EL MUNDO › EL TERCER DEBATE DE LA CAMPAñA EN EE.UU. FUE EL MáS CENTRADO EN LA DISCUSIóN DE PROPUESTAS
En la recta final hacia los comicios, los candidatos presidenciales se centraron en los temas políticos. Las encuestas marcan una ventaja de Clinton sobre su rival.
Los candidatos presidenciales de Estados Unidos, Donald Trump y Hillary Clinton, comenzaron hoy su tercer y último debate antes de las elecciones del 8 de noviembre, saludándose con la cabeza pero sin estrechar sus manos antes de dirigirse a sus estrados en la Universidad de Nevada, en la ciudad de Las Vegas.
En el arranque, Clinton y Trump expusieron sus diferencias en relación con la controvertida Segunda Enmienda de la Constitución, que especifica el derecho de los ciudadanos a poseer armas de fuego.
La candidata demócrata expresó su “respeto” por la Segunda Enmienda, pero pidió más regulación y criticó a su rival por apoyar a la NRA, la Asociación Nacional del Rifle. Trump contraatacó con una advertencia sobre la posibilidad de que la Segunda Enmienda quede “reducida” si gana Clinton.
La pelea siguió con el tema de la vacante en la Corte Suprema. El republicano aseguró que nombrará a un juez conservador, que se oponga al aborto y asegure el derecho a la portación de armas. Clinton retrucó con la necesidad de una corte que defienda los derechos de todos los ciudadanos, especialmente los más vulnerables, como los miembros de la comunidad GLTB.
Y volvieron a tener posturas diametralmente opuestas sobre la migración. Trump insistió con las medidas de disuasión, habló de un muro que proteja a la nación y sostuvo sus palabras con el apoyo que dice recibir de las madres que han perdido a sus hijos a manos de ilegales.
Hillary respondió con la historia de una adolescente norteamericana, hija de inmigrantes que corren riesgo de deportación. Dijo entonces que no estaba de acuerdo con la separación de las familias.
Los motores ya están calientes en la recta final hacia los comicios, y la campaña para llegar a la Casa Blanca sube de tono a cada minuto. La de anoche fue la última oportunidad en la que estuvieron cara a cara para atraer más votantes, mantener simpatías o generar rechazos.
Según las últimas encuestas, Clinton llegó con ventaja sobre Trump y se desmarcó considerablemente.
Real Clear Politics, una web especializada, informó que la demócrata le saca 7 puntos al magnate, que llegó a este cruce envuelto en denuncias de una decena de mujeres que fueron acosadas y abusadas por él. Desde la campaña de Clinton, ya salieron a mostrar las visiones opuestas en cuestión. “Por un lado, está el mundo de Trump, marcado por tanto lenguaje intolerante y de odio que ya está teniendo un efecto traumático en niños que se preocupan por su futuro”, señaló la página oficial de la campaña de la demócrata. “Afortunadamente, hay otra opción –dicen los demócratas–. Un mundo que se basa en el progreso construido en los últimos ocho años y cumple con la antigua promesa de nuestro país: que cada persona, sin importar de dónde viene, a quién ama o cómo luce, es valorada de forma igualitaria”.
Clinton llevó ayer como invitados a dos republicanos conversos en un alarde por mostrar el vacío que sufre Trump en sus filas partidarias: la ex candidata a gobernadora de California y CEO de Hewlett-Packard, Meg Wittman, y el dueño del Dallas Maverick, un equipo profesional de basket de la NBA, Mark Cuban, un millonario e importante donante de campañas republicanas, ahora enfrentado a su candidato.
Por su parte, el candidato republicano, que insiste en la posibilidad de un fraude electoral, publicó una serie de tuits en los que anticipó que si no gana “la historia recordará 2017 como el año en que Estados Unidos perdió su independencia”. Además, con el hashtag #DrainTheSwamp, Trump abogó por “limpiar el pantano”, en referencia a la corrupción en Washington, y sigue en su cuenta en la red social azuzando la filtración de documentos privados de la campaña Clinton.
El equipo de campaña republicano anticipó que invitó Pat Smith, madre de uno de los norteamericanos muertos durante el ataque a la embajada en Bengazi, Libia, en 2012, cuando Clinton era secretaria de Estado. También sentará en primera fila al medio hermano del presidente Barack Obama, Malik, un keniano muy crítico de Clinton.
Anoche cada contendiente tuvo 15 minutos para hablar en las seis secciones previstas: la deuda pública y los programas sociales, la inmigración, la economía, el Tribunal Supremo, los principales desafíos de la política exterior y el nivel de preparación de cada uno para el cargo.
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