Mar 16.03.2004

EL MUNDO  › PERDIO LA GUERRA

El día que la Vieja Europa admitió de vuelta al hijo pródigo español

El Pentágono ironizó el año pasado contra una “Vieja Europa” de Alemania y Francia y a favor de una nueva de España, Italia y los países del Este. El vuelco electoral español quiebra esa división.

› Por Eduardo Febbro

Página/12
en Francia

Desde París

Como en la mayoría de las capitales europeas, Francia se detuvo durante tres minutos a las 12 en punto del mediodía. Las campanas de las iglesias y las sirenas sonaron en todo el país en homenaje a las víctimas de los atentados de Madrid. Paralelamente, el gobierno francés mantuvo el nivel de alerta rojo en los transportes públicos y procedió a un masivo control de los pasajeros en las estaciones de trenes y subterráneos. Luego de que el pasado 24 de febrero el número dos de Al-Qaida, Al-Zawahri, incluyera tácitamente a Francia en la lista de objetivos potenciales, París ha redoblado las medidas de seguridad.
Según trascendió en medios policiales, durante el fin de semana el gobierno francés comunicó a Madrid la existencia de una “investigación” en la cual figura uno de los marroquíes detenidos en España, Djamel Zugan. Este marroquí de 30 años ya había sido interrogado en agosto del 2001 a pedido de Francia y en el marco de la investigación sobre las redes terroristas que operaban en territorio francés. Después del atentado contra el World Trade Center se pudo establecer que Zugan formó parte de la célula que terminó de montar en España los atentados perpetrados en los Estados Unidos. Para Madrid, la prolongación de la cooperación en la lucha antiterrorista es esencial. En el ámbito judicial y policial, los especialistas lamentan la falta de interés demostrada hasta ahora por los magistrados españoles en todo lo que atañe las redes radicales islámicas. Por razones obvias, España se interesó más en ETA que en los otros grupos terroristas.
En un plan más político, el gobierno francés prometió ayer decir “la verdad” sobre las amenazas terroristas que pesan sobre Francia. Según el portavoz del gobierno, los conceptos que guían la acción son “verdad” y “vigilancia colectiva e individual”. Todas estas declaraciones tienden a tranquilizar a una opinión pública en plena pesadilla. Por primera vez desde el 11 de septiembre del 2001, la sociedad europea se da cuenta que está bajo la amenaza del terror. Los servicios antiterroristas de Europa vieron cómo se confirmaban en Madrid sus reiteradas previsiones. De hecho, luego de la serie de atentados que ensangrentaron Estambul –noviembre 2003–, los especialistas están convencidos de que esas acciones eran una advertencia para el conjunto de Europa y que, con el correr del tiempo, la advertencia se convertiría en actos terroristas. La herida de Madrid viene a reforzar esa convicción y a demostrar que “si la cabeza de Al-Qaida fue decapitada, su cuerpo sigue entero”, según la opinión de un policía europeo. Peor aún, desde la caída del régimen talibán en Afganistán, los servicios secretos de la Unión Europea descubrieron que una “serie de terroristas que operaban o se habían entrenado en Afganistán lograron introducirse en Europa”. Los medios concernidos por esas investigaciones destacan que esos terroristas cuentan con incontables “puntos de apoyo” que les permiten moverse sin ser descubiertos a través de todo el continente. Más aún, algunas fuentes consultadas en el pasado por Página/12 ya habían señalado que tras la “desaparición” de Bin Laden los grupos se movían de forma autónoma como si, sin señal previa, esos grupos se hubiesen vuelto totalmente independientes de Al-Qaida. Las frases que se escuchan hoy en el seno de las células de lucha contra el terrorismo son amargas. Los expertos lamentan que sus análisis no hayan sido escuchados y que, sobre todo, en vez de una cooperación mayor entre los estados de la Unión, se haya instalado cierta indiferencia e inacción. Falta de cooperación, insuficiencias en el intercambio de informaciones, medios escasos, legislaciones inadaptadas y una “lectura pasiva” de la amenaza de las redes internacionales constituyen para los expertos un campo fértil para el desarrollo de los grupúsculos. En plena urgencia, los ministros de Interior de la Unión Europea preparan una serie de reuniones de trabajo afín de adoptar un nuevo perfil. Algunos evocan la posible creación de una “CIA europea” e incluso de un cuerpo común especializado en las redes islámicas. El único motivo de satisfacción es diplomático. La vergonzosa caída de la derecha española hará que Madrid se acerque al eje París-Berlín y deje un poco de lado atlantismo exhibicionista. Para las democracias europeas, la situación que se deriva de los actos terroristas es un desastre. París es consciente de que Europa en su conjunto entró en la mira de los terroristas.

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