Mar 24.02.2004

EL MUNDO

“Vamos a seguir luchando hasta vencer o morir”

Entrevista a Guy Philippe, jefe de las milicias sublevadas desde hace casi un mes contra el presidente de Haití, Jean Bertrand Aristide. Advierte que tiene las fuerzas para ir por la capital.

Por Juan Jesús Aznarez *
Desde Gonaives

El ex comisario de la policía de Cabo Haitiano Guy Philippe, de 35 años, jefe del Frente Revolucionario Nacional (FRN), el nuevo nombre de las milicias alzadas en armas contra el presidente, Jean Bertrand Aristide, promete seguir luchando “hasta vencer o morir”. Implicado por el gobierno en un fallido cuartelazo del año 2000, huyó a la República Dominicana, pero regresó recientemente para acaudillar la insurrección contra el ex cura de los pobres. “Aristide cometió un delito de alta traición al invitar a que Estados Unidos invadiera el país (con 20.000 marines para reinstalarlo en el poder) en el año 1994.”
–Pero la comunidad internacional defiende la legitimidad de su presidencia.
–En la región hay muchos gobiernos corruptos como el de él. El tiene el apoyo de algunos.
–EE.UU. no convalidará el gobierno resultante de su eventual derrocamiento.
–Lo que va a suceder no es lo que decidan los gobiernos estadounidense, francés, suizo o español. Lo decidirá el pueblo haitiano.
–¿Es posible que ustedes lleguen a tener fuerza suficiente como para marchar sobre Puerto Príncipe?
–Ya la tenemos. Hacia allí iremos si el señor no se va. Si sigue matando gente, nosotros, en las fuerzas armadas, vamos a tener que hacer algo. Hemos capturado ya más de 12 ciudades y, últimamente, sólo ha habido dos muertos. Lamentablemente, dos. Y mire a la gente en la calle, se siente más segura. Nos ven como libertadores.
–¿Qué plazo le dan al presidente Aristide?
–Tiene que ceder el poder, lo más pronto posible, al juez de Casación, como lo establece la Constitución.
–¿Aceptaría el envío de una policía multinacional a Haití?
–Si viene para ayudar al pueblo haitiano, bienvenida.
–¿Si vienen para desarmarlo a usted?
–Muy difícil que puedan hacerlo. ¿Qué van a hacer? ¿Matar al pueblo, a los miles que se manifiestan? El pueblo nos quiere.
–No se ve a mucha gente armada por las calles de Gonaives.
–No estamos aquí para aterrorizar a la gente, sino para protegerla.
–¿Tiene algún tipo de coordinación con la oposición política de Puerto Príncipe?
–No. Oficialmente, no.
–La oposición política ha manifestado que rechazan sus métodos violentos.
–Es su derecho. Peleamos por la misma cosa, tenemos los mismos objetivos.
–¿Aceptaría que Aristide designara un nuevo primer ministro?
–Si el pueblo, la gente de aquí (las milicias armadas) y la Plataforma Democrática (coalición de partidos) dicen que sí, si llegan a un acuerdo de que tendremos elecciones y democracia, lo aceptaríamos. Pero vamos a seguir luchando hasta vencer o morir.
–¿Qué le movió a volver a Haití?
–El amor por mi país.
–¿Usted seguía los acontecimientos desde República Dominicana?
–Sí. Veía con mucho dolor los asesinatos de estudiantes, de periodistas y de los líderes políticos, y del pueblo en general. He visto la hipocresía de la comunidad internacional, que no decía nada, que protegía a un dictador en lugar de proteger al pueblo.
–Aristide tuvo muchos seguidores. ¿Los tiene todavía?
–Al principio sí, porque todo el mundo tenía la esperanza de que iba a ayudar a los pobres, pero después de 10 años hemos visto que está loco.
–¿Cuáles son sus locuras?
–Es un asesino y un traidor; para mí son los dos cargos principales.
–¿Traidor a qué o a quién?
–A la patria. Alta traición cuando invitó a las tropas extranjeras a invadir Haití.
–¿Cuándo cambió? ¿Cuándo dejó de ser un ángel para transformarse en un diablo, según dicen ustedes?
–Pienso que en su exilio (1991-1994), al invitar a la invasión. Eso es alta traición a la patria. Podía haber combatido (contra Raoul Cedrás, que lo derrocó en septiembre del año 1991, siete meses después de que Aristide fuera elegido presidente) como nosotros lo estamos haciendo ahora, pero invitar a las tropas extranjeras después de 200 años de lo que hicimos, eso es alta traición y él tiene que pagar por eso.
–Pero usted ha sido implicado también en una intentona golpista en el año 2000.
–El me implicó para asesinar a políticos, pero no tenía nada que ver. Ni estaba en Haití entonces. Me implicó porque era un jefe de la policía nacional que tenía muchos policías adeptos, y que sigo teniendo todavía muchos policías en activo conmigo. El me tenía miedo y quería eliminarme internacionalmente. El tiene mucho dinero, compra conciencias y periodistas. Me fui del país por el pueblo, por la democracia, porque yo tenía bastante poder entonces y si queríamos dar un golpe podríamos haberlo dado.
–¿Entonces usted no es un golpista?
–No. Peleamos por la democracia y la justicia.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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