caso, cuando hay una alteración del orden constitucional en un país. Por eso el estudio de la legalidad de las causas es fundamental en ese aspecto”, señaló Almagro.

Para el ex canciller uruguayo, otro de los puntos que contribuyen a generar incertidumbre jurídica tiene que ver con el alto porcentaje, según su opinión, de diputados y senadores que tienen cuentas pendientes con la Justicia y se los vincula con casos de corrupción. En ese sentido, Almagro mencionó al ex presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, impulsor de los trámites para que la apertura del proceso político contra Rousseff tuviese lugar y cuyo mandato fue suspendido por la Corte Suprema por corrupción y obstrucción a la Justicia. Rousseff podría ser hoy apartada de su cargo si los senadores deciden que existen argumentos jurídicos suficientes para la apertura de un juicio legislativo con miras a su destitución. En ese caso, la mandataria sería substituida, por un período de 180 días, por su vicepresidente, Michel Temer, quien podría concluir el mandato que finaliza el 1 de enero de 2019

Si la jefa de Estado es despojada finalmente de su cargo, la política exterior de un eventual gobierno de Temer en Brasil podría cambiar el foco en los países emergentes y retomar una agenda más vinculada a Estados Unidos y la Unión Europea, según señaló una fuente cercana al vicepresidente. A pocas horas de la votación en la que el Senado podría desplazar por seis meses del gobierno a Rousseff, Temer tiene todo listo para encarar una gestión interina pero a la que prevé darle un fuerte giro de centroderecha respecto a la política desarrollada por el oficialista Partido de los Trabajadores (PT).

Temer pretende confirmar para el sábado y el domingo próximos la divulgación de su gabinete, porque el fin de semana podría ayudar a que sus nombramientos no sean acompañados por cacerolazos masivos. Según señaló un posible ministro del gobierno interino, de quien no trascendió su nombre, Temer ya tiene confirmado en Economía, como eventual “superministro”, a Henrique Meirelles, presidente del Banco Central en la era Lula y ex presidente mundial del BankBoston, quien apunta a una reducción del gasto público.

“El otro enfoque diferente al actual –manifestó la misma fuente– será la política exterior, en la que habrá una búsqueda de retorno a los mercados tradicionales como Estados Unidos y Unión Europea, menos América latina y Africa y emergentes y sí acuerdos para recuperar la confianza de los mercados”, sostuvo el informante.

En cuanto la política exterior, si bien aún no fue confirmado, no se descarta la aplicación del programa electoral del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), con la posible asunción como canciller del primer no diplomático de Itamaraty en 15 años, el senador José Serra, candidato presidencial que fue derrotado por Lula en 2003 y por Dilma en 2010.