Vie 02.01.2004

EL MUNDO

Vuelos suspendidos, requisados o escoltados por temor a un ataque

El miedo a un nuevo golpe terrorista de Al-Qaida causó un cuadro de severa inseguridad aérea a partir de una serie de medidas de EE.UU. en los últimos días.

Estados Unidos teme que en cualquier momento una célula terrorista secuestre aviones que vuelan desde y hacia su territorio. Desde la semana pasada, las autoridades norteamericanas no han hecho más que incrementar las medidas de seguridad de las aerolíneas que pasan por Estados Unidos. Según el diario The Washington Post, cazas F-16 de la fuerza aérea estadounidense escoltaron el martes a al menos dos aviones de Air France con destino a Los Angeles. El diario The New York Times informó ayer que un vuelo de Aeroméxico a Estados Unidos fue obligado a regresar a territorio mexicano porque sus pasajeros no habían sido revisados correctamente. El 31 de diciembre, otro vuelo de la misma línea con destino a Los Angeles fue cancelado por las autoridades norteamericanas “por razones de seguridad”. Y ayer, el vuelo 223 de British Airways de Londres a Washington fue cancelado porque según el Departamento de Transporte norteamericano, hubo informes de inteligencia que indicaban que este vuelo podía ser el blanco de un ataque. Dos días antes, el 31 de diciembre, el mismo vuelo fue retenido en Washington por agentes del FBI para interrogar a sus 247 pasajeros.
No bien aterrizó en el aeropuerto de Dulles, en las afueras de la capital, varios agentes del FBI detuvieron y subieron al avión del vuelo 223 de British Airways para interrogar a sus pasajeros durante tres horas. No hubo arrestos, pero según el vocero del FBI, Debbie Wierman, en ese vuelo había algunos pasajeros con los que “los fiscales estaban interesados en hablar”. Una vocera de la aerolínea británica se disculpó ante los pasajeros “pero si las autoridades estadounidenses pensaron que era apropiado y prudente interrogar a los pasajeros, entonces apoyamos plenamente esa decisión”, declaró. Entretanto, según el Post, el martes y el miércoles varios F-16 escoltaron el vuelo 68 de Air France, que venía de París, poco antes de aterrizar en Los Angeles. Los funcionarios estadounidenses de los servicios de seguridad se negaron a confirmar esta información, mientras que la vocera de la aerolínea francesa indicó que “no puede confirmar ni desmentirla”. Por otra parte, el New York Times indicó ayer que el gobierno francés se comprometió a entregar a Estados Unidos la lista de pasajeros de los “vuelos de riesgo”, como llama Washington a los aviones en los que podrían viajar posibles terroristas, al menos una hora antes del despegue. El procedimiento habitual es proporcionar esta lista cuando el avión ya está en vuelo.
En las últimas dos semanas, el gobierno estadounidense anunció zonas de exclusión aérea temporarias en Las Vegas, Nueva York, Disneyworld y el centro de Chicago por miedo a un ataque terrorista. En Los Angeles no se fijó una zona de exclusión, pero ayer, el centro de Pasadena, al este de Los Angeles, amaneció rodeado por más de 1000 policías ante un posible ataque terrorista durante el “Desfile de las Rosas”, que todos los años se hace en esa ciudad. La policía local admitió que no recibió amenazas específicas, pero prohibió volar sobre las calles donde marchó el desfile y sobre el estadio Rose Bowl.
El 31 de diciembre, un inspector de la Agencia de Seguridad en el Transporte (TSA) con base en México informó a sus colegas en Estados Unidos que los pasajeros que allí habían abordado un vuelo con destino a Los Angeles no habían sido suficientemente investigados. La aerolínea aceptó regresar a México y volver a revisar a los pasajeros, que luego abordaron otro avión diferente para viajar a la ciudad californiana. Pero el episodio enojó al gobierno mexicano. “El Departamento de Seguridad Interior estadounidense debería explicar por qué negó a ese vuelo el derecho a aterrizar y luego aceptó a los mismos pasajeros en otro vuelo a Los Angeles”, indicó la vocera presidencial Agustina Gutiérrez Canet. Más tarde, el vuelo 490 de la misma línea mexicana, que debía despegar desde el Distrito Federal con destino a Los Angeles, fue cancelado por el TSA “por razones de seguridad”. El organismo norteamericano no dio más detalles y la oficina de prensa de Aeroméxico confirmó que el vuelo no salió porque agentes del TSA “solicitaron que se revisara una vez más la lista de pasajeros de la nave”.

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