EL MUNDO › UN GRAN PASO PARA LAS RELACIONES DIPLOMáTICAS
Obama nombró ayer a Jeffrey DeLaurentis embajador de Estados Unidos en Cuba, luego de más de 50 años con representantes de menor nivel. El Senado debe confirmarlo.
Después de más de medio siglo sin relaciones diplomáticas, habrá un representante de la Casa Blanca en Cuba. Barack Obama eligió ayer a quien encabeza la misión norteamericana en el país caribeño para que sea el portavoz oficial de Estados Unidos en La Habana. “Hoy estoy orgulloso de nombrar a Jeffrey DeLaurentis para ser el primer embajador de Estados Unidos en Cuba en más de 50 años. El liderazgo de Jeff ha sido vital a lo largo de la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, y el nombramiento de un embajador es un paso adelante hacia el sentido común en una relación más normal y productiva entre nuestros dos países”, consideró el mandatario norteamericano. “No hay ningún servidor público más adecuado para mejorar nuestra capacidad de comprometernos con el pueblo cubano y promover los intereses de Estados Unidos en Cuba que Jeff”, aseguró el jefe de Estado tras enviar el nombramiento DeLaurentis al Senado, que debe confirmarlo en ese cargo.
Para resaltar la figura del funcionario, Obama destacó la carrera diplomática de DeLaurentis y su amplia experiencia en Cuba y América Latina, así como su desempeño como jefe de la misión en La Habana, que lleva adelante desde agosto de 2014, en una serie de aspectos que ponderó de manera satisfactoria. “Jeff ya está trabajando con Cuba en temas que hacen avanzar los intereses nacionales de Estados Unidos, como la aplicación de la ley, la lucha contra las drogas, la protección del medioambiente, la lucha contra la trata de personas, la ampliación de las oportunidades comerciales y agrícolas, y la cooperación en la ciencia y la salud”, señaló.
Asimismo, el mandatario insistió en que el diplomático se involucró de manera positiva con el pueblo cubano, y en ese intercambio expresó y defendió los valores estadounidenses para defender los derechos humanos en la isla. Por otra parte, Obama hizo hincapié en la amplia experiencia de DeLaurentis trabajando con Naciones Unidas. “Tener un embajador hará que sea más fácil abogar por nuestros intereses, y se profundizará nuestra comprensión, incluso cuando sabemos que vamos a seguir teniendo diferencias con el Gobierno cubano”, consideró el presidente norteamericano.
“Es exactamente el tipo de persona que queremos que represente a Estados Unidos en Cuba, y sólo nos perjudicamos a nosotros mismos no siendo representados por un embajador”, alertó el presidente, ante las dificultades que tuvo en los últimos meses, cuando le tocó enfrentar escollos para que la Cámara alta, de mayoría republicana, aprobara sus sugerencias en puestos de Gobierno. “El nombramiento de un embajador es un paso de sentido común hacia una relación más normal y productiva entre nuestros dos países”, defendió Obama, cuya política con Cuba cuenta con importante oposición en las filas del Partido Republicano, sobre todo por parte de congresistas de origen cubano. Especialmente combativos fueron el senador por Florida, Marco Rubio, y el senador por Texas, Ted Cruz, que llegaron a asegurar que bloquearán todo nombramiento de embajador en Cuba.
Para dejar sin efecto la nominación impulsada por el presidente norteamericano sólo hace falta que un solo senador presente su oposición. Un caso reciente fue el que incluyó a la actual representante estadounidense en México, Roberta Jacobson. Quien presentó una fuerte resistencia a su nombramiento fue el mismo Marco Rubio, responsable de sitiar su pliego durante meses como represalia por su performance durante el proceso que culminó con el acercamiento entre Washington y La Habana.
A fines de 2014, Estados Unidos y Cuba anunciaron el reinicio de sus relaciones, proceso de acercamiento que se cristalizó en la apertura de las embajadas de ambos países en 2015, el izado en julio del año pasado de la bandera de Cuba en su embajada en Washington, el arribo a la isla del secretario de Estado, John Kerry. El propio Obama se convirtió en marzo en el primer presidente de Estados Unidos en viajar a Cuba desde 1959.
Obama toma la decisión a menos de cuatro meses de dejar el cargo en manos del ganador de las elecciones del 8 de noviembre en Estados Unidos: su ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, o el republicano Donald Trump. DeLaurentis tiene una vasta carrera en el Departamento de Estado norteamericano, que comenzó en 1991, y conocimientos sobre América Latina, más allá de Cuba, donde a principios de la década de los 90 fue oficial consular.
Antes de llegar a la isla como jefe de la misión estadounidense tuvo el mismo cargo en Naciones Unidas y estuvo también en la oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, entre otros cargos de importancia. También fue asesor político en la embajada de su país en Bogotá.
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