Vie 20.02.2004

EL MUNDO

Lula y el PT se enfrentarán con otras revelaciones del caso Diniz

El gobierno de Brasil ordenó una investigación interna y un grupo de senadores propone formar una comisión que investigue el juego ilegal, luego del escándalo de corrupción de un ex funcionario.

Por Juan Arias *
Desde Río de Janeiro

El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva enfrenta un grave caso de corrupción. Waldomiro Diniz, ex asesor del jefe de Gabinete José Dirceu, fue filmado en el 2002 pidiendo una coima a un jefe del juego clandestino para financiar campañas electorales del Partido de los Trabajadores (PT). Según el diario Estado de San Pablo, Diniz se reunió por lo menos una vez el año pasado con Carlos Ramos, alias “Carlinhos Cachoeira”, al que también llaman el “bicheiro”, para discutir la venta de equipos electrónicos al gobierno, aunque el negocio finalmente no se hizo. Lula destituyó a Diniz, pero la oposición exige la cabeza de Dirceu y una comisión de investigación –ayer un grupo de senadores oficialistas adhirieron a una propuesta de formar una comisión parlamentaria de investigación (CPI) sobre las casas de juego–. Para tratar de calmar los ánimos, Lula ordenó una investigación interna: “Hay que esclarecer las circunstancias de los actos administrativos de Diniz en el palacio presidencial”, indicó Aldo Rebelo, ministro de Coordinación Política.
Semanas antes de que estallara el escándalo, Diniz había trabajado bajo las órdenes de Rebelo. El miércoles, Dirceu quiso pedir disculpas públicamente por el escándalo, pero Lula le pidió que no lo hiciera. Según el diario O Globo, el propio jefe de Gabinete reveló a las personas que asistieron a una cena “de solidaridad” organizada por el presidente de la Cámara de Diputados, Joao Paulo Cunha, que Lula rechazó el ofrecimiento. La foto del miércoles de ese diario connota: Lula da Silva sentado en su despacho, acompañado tan sólo por un gran crucifijo de la pared, la mano izquierda sobre la sien y los ojos cerrados. Es la mejor expresión de la preocupación que lo aqueja ante el escándalo de corrupción que le ha explotado en el despacho próximo al suyo. En él trabajaba, como mano derecha de José Dirceu, superministro de la Presidencia, el responsable de las Relaciones con el Parlamento, Diniz, filmado días atrás en una reunión con un cabecilla de los juegos clandestinos en la que negocia su apoyo económico a las campañas de algunos líderes del PT de Lula, hecho dado a conocer por la revista brasileña Epoca. En una nota publicada ayer, el diario Folha de San Pablo plantea “dos dudas cruciales”: saber si en esos contactos Diniz “seguía actuando en su condición de asesor de Dirceu” y “si en tal caso actuaba por cuenta propia u operaba para su jefe”.
Lula destituyó al asesor de Dirceu, pero la oposición, que ha visto con un cierto regodeo al PT perder públicamente su virginidad como tradicional partido de la ética, no se conforma con esa medida y exigió la creación de una Comisión de Investigación en el Parlamento y la dimisión de Dirceu hasta que quedase probada su inocencia. La oposición exigía también una investigación administrativa sobre las actividades del ex asesor de Dirceu en el tiempo que permaneció en su cargo.
La primera reacción tanto del PT como del gobierno fue la de defensa a ultranza. Nada de comisiones de investigación, pues los hechos revelados por el video eran del 2002, antes de la formación del gobierno Lula, cuando Waldomiro era director de las Loterías de Río de Janeiro. Nada de investigar al ex asesor sobre su trabajo posterior en la presidencia pues no existen acusaciones contra él. El PT propuso como alternativa una comisión parlamentaria para investigar “la financiación ilegal de todos los partidos” y no sólo del PT.
El portavoz de Lula hizo saber el miércoles a la prensa que el ministro Dirceu continuaba en el cargo. Al mismo tiempo, José Genoino, presidente del PT, insinuó que detrás del escándalo podía estar José Serra, actual presidente del Partido Socialista Demócrata de Brasil (PSDB), en la oposición, y que disputó las últimas elecciones con Lula, lo que irritóaún más a la oposición. Genoino expresó ayer su total apoyo a Dirceu y señaló que “queremos en nombre del PT expresar nuestra solidaridad y confianza con el ministro Dirceu”. Además, acusó a la oposición de revanchismo y de aprovechar el caso para las elecciones municipales de este año.
El gobierno ha aceptado ahora que se abra una investigación administrativa sobre las actividades del ex asesor Waldomiro durante su trabajo en la presidencia y también podría aceptar la comisión parlamentaria para investigar todas las irregularidades de los juegos clandestinos, lo que supondría indagar también al ex asesor. La repercusión del primer caso de corrupción en el corazón mismo del gobierno de Lula, que pretende moralizar a este país, ha acabado con el sueño del PT de que la política se divide entre “puros e impuros”. Pero, según los analistas políticos, podría ser positivo para que el Partido de los Trabajadores y el mismo gobierno, obligándolos a trabajar con más humildad con los otros partidos para moralizar “juntos” la vida política del país, una de las más corruptas de América latina. Un buen test va a ser la rápida aprobación por parte del Parlamento de la siempre aplazada Reforma Política, que propone entre otras cosas la financiación pública de los partidos y cárcel para las financiaciones privadas, así como la abolición de la “infidelidad partidaria”, hoy prevista por la ley y que permite a un diputado a senador cambiar impunemente de partido en cualquier momento.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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