Lun 13.06.2016

EL MUNDO  › CINCUENTA MUERTOS CUANDO UN HOMBRE DISPARó CON UN FUSIL SEMIAUTOMáTICO DENTRO DE UN BOLICHE GAY DE FLORIDA

La noche más oscura de la pacífica Orlando

Cuando se festejaba la Noche Latina dentro del bar gay Pulse, en la ciudad estadounidense de Orlando, un hombre armado con un AR-15 y una pistola disparó a la multitud. Mató a 49 y fue muerto por la policía. Dudas sobre la pertenencia al Estado Islámico.

› Por Horacio Cecchi

A las dos de la madrugada, “la noche más caliente de Orlando”, como convocaba a toda la comunidad gay el Bar Pulse, estaba en su punto más alto. ¿Quién iba a imaginar en medio de tanta alegría picante, que la locura y la homofobia iban a reunirse en una misma mano que jaló el gatillo de un fusil de asalto semiautomático AR-15, para destrozar 49 vidas y dejar con graves heridas a otras 53? Entre tanta música y festejo del Mes del Orgullo Gay, en el local ubicado en el 1912 de la S Orange Avenue, centro geográfico de Orlando, estado de Florida, era muy fácil olvidar que un AR-15 como el utilizado podía ser comprado legalmente por cualquiera que no tuviera antecedentes penales. Y Omar Mir Saddiqui Mateen, ciudadano estadounidense de 29 años, no los tenía. Mateen fue la última vida segada, la suya por las balas policiales, en la peor masacre ocurrida en un tiroteo en el país que supuestamente cuenta con los controles más precisos y certeros del mundo, pero que es incapaz de controlar su propia locura armamentista. Mateen había sido investigado dos veces por el FBI por supuestas vinculaciones con el Estado Islámico, sin resultados. Tal es la mentira del control, que pese a haber sido investigado por el FBI, trabajaba como vigilador privado.

Los dueños del lugar lo publicitan como “el bar gay más caliente” de Orlando y el sábado era una fecha muy especial porque estos días se celebra el Mes del Orgullo Gay, un período en el que la comunidad de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales celebra sus avances y derechos adquiridos en largos años de lucha contra la discriminación social. El ataque de Mateen vino a desparramar sangre sobre esas llagas.

En el momento del ataque, la Policía estimó que había unas 320 personas adentro del boliche. Según las reconstrucciones, Mateen se tiroteó con la policía fuera del boliche y, en medio del enfrentamiento, irrumpió en Pulse y continuó disparando. Luego tomó rehenes y se metió en el baño. El jefe de la policía local, John Mina, explicó que alrededor de las 5 de la madrugada la policía consiguió liberar a los rehenes, mató al atacante y realizó una explosión controlada sobre un artefacto que llevaba encima el atacante.

“Por todas partes había charcos de sangre”, contó al diario local Orlando Sentinel, Christopher Hansen, quien junto a su novia, Rosie Feba, lograron sacar a una persona herida. Frente al boliche, del otro lado de la calle, José Torres, un empleado de un local de comidas rápida, observó la huida masiva de personas. “Fue algo que no había visto nunca. Vi a mucha gente gritando y llorando. Sencillamente gritando y corriendo como locos”, contó a la cadena de noticias CNN.

La novia de Hansen, tampoco se dio cuenta de inmediato que se trataba de disparos a los que confundieron con la música latina. Otra mujer contó que recién cuando vio a un hombre con un arma agarró del brazo a su novia y comenzaron a correr. En el medio, las dos mujeres encontraron a un herido con la remera toda ensangrentada y lo arrastraron hasta la calle.

Caos total. Algunos corrían, otros se escondían, algunos llamaron al 911 para pedir ayuda. “La gente en la pista de baile y en el bar se tiraban unos sobre otros y algunos de nosotros logramos llegar a la puerta y salir corriendo”, contó Ricardo Negrón Almodóvar, uno de los sobrevivientes en su cuenta de Facebook.

Una vez que el tiroteo y la toma de rehenes terminó y la noticia apareció en los medios, amigos y familiares de las víctimas y los sobrevivientes se acercaron al lugar para buscar a sus seres queridos. Allí surgió otro tipo de caos y tensión. Familiares y amigos llorando y rogando a los uniformados desplegados en la zona información sobre sus seres queridos.

Más de 60 fueron trasladados a los hospitales más cercanos. Al menos nueve fallecieron durante el traslado o en los hospitales. El resto, los otros 40, murieron dentro del boliche.

Según el FBI, antes de entrar Mateen llamó al 911 y durante la llamada, juró lealtad “al líder del Estado Islámico”, mencionó a los dos jóvenes que pusieron una bomba en la recta final del maratón de Boston en 2013 y al primer miliciano estadounidense que se inmoló en Siria, Moner Mohammad Abusalha, un ciudadano oriundo de Florida. El dato que por sí mismo no indica que haya sido organizado como un atentado del EI, generó confusión.

Poco después, se mencionó que el EI había reivindicado la autoría de la matanza e identificó a Mateen como uno de los suyos por la agencia de noticias Amaq, vinculada a la milicia extremista. Pero la organización no había emitido por sí misma un comunicado propio hasta última hora de anoche. Las dudas con las que oficialmente se trató el caso apuntaban hasta el momento a que se trataba de locura exasperante condimentada con homofobia y gusto por las armas. Los familiares de Mateen confirmaron que era violento, y su ex mujer que fue rescatada por sus padres, sostuvo que la golpeaba permanentemente.

El mismo tipo de fusil semiautomático utilizado por Mateen había sido usado en el tiroteo dentro de la escuela primaria Sandy Hook, de Newton, Connecticut, el 14 de diciembre de 2012 por Adam Lamza, quien mató a 26 personas, entre ellas 20 niños. Y en el ataque del 2 de diciembre de 2015, en el que 14 personas murieron en un centro de ayuda para discapacitados en San Bernardino (California), en un hecho protagonizado por el matrimonio formado por Syed Farook y Tashfeen Malik, quienes también se habían proclamado como integrantes de EI, lo que luego fue desmentido.

La masacre del Bar gay Pulse provocó que varias agencias de seguridad reforzaran el despliegue de oficiales alrededor de los desfiles del Orgullo Gay, un evento que se replica en todo el territorio a lo largo de este mes.

Según el agente del FBI Ron Hopper, están investigando “todos los ángulos”, y dijo que el atacante “actuó con mucha organización y estaba bien preparado”.

En su breve pero emotivo mensaje televisado a la nación desde la Casa Blanca, el presidente Barack Obama, además de calificar al ataque como “un acto de terror y odio”, lo vinculó con su frustrado intento de regular la venta de armas en Estados Unidos (ver aparte).

De a poco, las autoridades empezaron a publicar los nombres de las víctimas fatales. Los primeros pertenecen a la comunidad latina, algo que se esperaba ya que en el boliche Pulse atacado se celebraba la “noche de música latina”. La más caliente de Orlando.

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