EL MUNDO
› EL EJERCITO ISRAELI ESTA DESARMANDO A LOS POLICIAS PALESTINOS
Contra Arafat y contra su policía
Mientras el ejército israelí acentúa el sitio de ciudades en Cisjordania, en Ramalá Arafat sigue cercado y las tropas israelíes intentan desarmar a los policías que encuentra a su paso. Estados Unidos presionó sobre Arafat pero pidió a Israel que modere su ofensiva.
Por Suzanne Goldenberg
y Peter Beaumont
Desde Ramalá y Jerusalén
Acorralados y sin armas, los policías palestinos dejaron sus uniformes y se desnudaron hasta sus calzoncillos, formando fila uno a uno en la ya familiar rutina de la rendición al ejército israelí. A medida que los militares israelíes entraban en tres ciudades más de Cisjordania (Tulkarem, Kalkilia y Belén), la imagen era cada vez más clara: Israel está haciendo una campaña sistemática para desmantelar la policía palestina. La captura de 22 policías en el edificio de Darraghmeh parece ser el prototipo de la ofensiva militar israelí: raids en edificios residenciales y comerciales, hospitales, casas particulares y estaciones de televisión, marcados por fuertes intercambios de disparos y, según los palestinos, ejecuciones sumarias. Mientras tanto, 12 supuestos colaboradores palestinos de Israel fueron sacados de sus celdas y ejecutados a medida que avanzaban las tropas israelíes en estas ciudades. Dentro de Israel, un coche bomba en Jerusalén Occidental dejó tres heridos y el palestino que lo activó muerto.
En varias oportunidades, los raids se concentraron en la policía palestina, que está autorizada a portar armas bajo los Acuerdos de Oslo, y que en definitiva son el principal instrumento de Arafat para el cese del fuego que Israel y Estados Unidos están exigiendo. Los soldados también están utilizando a los civiles como escudos, forzando a los hombres a marchar delante de ellos mientras disparan hacia zonas donde suponen que se esconden palestinos armados.
En el edificio de Darraghmeh, los soldados israelíes se retiraron debajo de una escalera, en la entrada, luego de 20 minutos de balacera, según los vecinos. Se retiraron a un edificio cercano y tomaron a un estudiante de arquitectura, Nader Mansi (22), obligándolo a la peligrosa tarea de entrar a Darraghmeh para hacer que los policías se rindieran. “Los oficiales dijeron que querían que todos los soldados palestinos salieran del edificio y que se sacaran sus botas, pantalones y chaquetas”, dijo Mansi. La entrada del edificio era la imagen de la rendición de los palestinos: un montículo de botas, pantalones color caqui y la insignia con los colores de la bandera palestina. Una gran mancha de sangre coronaba la entrada, donde un hombre fue muerto en el comienzo de la operación. “Es que el primero en salir era estúpido o inexperto”, dijo Randa al-Zeer, que miraba el espectáculo desde el segundo piso de su departamento. “Bajó con las manos sobre la cabeza, pero con su arma. Así que le dispararon”. El ejército israelí dijo que se trataba de un posible kamikaze.
El premier israelí Ariel Sharon describió esta ofensiva como “una guerra contra el terrorismo”: esto es, contra los atentados suicidas lanzados en una campaña sin cuartel dentro de Israel. Pero al menos en Ramalá, el foco parece ser la principal institución de la policía palestina: la Fuerza de Seguridad nacional, cuyo comandante en Cisjordania, Haji Ismail, es uno de los consejeros de más confianza de Yasser Arafat. Se dice que Ismail está agazapado en el cuartel general de Arafat, clamando que va a luchar hasta el final a su lado. Los hombres de Ismail son los más profesionales de las fuerzas policiales palestinas, entrenadas por la CIA en los ‘90, y su búsqueda por parte de Israel es paradójica respecto a las demandas israelíes de que Arafat use a esas fuerzas para atrapar a los terroristas. El ministro de Información palestino, Yasser Abed Rabbo, denunció que son más de 700 los policías palestinos detenidos y enviados al campamento militar israelí del asentamiento de Ofra.
El otro foco de atención ayer fue el fusilamiento de los palestinos acusados de colaborar con Israel. Confirmando la muerte de dos hombres en Kalkilia, arrestados hace más de un año, los servicios de seguridad palestinos dijeron que habían sido “ejecutados” por sus efectivos. En Belén, el trato para Mahmood Rahamie (21) fue igual de brutal. Según testigos, efectivos enmascarados sacaron a Rahamie a la calle y ledispararon en un estacionamiento en Manger Square, el sitio donde está ubicada una Iglesia y donde habría nacido Jesús, según el cristianismo.
Ayer, tanques y carros blindados israelíes avanzaron sobre Tulkarem y Belén, aunque un alto oficial israelí reconoció que la ofensiva actual podría ser corta y limitada, aunque todo apunta en sentido contrario. Ron Kitri, portavoz del ejército israelí, declaró que la ofensiva no durará mucho y que esto figura en el compromiso de Israel frente a Estados Unidos para que éste le diera el OK para el despliegue de tropas, pero al mismo tiempo señaló que se podría ampliar el número de reservistas convocados, y que ya suman 20.000. Por su parte, el presidente norteamericano George Bush volvió a presionar a Arafat para que rechace los ataques dentro de Israel pero le pidió a Sharon que “mantenga un camino abierto para la paz”. El Departamento de Estado llamó a Israel a ejercer una “máxima moderación” en su ofensiva, mientras el Consejo de Seguridad de la ONU volvió a pedir un alto el fuego.
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