Mar 03.02.2004

EL MUNDO

El nuevo JFK, enemigo Nº 1 de W., ya casi toca el cielo con las manos

De los siete estados norteamericanos que celebran primarias hoy, cinco parecen firmemente inclinados en favor de John Forbes Kerry, lo que podría hacerle dar un salto cualitativo en su avance hacia la Casa Blanca. Y Kerry ganaría hoy a Bush con un 53 por ciento.

Por Rupert Cornwell*
Desde St Louis, Missouri

Como le vaya a Missouri, así le irá a la nación. Esa es la ferviente esperanza de John Kerry, aparentemente preparado para una victoria abrumadora en esta primaria del estado de Medio Oeste que el candidato espera que lo ubique en el camino hacia la nominación demócrata, y, si la historia sirve de guía, de ahí en más a la Casa Blanca. Missouri no sólo es el más valioso, en términos de delegados de convención, de los siete estados que llevarán a cabo sus primarias hoy. Cuando lleguen las elecciones presidenciales en noviembre es también un indicador de quién será el ganador final. Durante los últimos 100 años sólo una vez, cuando Adlai Stevenson ganó en 1956 sobre Dwight Eisenhower, dejó Missouri de apoyar al ganador, un record no igualado en otros estados.
Por el momento, sin embargo, la primaria es el centro de la atención. Antes de los caucases de Iowa hace quince días, nadie se había preocupado por Missouri, concedido de antemano al hijo favorito del estado, el congresista de St. Louis, Richard Gephardt. Pero entonces Gephardt terminó en un distante cuarto puesto en Iowa y abandonó su carrera hacia la Casa Blanca. Sus rivales arremetieron como buitres en una carcasa: Kerry y el senador John Edwards de Carolina del Norte incorporaron a los principales asesores de campaña de Gephardt. El senador de Massachusetts también obtuvo un montón de apoyos, incluyendo el de la popular ex senadora Jean Carnahan, aunque Gephardt mismo ha declinado dar su bendición a ninguno.
En este breve tiempo la campaña apenas ha nacido, pero Kerry no se está quejando; los partidarios de Gephardt lo apoyan en masa, aparentemente en la creencia, compartida por los demócratas en el país, de que él es la mejor opción para vencer a George W. Bush en noviembre. Las últimas encuestas lo muestran con el 53 por ciento de intención de voto, seguido Edwards, Wesley Clark y por los “no sé”. La primera parada para Kerry después de su victoria en New Hampshire fue en esta vieja ciudad fabril sobre la ribera del Mississippi, hogar de quizás la mitad de los votantes demócratas probables. Durante el fin de semana estaba de vuelta, al otro lado de Missouri, en Kansas City, prestando poca atención a sus rivales demócratas y agudizando sus ataques sobre Bush.
Flanqueado por compañeros veteranos de Vietnam, se burló del presidente por “golpearse el pecho” en un portaaviones y declarando que la guerra de Irak había terminado. “Pero cuando se trata de empleos, cuando se trata de programas de salud, cuando se trata de niños, prescripción de medicinas y de limpiar el medio ambiente, no es una ‘misión cumplida’. Es una ‘misión abandonada’.”
Casi con seguridad, el creciente apoyo del senador de Massachusetts es menos sustancial de lo que parece. “Con un apretado cronograma de primarias, los votantes, y especialmente los votantes en Missouri, de pronto tienen que decidir, pero sin tiempo para considerar”, dice el encuestador John Zogby. “Es probable una merma en Kerry, pero casi totalmente a causa de su rebote después de Iowa y New Hampshire.”
Pero el impulso puede de por sí ser suficiente para poner a Kerry en una posición casi inexpugnable cuando se tengan los resultados de las primarias en los siete estados. Es improbable que logre una victoria devastadora, ya que Edwards lo aventajaba ayer en Carolina del Sur, un estado que él admite que debe ganar para mantener viva su candidatura, mientras que el general retirado Wesley Clark llevaba una pequeña delantera en Oklahoma. Pero, además de Missouri, Kerry va adelante en Arizona, Nueva México y Dakota del Norte, y está firmemente ubicado en Delaware. Cinco victorias de siete estados demostrarían su atractivo en el país, y aumentaría la presión para que los otros candidatos se retiren.
Primero en la lista para la eliminación está Joe Lieberman, el senador de Connecticut que fue el compañero de fórmula de Al Gore en el 2000, pero que terminó quinto en New Hampshire. Lieberman está poniendo sus expectativas en actuaciones decentes en Delaware y Arizona. Suponiendo quepuedan ganar un estado, o por lo menos terminar bien en un par de ellos, se espera que Edwards y el general Clark permanezcan en carrera. También se espera lo mismo de Howard Dean, que después de dominar la carrera en el 2003 fue totalmente vencido por Kerry en New Hampshire e Iowa, y como mucho hoy puede esperar un tercer o cuarto puesto.
Armado con un nuevo estado mayor de campaña, el ex gobernador de Vermont se está centrando en los caucuses en Michigan este fin de semana como un trampolín para un regreso en gran forma el 2 de marzo, cuando California, Nueva York y otros grandes estados lleven a cabo las primarias y donde más de un cuarto de los delegados de la convención serán asignados. Pero, también en Michigan, Kerry tiene actualmente un liderazgo sólido y acaba de ganar el apoyo de la popular gobernadora del estado, Jennifer Granholm.
“El impulso que tiene hará que resulte muy difícil detenerlo”, dice Bill Richardson, gobernador de Nueva México y un posible compañero de fórmula para Kerry si gana la nominación.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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