EL MUNDO › LA REUBICACIóN DE REFUGIADOS EVIDENCIA EL FRACASO DE LA POLíTICA MIGRATORIA EUROPEA
El gobierno de Tsipras trasladó a más de dos mil refugiados en micros a centros de albergue en el norte del país. Según denuncian organizaciones humanitarias, las condiciones de otros campamentos son incluso peores que en Idomeni.
El gobierno griego inició ayer el desmantelamiento del campo de refugiados ilegal de Idomeni, ubicado junto a la frontera con Macedonia. Ha conseguido trasladar a 2.031 refugiados en 42 micros y fueron llevados a centros de acogida organizados en el norte del país.
La operación de reubicación de migrantes de Idomeni, símbolo del fracaso de la política migratoria de Europa, que tras el cierre de las fronteras llegó a albergar a más de 12.000 refugiados, ha transcurrido sin incidentes, según la Policía, y continuará hoy.
En los últimos días ya habían sido trasladadas a estructuras organizadas unas 2.500 personas. “Se están desmontando las primeras tiendas de campaña. Todo se está desarrollando según lo previsto”, dijo el portavoz del comité para la crisis de refugiados, Giorgos Kyritsis y agregó: “La intervención durará varios días. Hasta el momento no se ha empleado la fuerza. La gente irá ahora a mejores campamentos”.
A las seis de la mañana de ayer, y con apoyo de unos 400 efectivos policiales, empezaron a salir los primeros micros con refugiados, que fueron separados previamente por nacionalidades y por etnias para ser llevados a campos diferentes. La policía había obligado el lunes a los medios y a los voluntarios que se encontraban en el lugar a abandonar el campamento, y tan sólo permitieron a la cadena de televisión pública ERT y a la agencia de noticias griega AMNA permanecer allí para informar sobre el curso del desalojo.
Oficiales de civil controlaban a cada persona que llegaba a Idomeni y sólo permitían el ingreso de los habitantes de la región. “No hay un objetivo fijo de traslados para cada día, la meta es llevarse a un máximo posible todos los días”, dijo un portavoz de la Policía. La policía griega publicó por la tarde imágenes tomadas desde un helicóptero en las que se veía cómo los migrantes se subían a los autobuses de manera coordinada y sin violencia. Según testigos, las tiendas de campaña, las lonas de plástico y la basura eran retiradas con ayuda de excavadoras. Además, los medios locales indicaron asimismo que la evacuación se estaba desarrollando sin que se recurra a la fuerza.
Los inmigrantes, que desde hace meses malviven en el lugar en condiciones inhumanas y bloquean además una importante línea de transporte ferroviario, serán trasladados a centros de internamiento organizados. La mayoría están ubicados en la región alrededor de Tesalónica. Los traslados de ayer se hicieron a instalaciones en Sindos y Derveni, ambos en las cercanías de Salónica, en el norte de Grecia. Se trata de dos de los siete nuevos centros de albergue que ha preparado o está ultimando el Gobierno con vistas a dar cabida a todos los refugiados de Idomeni, que a primeras horas de ayer todavía acogía a cerca de 8.500 personas. En los centros nuevos hay una capacidad de acogida total para más de 8.000 personas.
“Parece que la gente está aliviada con la evacuación”, señaló la portavoz de Médicos Sin Fronteras en Idomeni, Vicky Markolefa, quien explicó que las autoridades pidieron a la ONG reducir su presencia en el campamento, por lo que en estos momentos tan sólo quedan ocho voluntarios en la clínica de campaña que tienen establecida allí.
Los refugiados que permanecen en el campamento se resisten a ser trasladados. En muchas ocasiones intentaron ingresar por la fuerza a través de la valla con Macedonia, pero los policías de frontera de ambos países los reprimieron con gases lacrimógenos o granadas aturdidoras, lo que dejó varios heridos. Incluso tres afganos murieron al intentar cruzar al país vecino a través de un río. Actualmente, hay alrededor de 54.000 refugiados y migrantes varados en Grecia. La cifra de recién llegados se estancó después de que entrara en vigor un acuerdo firmado entre la UE y Turquía, que prevé la devolución de migrantes que lleguen a las islas griegas.
La organización humanitaria Medico International denunció que las condiciones de otros campamentos son en algunos casos aún peores que en Idomeni. Según indicó, en muchos casos no se cumplió con el acceso a procesos de asilo y reencuentros familiares que se habían prometido debido a la falta de personal, que consideró una consecuencia de la política de ahorro de la Unión Europea. “El desalojo (de Idomeni) representa un fracaso de la política de refugiados europea. No se trata de mejorar la situación de los varados, sino de volverlos invisibles”, consideró Ramona Lenz, de Medico international.
El 9 de marzo las fronteras quedaron selladas, pero ya el pasado noviembre, la Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM) había empezado a hacer una criba diferenciando entre los que calificaba de antemano como migrantes económicos, por ejemplo paquistaníes, iraníes o magrebíes, de los que en ese momento eran considerados como refugiados, es decir, sirios, iraquíes y afganos. En los meses posteriores fue limitando cada vez más la entrada, excluyendo a afganos primero, y a todos los que no tuvieran los papeles en regla, incluidos sirios, en los días que precedieron al cierre definitivo.
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