Mar 20.01.2004

EL MUNDO

Tomándoles la palabra a los okupas sobre democracia

Estados Unidos y Gran Bretaña justificaron su invasión de Irak diciendo, entre otras cosas, que se proponían establecer una democracia. La mayoría chiíta marchó ayer pidiendo precisamente eso.

Por Patrick Cockburn*
Desde Bagdad

En su mayor despliegue de fuerza política desde la guerra, decenas de miles de chiítas iraquíes marcharon por Bagdad ayer cantando consignas a favor de elecciones libres para elegir un nuevo gobierno. Los manifestantes, alrededor de 100.000, se lanzaron en filas bien disciplinadas a través de las calles de Bagdad hacia la Universidad de alMustansariyah gritando, “Sí, sí, a las elecciones” y “No, no a la ocupación”. Los chiítas, que se cree que son 15 a 16 millones de una población total de 25 millones de iraquíes, temen que EE.UU. y sus aliados locales traten de privarles de poder nombrando a miembros para una nueva asamblea y un gobierno a los que Washington se ha comprometido en entregar el poder el 1 de julio.
La manifestación estaba abiertamente dirigida a Kofi Annan, el secretario general de la ONU, tratando de persuadirlo de que no apoye los planes de Estados Unidos para una elección indirecta. Annan se reunió ayer en Nueva York con Paul Bremer, el principal funcionario estadounidense en Irak y con una delegación del Consejo de Gobierno Iraquí digitado por Estados Unidos. La ONU está muy temerosa de regresar a Irak después de que un atentado suicida matara el domingo a 31 personas e hiriera a 120, en su mayoría trabajadores iraquíes, en la entrada de los cuarteles de EE.UU. en Bagdad. Muchos de los manifestantes llevaban imágenes del gran ayatolá Alí Sistani, el clérigo chiíta más influyente, que decididamente rechazó los planes de EE.UU. de asambleas provinciales que elegirían una asamblea según un acuerdo firmado el 15 de noviembre. Fue él quien convocó la manifestación. “Los estadounidenses quieren elegir a nuestros líderes”, dijo Amar Abdul Hassan, un estudiante. “Queremos elegirlos nosotros a través de elecciones”.
Banderas gigantes verdes, rojas, blancas, negras y azules flameaban en el viento mientras los manifestantes, casi todos hombres con unos pocos grupos de mujeres, cantaban loas a Alí y Hussein, los mártires fundadores de la fe chiíta. Un par de helicópteros de observación de Estados Unidos sobrevolaba la muchedumbre. Los manifestantes demostraron el poder político de los líderes chiítas y de Alí Sistani en particular. Muchas banderas tenían consignas en inglés y en árabe, demostrando que los organizadores tenían interés en lograr un impacto sobre el público de la televisión extranjera. “Rechazamos cualquier Constitución que no sea elegida por el pueblo iraquí”, decía una bandera en inglés. Estados Unidos y el Consejo de Gobierno dicen que no se pueden organizar a tiempo elecciones directas. Los manifestantes de ayer dudaban de esto, Adnan Saddam, ingeniero del Ministerio del Petróleo, dijo: “La verdadera razón por la que Ahmad Chalabi e Iyad Allawi (ex miembros de la exiliada oposición) no quieren elecciones es porque no serían elegidos”.
Los manifestantes estaban ansiosos por demostrar que no eran chiítas sectarios ni excluyentes. Akhil Oda, un estudiante, dijo. “No, no. No hay motivos para que los sunnitas nos teman porque será una democracia en la que todos tendrán sus derechos”. Pero los sunnitas saben que son los chiítas los que tienen mayoría en las elecciones. A diferencia de las áreas sunnitas de Irak, mucha gente en la manifestación expresó su oposición a la resistencia armada.
La manifestación marca otra etapa en el surgimiento de Alí Sistani, el líder de 73 años de Hawza o redes de escuelas religiosas en Najaf, como el líder iraquí más importante. Si emite una fatwa denunciando el proceso político organizado por Estados Unidos y el Consejo de Gobierno, entonces éste tendrá poca legitimidad a los ojos de los iraquíes. La paciencia de los chiítas se ha estado acabando en los últimos meses y uno de los principales motivos es que la economía no mejoró como esperaban los iraquíes en el momento de la caída de Saddam en abril pasado. En las últimas semanas, hubo protestas por el desempleo en muchas ciudades chiítas.
Será difícil para Bremer ignorar las protestas que, como las de ayer, exigen elecciones democráticas. Estados Unidos y Gran Bretaña justificaron la guerra sosteniendo que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva. El fracaso de encontrarlas desacreditó a las armas de destrucción masiva como justificación para la guerra. Esto ha hecho que el derrocamiento de Saddam Hussein y la introducción de la democracia en Irak sean más importantes internacionalmente como justificativo para el conflicto. Será embarazoso para Estados Unidos llevar a cabo elecciones que fueron denunciadas como no democráticas por Alí Sistani y la mayor comunidad iraquí. Sistani también está exigiendo que la asamblea electa democráticamente y el gobierno deberían determinar cuánto tiempo se quedarán en Irak las fuerzas de Estados Unidos. Durante el año pasado les dijo a sus seguidores que deberían hablar y cooperar con los estadounidenses por el momento, pero que deberían finalizar toda conversación preguntando: “¿Cuándo piensan irse?”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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