EL MUNDO › INFORMO POR CARTA QUE SE HACE CARGO DE LA PRESIDENCIA DEL MERCOSUR
Con un gesto inédito en la historia del bloque, Caracas asumió la jefatura por su cuenta, sin consenso y sin que existiese el traspaso de mando, que como estipulan los estatutos debe darse con la conformidad de todos los socios.
Venezuela informó ayer por carta a los demás países que integran el Mercosur que asumió la presidencia pro témpore del bloque, que le correspondía tras la salida de Uruguay de ese lugar por el orden alfabético que rige el sistema. Esto abre una nueva instancia de entendimiento regional porque Caracas asumió la jefatura por su cuenta, sin consenso y sin que existiese el traspaso de mando, que como estipulan los estatutos debe darse con la conformidad de todos los socios.
“Tenemos a bien informar que, a partir del día de hoy, la República Bolivariana de Venezuela asumirá con beneplácito el ejercicio de la Presidencia pro témpore del Mercosur, con fundamento en el artículo 12 del tratado de Asunción y en correspondencia con el artículo 5 del Protocolo Ouro Preto”, afirma la carta, con fecha del viernes. La misiva, remitida por el Ministerio de Relaciones Exteriores venezolano a las cancillerías de los países miembros de la organización (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia) recalca que estos artículos son los únicos instrumentos normativos fundacionales que regulan la procedencia y continuidad de la presidencia pro témpore del Mercosur. El texto enviado señala que durante el ejercicio de la presidencia, Venezuela realizará su mayor esfuerzo para garantizar la legalidad, institucionalidad, legitimidad y desempeño de este importante bloque de integración suramericano, bajo una vocación profundamente unionista.
“Lo que complica a Venezuela es algo determinante para el Mercosur, y es que el Mercosur fue, es y será de naturaleza intergubernamental, lo que implica que todas las normas son por consenso. No podés arrogarte algo sin el consenso de los socios del bloque”, explica la Doctora en Derecho Internacional de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Valentina Delich. Por este motivo, Paraguay no reconoció la decisión de Venezuela y determinó que Argentina sería el miembro adecuado para ocupar la vacante dejada el viernes por Uruguay. “Para nosotros, esta (la de Venezuela) es una presidencia de facto que Paraguay no reconoce como tal y no se da por notificado”, afirmó el canciller paraguayo, Eladio Loizaga.
Bolivia (que tiene en trámite su ingreso como miembro pleno) fue el único país que saludó la jefatura temporal de Venezuela. “Otro ataque a la integración económica por instrumentos del sistema capitalista. Saludamos presidencia pro témpore venezolana del Mercosur”, escribió el presidente Evo Morales en su cuenta de la red social Twitter. Uruguay, por su parte, evaluó que no había razones para no hacer el traspaso, y así lo ratificó ayer, cuando hizo público el fin de su gestión. “Uruguay entiende que al día de hoy no existen argumentos jurídicos que impidan el traspaso de la presidencia pro témpore a Venezuela”, señaló un comunicado de su Cancillería. En cambio, Paraguay y Brasil son los que oponen resistencia, porque consideran que el país caribeño no puede ejercer la presidencia del Mercosur por la crisis política e institucional que atraviesa, y porque antes es necesario clarificar las denuncias de violaciones a los derechos humanos. “Paraguay y Brasil tienen el derecho de decirle a Venezuela algo acerca de su calidad democrática, pero tienen que probarlo. Es legítimo que piensen que la democracia está en el límite de lo que consideran una democracia en el pleno de sus funciones. Pero esta declaración que hacen es de naturaleza política. Es un problema tratar de utilizar la normativa, es como si judicializaras la política, transitás por una línea muy delgada”, asegura Delich.
Los artículos de los tratados que cita Venezuela para anunciar que asume la presidencia señalan que el cargo debe ser entregado y rotado cada seis meses entre los países y por orden alfabético. Paraguay sostuvo, sin embargo, que dicha presidencia quedaba vacante al dejarla Uruguay porque no se puede traspasar de forma automática. “Esto es una guerra de guerrillas. Justificar que el tratado dice esto u aquello. Es una discusión política que quieren salvar con mecanismos jurídicos, que encima son flexibles. Lo que están haciendo ahora es venir a invocar la supuesta fortaleza de reglas que nunca fueron rígidas. Y ese es un diagnóstico recurrente del Mercosur. ¿Por qué de pronto ahora parece que todo se caracteriza por las virtudes institucionales? Si nunca fortalecieron las instituciones”, opina Delich.
Lo sucedido es el corolario de las profundas disidencias entre los socios, que obligaron a suspender la reunión del bloque inicialmente prevista para ayer en Montevideo. El canciller paraguayo Loizaga, señaló que no hay traspaso, por lo que se espera ahora ver qué actitud asumirá la administración de Horacio Cartes. Por Brasil habló el presidente interino, Michel Temer, para quien Venezuela debe completar primero el proceso de adaptación al Mercosur, para luego ser considerado como miembro pleno del bloque y entonces poder asumir su presidencia rotativa. “Brasil no está exactamente oponiéndose a que se transfiera la presidencia a Venezuela, pero sí ponderando que, para ser parte integral del bloque, tiene que cumplir requisitos pactados hace cuatro años, que aún no ha cumplido”, declaró Temer.
Para la experta, la postura de Temer es relativa. “Son argumentos de tipo jurídico. Lo que le dicen a Venezuela es que no puede ejercer por no ser pleno”, concluye Delich.
Casi a modo de réplica, la ministra venezolana de Relaciones Exteriores, Delcy Rodríguez, reclamó el mando: “Al dejar Uruguay la presidencia del Mercosur, debe ser transferida sin ningún tipo de retardo y de excusas a Venezuela”. Uruguay pretendía formalizar el traspaso durante la reunión del Consejo del Mercado Común del Mercosur, pero las deliberaciones fueron canceladas porque Brasil y Paraguay anunciaron que no asistirían, y Argentina se abstuvo de fijar posición. “Lo que están haciendo es torturar todos los tratados que hay del Mercosur para que alguno confiese, pero a ninguno de los socios les van a dar la razón. Ni a Venezuela darle la presidencia, porque el Mercosur no tiene ese mecanismo que intentan imponer, ni a los demás que se oponen a Venezuela por no cumplir. No pueden solucionarlo así”, comenta Delich.
La situación llega al bloque en momentos en que el Mercosur se prepara para profundizar las negociaciones con la Unión Europea en busca de cerrar amplios acuerdos sobre comercio. También influye la voluntad de algunas de sus socios de apuntar a estrategias de asociación con la Alianza del Pacífico, motorizada por Chile, Colombia, México y Perú.
Informe: Florencia Garibaldi
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