Mar 19.03.2002

EL MUNDO  › REFUERZO DE 1700 BRITANICOS EN AFGANISTAN

Cómo se alarga la Anaconda

Por Richard Norton Taylor
y Rory McCarthy *
Desde Londres y
Mazar-i-Sharif, Afganistán

El pedido norteamericano para el despliegue de 1700 soldados británicos en Afganistán muestra que, a pesar de los meses de intensos bombardeos aéreos y las semanas de combate terrestre, la guerra contra los talibanes y los combatientes de Al-Qaida está lejos de terminar. Sin embargo, el subjefe de operaciones del Estado Mayor Conjunto estadounidense, general John Rosa, afirmó que “la Operación Anaconda se ha completado”. Y el comandante de las fuerzas de Estados Unidos en Afganistán, Tommy Franks, calificó como “exitosa” la ofensiva. El Pentágono se negó a difundir cifras exactas de las bajas.
El secretario de Defensa británico, Geoff Hoon, admitió ayer en la Cámara de los Comunes que la reciente operación contra Al-Qaida está lejos de terminarse. “La Operación Anaconda mostró que muchos talibanes y miembros de Al-Qaida aún se encuentran en Afganistán fuertemente armados”, dijo Hoon a los parlamentarios británicos. A la vez, altos funcionarios británicos de Defensa revelaron que las fuerzas enemigas estaban bien disciplinadas y unificadas. Y agregaron que cuentan con una variedad de armas pequeñas, armas antitanques y antiaéreas. Con los nuevos refuerzos británicos, habrá cerca de siete mil tropas aliadas comprometidas en posiciones de combate en el sur y el este de Afganistán. Sin embargo, los funcionarios de Defensa admitieron que no conocen la fuerza del enemigo.
Calificados funcionarios militares afganos creen que grupos importantes y fuertemente armados de combatientes talibanes y de Al-Qaida aún se están desplazando libremente entre las montañas del este de Afganistán. La infantería británica, que será desplegada en Afganistán en dos semanas, se centrará en capturar a los combatientes que aún continúan peleando en una extensa zona en el sur y el este, cercana a la frontera con las anárquicas tribus paquistaníes. Aunque los militares norteamericanos tuvieron que aumentar el despliegue de tropas para perseguir a los grupos remanentes, sus operaciones no han sido tan exitosas como dijeron sus comandantes en un principio.
Mientras los funcionarios norteamericanos anunciaron que habían matado a cientos de combatientes en dos semanas de bombardeos bajo la Operación Anaconda, cerca de Gardez, sólo se encontraron unos pocos cadáveres. Altos comandantes afganos, desde el centro del campo de batalla en Shah-i-kot, admitieron a este diario que cientos de soldados enemigos simplemente se les escaparon de las manos. Parece que la intensa campaña de bombardeo, que utilizó las bombas más pesadas del arsenal no nuclear norteamericano –incluyendo la bomba termobárica Blue Two, diseñada para penetrar las cuevas subterráneas y los bunkers–, falló para derrotar a las tropas talibanas y de Al-Qaida, muy acostumbradas al terreno montañoso.

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Verónica Gago.

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