La policía de Sajonia detuvo ayer al joven sirio que huyó el sábado después de que las autoridades encontraran en su domicilio, en Chemnitz, al este de Alemania, explosivos con los que presumiblemente iba a cometer un atentado. “Cansados pero muy felices: hemos capturado anoche al supuesto terrorista en Leipzig”, informó en Twitter la Policía de Sajonia. El detenido será trasladado a Karlsruhe, donde ya se había emitido una orden de arresto en su contra. El jefe de la policía local, Joerg Michaelis, confirmó los lazos de Jaber Albakr con el Estado Islámico (EI), al asegurar, en rueda de prensa en Dresden, que el comportamiento y el modo de actuar del sospechoso hablan de un contexto vinculado con el grupo jihadista. El investigador aseguró que el joven, que se registró en Alemania como refugiado, buscó información en Internet sobre la fabricación de explosivos.

Por la madrugada y luego de poner en alerta a todo el país, la policía arrestó ayer a Albakr gracias a la colaboración de un ciudadano sirio. Considerado sospechoso de planear un atentado islamista en el aeropuerto de Chemnitz, el joven sirio de 22 años fue detenido en el departamento de un compatriota que había encontrado en la terminal ferroviaria de Leipzig, y al que le había pedido alojamiento por una noche, informó Der Spiegel.

Ante la detención, la canciller alemana, Angela Merkel, agradeció su colaboración. “El hombre contribuyó de forma decisiva para que el joven de 22 años, que huyó de Chemnitz, fuese arrestado”, señaló una vocera del gobierno alemán.

El sospechoso detenido, oriundo de Damasco, entró a Alemania el 18 de febrero de 2016 vía Baviera y dos semanas después solicitó asilo con un pasaporte sirio con la identificación N009801845, petición que fue concedida a mediados de junio, consignó el semanario alemán Der Spiegel.

La policía sajona también detuvo a tres personas el sábado y al menos a otra más el domingo, ésta última durante un registro en Chemnitz, todas ellas por tener una relación con Albakr. Uno fue identificado como un presunto colaborador del principal sospechoso. Se trata de Kalil A., un sirio de 33 años que se registró en Alemania como solicitante de asilo en diciembre en 2015. A él y a Albakr las autoridades les reconocieron su status de refugiados, que les permitía residir en el país. Kalil A. recibió prisión preventiva, acusado de complicidad en la preparación de un acto violento para poner en peligro la seguridad del Estado. El otro de los detenidos lo invitó a su casa pero luego, al enterarse de que Albakr era buscado, informó a la policía.

Alemania entró en alerta de seguridad para dar con el joven sirio prófugo que había escapado de su casa en Chemnitz, donde la policía encontró gran cantidad de explosivos. Según las autoridades, la carga explosiva que preparaba el sospechoso, seguramente en forma de chaleco, iba a ser utilizada en un ataque de corte islamista. El avance en las investigaciones que apuntaban a un atentado inminente llevó a la Oficina de lo Criminal (LKA) a iniciar un operativo especial para seguir los pasos del sospechoso y proceder a su detención. Durante su búsqueda, las medidas de seguridad se incrementaron en las estaciones de tren y aeropuertos como los dos de Berlín, a 250 kilómetros de Chemnitz.

Este año Alemania frustró varios supuestos atentados pero sufrió varios ataques. En Munich, un hombre mató en julio a nueve personas cerca de un centro comercial. Poco después, otro refugiado sirio murió al explotar una bomba que llevaba en la mochila a la entrada de un festival en Ansbach, también en Baviera. El Estado Islámico se adjudicó la autoría de estos dos últimos atentados.