Lun 19.01.2004

EL MUNDO

Una batalla de pan de banana entre el living, el comedor y la cocina

Los precandidatos demócratas –cuatro con chances– disputarán hoy las asambleas partidarias en el estado de Iowa, que se libran en los más diversos ambientes, como ilustra esta nota.

Por Andrew Buncombe *

Para prepararse para este inminente asalto a la democracia, Linda Wise ha estado limpiando su casa y horneando pan de banana y nueces. También ha tenido que recordar lo que pasó hace cuatro años. Más tarde, mientras los habitantes de Iowa eligen al candidato demócrata que competirá con George W. Bush en las elecciones presidenciales de noviembre, esta enfermera será la anfitriona de una de las casi 2000 asambleas del partido en las que los votantes mostrarán sus preferencias. La mayoría de las asambleas de este estado se realizarán en los atrios de iglesias o en escuelas, pero en el pequeño pueblo de Winterset, ubicado en el condado de Madison, famoso por sus puentes cubiertos, la señora Wise recibirá a la gente en su casa pintada de azul.
“Será la segunda asamblea que hago en casa”, dijo Wise, una amistosa mujer de 57 años que toma muy en serio su papel en estos comicios. “En un distrito común una esperaría entre siete y 11 personas. Pero este año esperamos más de 50”, agregó. “Hay más interés en esta elección presidencial que en ninguna otra desde 1988”, explicó. “Creo que es una combinación de cosas: la disconformidad de la gente con la forma en la que se llevan las cosas en este país, la preocupación por lo que está pasando ahora en Irak, sin importar si estaban a favor o en contra de la guerra”, dijo.
Además de atraer el mayor interés de los últimos años –los analistas predicen que el número de votantes podría ser de 100.000, comparado con los 60.000 del 2000– es probable que la batalla de Iowa sea una de las contiendas más parejas de la historia de este estado. Una encuesta publicada ayer ubicó al senador de Massachusetts John Kerry en el primer puesto con 26 puntos, muy por delante del senador de Carolina del Norte John Edwards, con 23, del ex gobernador de Vermont Howard Dean, con 20, y del congresista de Missouri Dick Gephardt, que tiene 18 puntos. Pero los expertos dicen que con los ocho puntos que separan a los cuatro que llevan la delantera y con los sondeos que sugieren que mucha gente sigue indecisa, cualquiera de estos candidatos podría ganar.
Dada la importancia de esta pelea para cualquier candidato que espere ganar la nominación del partido, el proceso de las asambleas parece terriblemente elemental. En realidad, a pesar de que las reglas parecen un tanto confusas –Wise y otros “capitanes de distrito” tuvieron que sacar las instrucciones que usaron hace cuatro años–, ésta es la elección más importante de la democracia participativa.
Las reglas de las asambleas de partido funcionan así: hoy a las 6.30 de la tarde, después de que los votantes hayan viajado con este clima helado, las asambleas se abrirán, los votantes tendrán que firmar y se elegirán los funcionarios para esta noche. Sólo los demócratas afiliados o los independientes pueden participar en estas asambleas. Los republicanos podrían, si quisieran, afiliarse al Partido Demócrata esta misma noche.
Media hora después, quizá luego de un pedazo de pan de banana y una taza de café, a la gente se le pedirá que se divida en varios grupos, según a qué candidato apoyen. En el caso de la asamblea de Wise, los seguidores de Dean tendrán que pararse en la cocina mientras que los partidarios de Gephardt deberán amontonarse en el living. Los de Kerry y Edwards estarán en el comedor. Y sólo Dios sabe dónde ubicará Wise al que apoye al congresista de izquierda Dennis Kucinich.
Seguramente habrá un poco de caos. Para que el grupo de un candidato se mantenga “viable”, tendrá que conseguir al menos el 15 por ciento de los votos. Si algunos grupos no tienen los votos suficientes, los miembros del grupo viable podrán llamar a sus amigos y vecinos de los no viables para que se sumen a ellos. ¿Voto secreto? Usted debe estar loco.
Pobre señora Wise. En su comedor hay un aparador lleno de porcelana. Uno se imagina el desastre que podría desatarse si en medio de la noche los seguidores de Gephardt, por ejemplo, son obligados a cambiarse al bando del juvenil Edwards, apretujándose entre los partidarios del líder de las encuestas, Kerry. Wise dice que en los 30 años que lleva organizando asambleas, nunca vio ninguna situación violenta. Pero, nunca antes su mejor vajilla había estado tan amenazada.
Una vez que los votantes están satisfechos, se designan los delegados para cada grupo viable según una fórmula matemática basada en el número de participantes. Estos delegados irán a la convención del condado para votar a los delegados que los representen en la convención estatal y luego en la convención nacional demócrata en Boston, a mediados de este año.
El personaje más famoso de Winterset, Marion Robert Morrison, más conocido como el actor John Wayne, que nació en 1907 a unos kilómetros de la casa de Wise, fue un célebre partidario del “cazador de comunistas” Eugene McCarthy. Si estuviera vivo, sería poco probable que el hombre que ganó un Oscar por encarnar a Rooster Cogburn en “Valor de Ley” votara por Kucinich.
Pero a medida que transcurre este proceso electoral, es fácil perder de vista el panorama que va tomando forma a lo largo y a lo ancho del estado e incluso en el país, mientras los demócratas buscan desbancar a un presidente cuyo índice de popularidad sigue extremadamente alto para esta altura del ciclo político. “Agradezco la postura valiente y honesta de Dean desde el comienzo”, dijo ayer el ex presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, al elogiar al ex gobernador de Vermont por su oposición a la guerra en Irak. Ayer, este último viajó a Plains, la ciudad natal de Carter en el estado de Georgia, para encontrarse con el ex mandatario y Premio Nobel de la Paz. Pese a que había prometido no apoyar a ningún candidato, Carter dijo que Dean es un “defensor de la paz”. Dean sigue liderando las encuestas nacionales (ver recuadro), pero la semana pasada sus números en Iowa cayeron mientras las campañas más positivas de Kerry y Edwards seducían a más votantes.
Edwards, un sureño de voz suave que hace unas semanas tenía porcentajes de intención de voto bajísimos, ha experimentado un resurgimiento que tomó de sorpresa a los analistas. El sábado a la noche, una multitud que lo aclamaba en un centro comunitario de Iowa Falls tuvo que esperarlo porque la gente de otro acto lo hizo retrasarse. “La gente se preguntará si estoy listo para esto”, dijo un enérgico Edwards, que por momentos sonó como un pastor bautista. “He estado preparándome para esta pelea durante toda mi vida. Si me dan una oportunidad ante George W. Bush, yo les voy a dar la Casa Blanca”, exclamó ante una multitud en éxtasis.
“No es negativo, de ninguna manera. Creo que la gente está harta de los candidatos negativos”, dijo Delmarie Chaplin, una enfermera de 61 años. “Fue abogado litigante y si fue lo suficientemente fuerte como para demandar a todas esas grandes corporaciones, es lo suficientemente fuerte como para ganarle a Bush”, indicó. Pero todavía falta un largo camino antes de que uno de los candidatos demócratas se enfrente a Bush en la competencia presidencial del 2 de noviembre. El proceso empieza esta noche.

* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Milagros Belgrano.

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