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Crimen y castigo
Por Eduardo Pavlovsky
La guerra imperialista frente a Irak fue una guerra procaz y obscenamente real. No había que prevenirse de las armas de destrucción masiva como fundamento de la guerra preventiva para justificar la invasión. Lo decía la ONU, oficinas de información de Estados Unidos y también el Senado. Los intereses petroleros y los de la reconstrucción como sólido negocio de la administración Bush fueron los motivos reales de la invasión, también la posición estratégica de Irak para Estados Unidos.
Se especuló como guerra de liberación para la democratización de Irak. Nada de eso ocurrió. Hoy Irak es un infierno con un futuro incierto. Miles de ciudadanos civiles iraquíes inocentes murieron. Provocaron con la invasión focos de resistencia iraquíes, con una organización que desconocían.
El ataque sangriento de Atocha, que causó tantas víctimas inocentes, fue una respuesta a esa invasión. Nos duelen tantas víctimas inocentes de nuestros hermanos españoles.
Richard Myers, el jefe de Estado Mayo Conjunto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, de visita en nuestro país, afirmó el 11 de marzo que por sus características todo apuntaba a la red Al-Qaida, y además sugirió que busca (la red Al-Qaida) un atentado de más envergadura que el de las Torres Gemelas. La simultaneidad de las explosiones le recordaba el modus operandi de dicha organización.
Gran Bretaña está hoy en alerta máxima y no por la ETA (Página/12, 11/3). Los civiles de Estados Unidos, Gran Bretaña y España están aterrorizados frente a posibles nuevos atentados.
Frente al tremendo dolor que nos producen las víctimas de nuestros hermanos españoles no podemos dejar de perder la lucidez.
Los responsables de este desastre humanitario, que exponen de una brutal forma a las poblaciones civiles indefensas de sus propios países, son Bush, Blair y Aznar, que con la prepotente e injusta invasión a Irak “sabían” que exponían a sus poblaciones civiles a este tipo de ataques y represalia.
Son responsables “activos” de este tipo de represalia. Es la lógica de este tipo de guerra. Conocen la lógica de Bin Laden.
Ederhard Grosske, dirigente de la Guardia del Ayuntamiento de Palma de Mallorca, acusa al presidente Aznar de criminal de guerra, por “la guerra unilateral que Aznar emprendió sin tomar en cuenta la opinión del Consejo de Seguridad de la ONU”.
El cinismo de Aznar en estas horas es insoslayable. Siente que un gran sector del pueblo español desconfía de la acusación contra ETA.
El futuro hablará por sí mismo, pero a los criminales de guerra y su irresponsabilidad ética no podemos dejar de fustigarlos y denunciarlos. De lo contrario, somos cómplices del Ejército Imperial y sus crímenes. Cuando surja el atentado de Al-Qaida en Londres, ¿Blair le echará la culpa al IRA?
Con la voz de mi cuerpo: “Bush, Blair y Aznar son tres criminales de guerra. Psicópatas e irresponsables. Entre ellos emiten la voz del Imperio”.
Como decía el Che: “Nunca hay que creerle nada al imperialismo. Nunca nada. Siempre mienten”.
En un artículo que escribí en 1994 para Página/12 denominado “El valor de la mesura” decía, en referencia al presidente Menem: “Sería ingenuo seguir pensando que todo futuro incondicional alineamiento junto a Estados Unidos no nos va a acarrear serios problemas, teniendo en cuenta el alto nivel de complejidad de las organizaciones armadas en todo el mundo...”.