EL MUNDO › NI EL JEFE DEL PARTIDO REPUBLICANO NI EL CANDIDATO A VICE TEMEN TRAMPAS CON LOS VOTOS EN EE.UU.
Mike Pence, el segundo en la fórmula republicana, se desmarcó del magnate inmobiliario y aseguró que ambos “aceptarán el resultado de las elecciones y la voluntad del pueblo”. En tanto, el presidente del partido reafirmó su confianza en el sistema electoral norteamericano.
El candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, redobló ayer las denuncias de un supuesto fraude electoral, mientras cae en las encuestas a apenas tres semanas de los comicios del 8 de noviembre.
“Por supuesto se produce fraude electoral a gran escala antes y durante la elección. ¿Por qué los líderes republicanos niegan lo que está ocurriendo? ¡Qué ingenuos!’’, lanzó en Twitter el multimillonario aspirante a la presidencia de Estados Unidos.
Hace una semana, Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, rompió la delicada tregua que mantenía con Trump y anunció que ya no hará campaña por él tras la publicación de un video de 2005 en el que el magnate se jacta de poder hacer lo que quiere con las mujeres en el plano sexual.
Tras esa ruptura, Trump celebró que le hayan “quitado los grilletes” y volvió a embestir sin miramientos contra Ryan y el conjunto de la cúpula republicana, escudado en su “movimiento” de seguidores.
El empresario ha venido denunciado en las últimas semanas que este proceso electoral “está arreglado”, algo que durante el fin de semana negaron tanto Ryan como su compañero de fórmula presidencial, Mike Pence.
“Nuestra democracia se fundamenta en la confianza en los resultados electorales, y el presidente de la Cámara tiene total confianza en que los estados llevarán a cabo este proceso electoral con integridad”, afirmó la portavoz de Ryan, Ashlee Strong, en un comunicado publicado el sábado. Pence, que ha contradicho a Trump ya en más de una ocasión, aseguró el domingo en NBC que ambos “aceptarán el resultado de las elecciones y la voluntad del pueblo estadounidense”.
El magnate ha evitado arremeter contra su número dos, pero no ha cesado en sus críticas hacia Ryan.
“Paul Ryan, un hombre que no sabe cómo ganar –hace cuatro años se presentó como vicepresidente y perdió–, debe empezar a enfocarse en el presupuesto, las Fuerzas Armadas, los veteranos etc.”, escribió Trump el domingo en Twitter. En otro mensaje posterior le reprochó “no hacer nada” ante las informaciones publicadas por Wikileaks sobre la aspirante demócrata, Hillary Clinton, que, a su juicio, prueban que ella es una “persona deshonesta”.
Trump ha vuelto así a la guerra abierta contra una cúpula republicana que no le devuelve los golpes, guarda silencio y se concentra en hacer campaña en los estados para no perder el control del Senado en las elecciones de noviembre.
Sin embargo, el empresario terminó su tormenta de tuiteos de primera hora del lunes con una apelación a la unidad. “Tenemos que unirnos todos y ganar estas elecciones. No podemos tener cuatro años más de Obama (¡O peor!)”, escribió.
Acorralado por múltiples acusaciones de abuso sexual, el candidato republicano, que el miércoles vuelve a enfrentar a su rival demócrata Hillary Clinton en un debate, multiplica sus denuncias de un presunto fraude, generado preocupación sobre posibles protestas post electorales.
Además, Trump no cesa de repetir que los medios conspiran en favor de Clinton, al dedicar espacio a las acusaciones en su contra sobre abuso sexual que él rechaza.
Su compañero de fórmula, Mike Pence, se sumó a este discurso al declarar el domingo que los medios nacionales “constantemente intentan cambiar de tema e ignorar deliberadamente la corrupción y tráfico de influencias de los Clinton’’.
El secretario de Estado de Ohio, el republicano Jon Husted, que supervisa la elección en su estado, insistió ayer que Trump es “irresponsable’’ al hacer acusaciones de fraude. “Si hay un problema sistémico, por favor, identifíquelo. No haga sólo acusaciones en Twitter. Dígamelo’’, dijo Husted a CNN. Ryan también descartó las acusaciones del candidato contra la integridad del sistema electoral.
En tanto, el director de la campaña de Clinton, Robby Mook, dijo que Trump “está intentando desesperadamente cambiar el foco de su propia campaña desastrosa’’. “Sabe que está perdiendo y está intentando culpar al sistema. Eso es lo que hacen los perdedores’’, afirmó en una conferencia de prensa telefónica.
El propio sistema electoral estadounidense no es propicio a un fraude electoral a gran escala debido a su naturaleza descentralizada. Un estudio realizado por el profesor de la Escuela de Derecho Loyola Justin Levitt encontró que de mil millones de votos emitidos entre 2000 y 2014, sólo se encontraron 31 observados en los recuentos. Los comicios son responsabilidad de cada uno de los 50 estados del país y el Partido Republicano tiene el poder en la mayoría de ellos. “Cada vez más circunscripciones abandonan sistemas de voto que no se pueden verificar’’, explicó Pamela Smith, presidenta de la organización Verified Voting.
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