EL MUNDO
› EX MILITARES VUELTOS DEL EXILIO SE SUMAN A LA ACTUAL PROTESTA
Lo residual de la rebelión en Haití
Miles de opositores manifestaron pidiendo la renuncia del presidente Aristide. La quita de la asistencia tuvo que ver en la crisis.
Por Andrew Gumbel *
Desde Puerto Príncipe
Rebeldes armados que reclaman el derrocamiento del presidente de Haití, Jean-Bertrand Aristide, volvieron a la ofensiva ayer, al salir de su fuerte en Gonaives hacia tres pequeñas ciudades en el norte con la asistencia de ex militares que han retornado del exilio en la República Dominicana. Además, varios miles de opositores se movilizaron en Puerto Príncipe, en donde cinco personas resultaron con heridas leves.
Se ha informado que los rebeldes, que se autodenominan el Frente de Resistencia Anti-Aristide, han logrado retomar la pequeña ciudad de Dondon, que estuvo bajo su control brevemente la semana pasada, y atacaron a la policía en la ciudad de Sainte Suzanne. Ambas son estaciones intermedias en el camino hacia el gran premio, el puerto norteño de Cap-Haitien, la segunda ciudad más grande del país. Además, se informó que una tercera ciudad cercana a la frontera dominicana, Trou-de-Nord, también estaba bajo ataque.
Mientras tanto, ayer se manifestaron varios miles de personas pacíficamente en Puerto Príncipe en una protesta antigubernamental pese a las amenazas de grupos partidarios del gobierno. Cinco personas, dos de ellas periodistas, resultaron con heridas leves, tras ser agredidas por seguidores del gobierno, según informaron los organizadores.
Desde que la rebelión estalló hace 10 días, la policía y civiles armados leales al presidente han luchado ferozmente para mantener el control de Cap-Haitien, incendiando las casas de personas sospechadas de ser opositores e intimidando a otros con constantes tiroteos. Gran parte del norte del país no tiene energía ni abastecimiento de combustible y los convoys con alimentos no han logrado pasar Gonaives, elevando el riesgo de una enorme crisis humanitaria.
Las fuerzas progubernamentales ahora se enfrentan a un nuevo desafío ya que importantes miembros de las fuerzas armadas disueltas por Aristide en 1994 han reaparecido en Gonaives, asegurando que han traído a los hombres, el dinero y la artillería necesarias para tomar control del país. Sin embargo, los periodistas han visto solamente a un puñado de hombres uniformados y ningún tipo de artillería pesada. Los rebeldes dicen que están concentrando sus fuerzas en otra ciudad a alrededor de 45 kilómetros al este de Gonaives.
Los nuevos líderes incluyen a Louis-Jodel Chamblain, quien comandó los escuadrones de la muerte militares en los años ochenta, después de la caída de la dictadura de Duvalier. Luego fundó una milicia llamada el Frente para el Avance del Progreso en Haití (Fraph), que fomentó los problemas después del golpe de 1991 que derrocó a Aristide después de su primer ascenso a la presidencia. Otra figura clave es Guy Phillipe, un enemigo declarado del presidente, quien participó en el golpe de 1991 y luego fue el comisario de la ciudad de Cap-Haitien. Ayer declaró que el grupo tiene la intención de tomar la capital haitiana a finales de febrero.
Las opiniones difieren en cuán rápida o efectivamente la rebelión podrá extenderse. Sin embargo, los observadores internacionales están cada vez más preocupados porque la rebelión en Haití produzca un aluvión de refugiados a Florida, algo que la administración Bush quiere evitar a toda costa en este año electoral en el que Florida podría tener un rol fundamental, como la última vez, en decidir quién será el próximo ocupante de la Casa Blanca. El secretario de Estado, Colin Powell, ha descartado una intervención militar norteamericana.
Informes no oficiales de Haití y Estados Unidos sugieren que Washington podría estar estudiando un plan de contingencia para recibir a miles de refugiados haitianos en su base naval en Cuba, Guantánamo. Sin embargo, el apoyo externo al presidente Aristide probablemente se mantendrá tibio. La Unión Europea y Estados Unidos han retirado su asistencia de Haití hacetres años en protesta por lo que denominaron elecciones legislativas fraudulentas en las que ganó por amplia mayoría el partido Lavalas de Aristide. Muchos observadores en Haití culpan el retiro de la asistencia como causa del liderazgo cada vez más represivo del presidente y su dependencia en patotas armadas y dealers de las villas miseria. Dicen que Occidente reaccionó en exceso ya que lo único que estaba en cuestión en dichas elecciones era por cuánto se ganó, y por lo tanto, es en parte culpable de haber gatillado la crisis.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.