El presidente del gobierno español en funciones, Mariano Rajoy, se abrió ayer paso en las difíciles negociaciones de cara a su reelección. Acordó con el liberal Albert Rivera un diálogo directo sobre temas de gobernabilidad, pese a no asegurarse su apoyo y reconocer que sigue dependiendo de los socialistas.

“Hoy hemos dado un primer paso y la más larga caminata comienza siempre con un primer paso. Nadie ha dicho que esto vaya a ser fácil y rápido”, dijo Rajoy en conferencia de prensa tras casi hora y media de reunión con el líder de Ciudadanos Albert Rivera. “Me voy de aquí sabiendo que puedo negociar algo”, remarcó el líder del Partido Popular (PP) antes de decir que seguirá trabajando intensamente y hará todo lo posible para evitar unas terceras elecciones.

Aunque Rivera ratificó que los 32 diputados de Ciudadanos se abstendrán ante la investidura, también anunció que está dispuesto a negociar los presupuestos del Estado. Según explicó Rajoy, a partir de ayer ambos van a intercambiar datos y puntos de vista sobre asuntos como los objetivos de déficit y el techo de gasto, si bien no se conformarán mesas de negociaciones. El dirigente conservador también está dispuesto a estudiar la propuesta de Rivera de formalizar un pacto de Estado para hacer frente al desafió secesionistas de Cataluña. Rajoy remarcó: “Si el Partido Socialista (PSOE) vota no, no habrá investidura, y eso es una obviedad. Y si Ciudadanos no colabora será difícil un gobierno con un mínimo de estabilidad”.

El PP pretende que Ciudadanos se mueva de la abstención al voto afirmativo para de esa forma facilitar la abstención socialista. Para lograrlo ofreció una negociación leal, abierta y sin límites, en base a un documento que le entregó a Ciudadanos y al PSOE para abordar temas de presupuesto, déficit, pacto social, Educación y Ciencia, lucha contra el terrorismo y diálogo territorial para responder al conflicto con Cataluña.

“Que no lo vamos a apoyar (Rajoy) ya lo sabe, pero hay un espacio de responsabilidad, que es la abstención. No podemos asumir papeles que no corresponden a los escaños que tenemos”, subrayó por su parte Rivera, consciente de que el voto afirmativo de Ciudadanos tampoco garantiza la elección del líder del PP, que cuenta con 137 diputados y necesita llegar a los 176 o más votos a favor que en contra. “Espero que Rajoy consiga negociar la abstención del PSOE por el bien de este país”, añadió, trasladando la presión a ambos partidos.

El dirigente centrista remarcó que si el socialista Pedro Sánchez sigue en el no, España está abocada al bloqueo y a una crisis institucional sin precedentes. Rivera destacó además que no hay alternativa a Rajoy, que es el candidato designado por el rey Felipe VI y que por ese motivo, no está cuestionando su figura pese a haber considerado que estaba manchado por la corrupción del PP. “Hay un primer paso que es la investidura, y dependemos todos de lo que el señor Sánchez y el Partido Socialista haga. Si mantiene el no estaremos condenados a repetir elecciones”, reiteró.

Antes de reunirse con Rivera, Rajoy se entrevistó el martes con el socialista Pedro Sánchez, quien volvió a rechazar la posibilidad de una gran coalición así como también se negó a abandonar el veto a su investidura. “Rajoy tiene que presentarse a la investidura, debe asumir la responsabilidad constitucional, le vamos a dar el tiempo que necesita, pero el PP debe ofrecer un acuerdo programático a la derecha”, dijo Sánchez.

El acercamiento de ayer entre Rajoy y Rivera va en esa línea, pero la opción de un acuerdo entre partidos de derecha, que debería incluir al menos a los nacionalistas vascos, ha sido descartado por el PP y también por Ciudadanos. La pelota sigue en el techo del PSOE. “Estoy trabajando para evitar elecciones y formar un gobierno que pueda gobernar, pero esto no depende solo de mi y mi partido”, insistió Rajoy.