Mar 18.05.2004

EL MUNDO

“Estados Unidos se quedará en Irak con el consentimiento del gobierno”

En este reportaje, Condoleezza Rice, asesora de Bush, insiste en que será viable –y duro– el traspaso de poder político para los iraquíes.

Por Berna G. Harbour*
Desde Berlín

Condoleezza Rice no es sólo la consejera de Seguridad Nacional de George W. Bush. Es también su amiga, una de las personas de su círculo más estrecho en sus fines de semana en Camp David o en el rancho de Texas. En las próximas semanas, Rice se enfrenta al reto de hacer creíble un traspaso de la soberanía al pueblo iraquí, de lograr un respaldo internacional a la permanencia de sus tropas en Irak y de reducir el impacto que las imágenes de torturas han tenido entre aliados y no aliados. A su paso por Berlín, Rice insistió a este diario en que EE.UU. sólo se quedará en Irak con el consentimiento del gobierno local. Y está segura de que lo tendrá.
–El gobierno norteamericano parece ahora dispuesto a aceptar cosas que antes no estaba dispuesto a aceptar, como una teocracia chiíta si es elegida por el pueblo, o dejar el país si un gobierno elegido se lo pide. ¿Qué no están dispuestos a aceptar? ¿Dónde está la línea roja?
–De lo primero, sobre la permanencia de EE.UU. en Irak, nunca ha habido duda: EE.UU. sólo se queda en los lugares donde es bienvenido y no estamos en ningún país sin el consentimiento del gobierno elegido, y ése será el caso estemos donde estemos. Sobre el resultado de las elecciones, lo que nos ha impresionando es que todos los sectores, sean chiítas, sunnitas, kurdos o turcomanos, están muy comprometidos con una estructura de gobierno que garantice los derechos individuales. El gran desacuerdo con los chiítas ha sido sobre cuándo había que celebrar las elecciones, lo que sugiere que entienden la importancia de la democracia. Asumimos nuestra responsabilidad en la seguridad de Irak hasta el momento en que los iraquíes estén capacitados para garantizarla. Pero vamos a transferir el poder a lo que será un gobierno completamente soberano, que tendrá que tomar decisiones en nombre del pueblo iraquí. Hay que confiar en la democracia, y creo que los iraquíes que han sido liberados de Saddam Hussein la quieren. Irak no tiene una tradición teocrática. Irán es una excepción en la zona.
–Pero será la primera vez que la mayoría chiíta puede opinar.
–Sí, pero es una mayoría chiíta diferente de la de Irán. Por tradición y por etnia.
–Atentados como el de hoy (ayer), que ha acabado con la vida del presidente del Consejo, ponen en cuestión que sea posible la transferencia de soberanía a un gobierno iraquí el próximo 30 de junio.
–No, por el contrario. Un atentado así subraya la importancia de la transferencia de soberanía tal y como se les ha prometido a los iraquíes. Cuanto más nos acercamos a la transferencia de soberanía, al momento en que los iraquíes tengan en sus manos su futuro político, va a haber más intentos de interrumpir el proceso. Serán duras las próximas semanas. Tenemos una carta del jordano Zarqawi (supuesto miembro de Al Qaida que opera en Irak) en la que deja claro que hay que provocar una guerra civil antes de la transferencia de soberanía, porque se da cuenta de que se le acaba el tiempo, así que habrá más ataques. Los elementos del antiguo régimen también van a intentar hacer algo. La ocupación es para ellos un objetivo más fácil que el inicio de un proceso político iraquí, así que advierto que la cosa puede ponerse muy mal en las próximas semanas. No hay cosa que más deseen los terroristas que vernos retrasar el traspaso de soberanía. Esa sería su victoria y es una situación peligrosa, no en todo el país, pero sí en algunas partes. La transferencia se tiene que realizar.
–La guerra de Irak ha enfriado la relación de EE.UU. con Francia y Alemania, y ahora las imágenes de torturas han empeorado la que mantiene con los países árabes.
–No. Creo que la publicación de las fotos es algo que ha provocado vergüenza y horror entre los norteamericanos. No fuimos a Irak para esto. Más de 700 hombres y mujeres norteamericanos han dado sus vidas para intentar liberar y estabilizar Irak. Y cuando ocurre algo así, mi primera reacción fue que es extremadamente desafortunado, porque podría oscurecer lo que los americanos han hecho allí: el sacrificio, las miles de personas que están construyendo escuelas y hospitales. Pero al mismo tiempo nos da una oportunidad para que América y todos los Estados democráticos recordemos que nadie ha dicho nunca que los seres humanos no hagan cosas malas. Los seres humanos hacen cosas malas. La diferencia en democracia es que los que hacen cosas malas son castigados.
–Usted sostiene al mismo tiempo que las tropas estadounidenses se quedarán por razones de seguridad y que habrá un gobierno plenamente soberano. ¿Cuál será la base legal para conciliar ambas cosas y permitir la permanencia de esas tropas?
–Los iraquíes solos aún no son capaces de garantizar la seguridad y alguien tendrá que ayudarlos. Al mismo tiempo, fuerzas multinacionales garantizan la seguridad en distintas partes del mundo a gobiernos soberanos que no son capaces de hacerlo. La cuestión es sobre qué base. Creo que la resolución 1511 nos da la respuesta. Esta resolución dice que una fuerza multinacional bajo mando de la ONU puede ser solicitada y sospecho que esto es lo que se hará en el Consejo de Seguridad. No hay que inventar nada porque así es como funcionan las fuerzas multinacionales en general, sea en Liberia, en los Balcanes o en Timor Oriental. Se constituyen bajo un mandato de la ONU para proveer seguridad a un Estado que lo necesite.
–¿Quiere decir que la resolución 1511 es suficiente?
–No, no. Quiero decir que la resolución 1511 nos muestra la fórmula.
–Si el gobierno iraquí les pide que se vayan, ¿lo harán?
–Creo que el secretario de Estado, Colin Powell, ya lo dijo: Estados Unidos se queda con el consentimiento del gobierno. Creo que el pueblo iraquí y el gobierno entienden que Irak aún no tiene fuerzas adecuadas para garantizar la seguridad. Irak está sometida a dos grandes amenazas: el terrorismo extranjero y los elementos del antiguo régimen. Y repito de nuevo: no necesitamos inventar mecanismos, es una práctica bastante extendida en todo el mundo, cuando hay nuevos gobiernos, cuando se acaban guerras civiles, o guerras sin más, que la seguridad provisional la dirija una fuerza extranjera.
–Pero no me ha contestado. La pregunta es: si el gobierno elegido les pide que se vayan, ¿se irán? ¿Lo contemplan como opción?
–Como le he dicho: Estados Unidos sólo se quedará con el consentimiento del gobierno. Estoy segura de que los iraquíes no quieren un Irak inestable en el que sus habitantes no puedan tener una vida normal, y aún no son capaces de dar esta seguridad. Nuestro problema ha sido que cuando hemos dicho “transferencia de soberanía”, muchos iraquíes pensaron que nos íbamos el 1º de julio. Se interpretó así algunas veces. Así que nuestro presidente les ha dejado claro que estaremos ahí por ellos, para darles seguridad, pero EE.UU. cree en el consentimiento del gobierno. El gobierno iraquí querrá –creo– proveer un entorno de seguridad para su pueblo, y no tiene la capacidad de hacerlo. Queremos entrenar a sus fuerzas para que puedan lograr esa capacidad, pero eso llevará su tiempo.
–La decisión de España de retirar sus tropas de Irak se ha visto seguida por decisiones similares y fuertes debates en otros aliados como Italia, Polonia, Holanda, Japón. ¿Cómo evalúa el impacto?
–La mayoría de los miembros de la coalición se han mantenido firmes en Irak y han mostrado su intención de seguir. Hay algunos que necesitarán confirmar la continuidad de su implicación tras la transferencia de soberanía.
–¿Qué papel jugarán los países que, como Alemania y Francia, no han pertenecido a la coalición?
–Pueden jugar un gran papel en términos de asistencia, de alivio o reducción de la deuda. Esto es muy importante. Asistencia humanitaria en la educación, por ejemplo. La seguridad en Afganistán. Lo más importante es que todos nos unamos en el objetivo estratégico de asegurar un Irak estable y democrático, porque sin ello nos enfrentaremos con un Oriente Medio más peligroso de lo que es ahora.
–Pero ustedes están cada vez más aislados entre sus propios aliados. ¿Cómo se sienten ante esta situación? ¿Cómo van a superar la imagen de guerra sucia que están realizando?
–Tenemos a 30 países en la coalición. Estamos debatiendo cómo construir un Irak estable. Pero no creo que estemos aislados.
–¿Y por qué la imagen es entonces tan negativa?
–No sé por qué la percepción es tan negativa, pero sé que la cobertura que se está realizando no da la foto completa. Sé que hemos hecho muchos errores, pero...
–¿Nos puede mencionar los errores?
–La historia lo hará. Pero les diré algo: el objetivo estratégico de un Irak libre, estable y democrático en Medio Oriente es el objetivo justo. Y uno no puede juzgar con base en las noticias diarias sino sólo con bases históricas.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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