EL MUNDO › UNA ENCUESTA DEMUESTRA QUE EN EE.UU. CRECE EL APOYO AL CONTROL DE ARMAS
Aumenta la cantidad de norteamericanos que está a favor de prohibir o poner restricciones a la venta de armas de asalto. Y nueve de cada diez apoya el control de antecedentes de los potenciales compradores de este tipo de armas.
El 57 por ciento de los estadounidenses está a favor de prohibir la venta de armas de asalto en Estados Unidos, días después de la matanza en un club gay en Orlando, Florida, según una encuesta difundida ayer, sobre un total de 1001 adultos entrevistados. La mayoría se muestra a favor de la restricción de este tipo de armas, frente al 44 por ciento que la apoyaba en diciembre, según los resultados de la encuesta de CBS News. En cambio, el 38 por ciento de los encuestados se opone a esta legislación (en diciembre estaba en contra el 50 por ciento).
El apoyo o no a la prohibición varía según el partido con el que simpatizan los encuestados. La mayoría de los votantes demócratas (78 por ciento) cree que habría que prohibir la venta de armas de asalto, mientras el 18 por ciento se opone. En cambio, más de la mitad de los votantes republicanos es contrario a la prohibición, mientras que el 45 por ciento está a favor. Los votantes independientes se encuentran divididos: 47 por ciento está a favor de la prohibición y el 45 por ciento en contra.
Por otro lado, la mayoría de los estadounidenses (57 por ciento) considera que las leyes de venta de armas en Estados Unidos deberían endurecerse, un 11 por ciento cree que deberían ser menos estrictas y un 29 por ciento considera que deberían dejarse tal como están actualmente. Y nueve de cada diez estadounidenses (89 por ciento) está a favor de investigar los antecedentes penales de potenciales compradores.
Omar Mateen, el autor de la masacre de Orlando, compró el rifle de asalto y la pistola legalmente en una armería, ya que no tenía antecedentes penales. Mateen había sido en dos ocasiones investigado por el FBI por posibles vínculos con el terrorismo, pero los casos se cerraron sin que fuera acusado de nada.
Impulsadas por los temores a una mayor regulación, las ventas de armas han prosperado en Estados Unidos durante el gobierno de Barack Obama tras mortales tiroteos, aunque el mercado ha captado pocos nuevos clientes.
Uno de los principales grupos de presión a favor de la libre venta de armas, la National Shooting Sports Federation, calcula que el impacto económico directo e indirecto de la industria es de 49.300 millones de dólares por año.
El número de armas de fuego que circulan en Estados Unidos sigue siendo muy elevado. Entre 270 millones y 310 millones: suficientes para armar, prácticamente, a cada habitante del país.
El tema se convirtió en uno de los caballitos de batalla de esta campaña electoral. La virtual candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, abogó esta semana a favor de la prohibición de la venta de armas, a lo que se oponen los legisladores republicanos, que tienen la mayoría en ambas cámaras del Congreso.
Donald Trump, el candidato republicano, moderó su discurso y anunció que se reunirá con la Asociación Nacional del Rifle (NRA) para discutir formas de evitar que personas investigadas por “terrorismo” puedan comprar armas, mientras su partido busca cómo responder a la peor matanza a tiros de la historia moderna del país.
“Me reuniré con la NRA, que ya me ha dado su apoyo, para tratar la prohibición de comprar armas para personas que estén en la lista de vigilancia por terrorismo o la lista para no viajar en avión”, anunció Trump en su cuenta de Twitter, con una iniciativa que se aleja de la retórica pro armas previa a la masacre de Orlando.
La organización proclamó su apoyo oficial al candidato republicano el mes pasado, y el mismo día el magnate inmobiliario prometió durante una convención de la NRA que iba a defender a ultranza el derecho, expresamente tutelado por la Constitución de Estados Unidos, de portar armas.
En medio de presiones del oficialismo demócrata para que los republicanos voten a favor de una ley de control de armas, Trump no precisó cuándo ni dónde se realizará la reunión, y su equipo de campaña de Trump no respondió a preguntas sobre detalles del encuentro.
Cuatro días después de la masacre en el boliche gay de Orlando, el presidente Obama visitará la ciudad, en un emotivo viaje de unas horas que buscará expresar el apoyo y las condolencias del mandatario a las víctimas y sus familiares.
Ya en el pasado, tras otros tiroteos masivos, el mandatario demostró en discursos públicos que la cuestión de la violencia armada dentro del país, facilitada por la venta libre de todo tipo de armas, incluidos los fusiles de asalto –versión civil de las armas de guerra–, es uno de los temas políticos que más lo sensibilizan.
A lo largo de 2013, Obama utilizó gran parte de su capital político para intentar hacer aprobar en el Congreso mínimos controles en la venta de armas. Tras una pulseada abierta con el lobby de ese sector productivo, el mandatario no consiguió un apoyo mayoritario, ni siquiera un consenso absoluto dentro de su propia bancada.
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