EL MUNDO
› EE.UU. DEJA NAJAF TRAS UN FALSO ACUERDO CON LA MILICIA DE AL SADR
Una nueva Faluja en la zona chiíta
Como con la resistencia sunnita en la ciudad iraquí de Faluja, las fuerzas estadounidenses acordaron retirarse de Najaf sin lograr la captura del clérigo chiíta Muqtada al Sadr ni que su milicia se desarme. Gran Bretaña envía refuerzos.
Por Justin Huggler *
Desde Bagdad
Las fuerzas estadounidenses accedieron ayer a retirarse de la ciudad santa chiíta de Najaf y finalizar los combates con la milicia del clérigo radical Muqtada al Sadr. Los estadounidenses, que desistieron de su juramento de matar o capturar a Al Sadr, ahora parece que permitirán que éste mantenga su libertad. Su milicia, el Ejército de Mehdi, también se retirará gracias a este acuerdo. Los estadounidenses parecen haber renunciado a sus dos demandas principales para finalizar con los combates en Najaf: que Al Sadr se rinda y que el Ejército de Mehdi se desbande inmediatamente. Por otra parte, Gran Bretaña anunció ayer el envío de 370 soldados de refuerzo a Irak, elevándose a 8900 el número de los británicos en ese país.
El acuerdo norteamericano de retirarse sin capturar a Al Sadr será visto en Irak como la segunda capitulación vergonzosa en varios meses, después de que las fuerzas estadounidenses finalizaran en abril su sitio sobre la ciudad sunnita de Faluja sin haber capturado a los responsables de la matanza y mutilación de cuatro contratistas norteamericanos –la razón original del sitio, en el que se cree que murieron cientos de civiles iraquíes–. También han muerto civiles en Najaf, aunque no tantos como en Faluja. Hay una ira difundida en el mundo chiíta tras los combates en la ciudad santa, especialmente después de que fuera dañado el santuario chiíta más sagrado, el del imán Alí. Los miembros del Consejo gobernante iraquí designado por Estados Unidos, quienes negociaron con Al Sadr, dijeron ayer que el acuerdo incluía nuevas conversaciones sobre el pedido de arresto que pesa sobre él por el asesinato de otro clérigo en el 2003 y sobre el futuro del Ejército de Mehdi. Todavía queda por ver si los estadounidenses, que demandaban que Al Sadr se rindiera para llevarlo a juicio, aceptarán estos términos. Pero la amenaza concreta que pesaba sobre Al Sadr parece haber sido levantada.
El vocero de la ocupación, Dan Senor, dijo que las fuerzas estadounidenses suspenderán inmediatamente su ofensiva en Najaf y se retirarán en cuanto las fuerzas de seguridad iraquíes puedan controlar la ciudad. Es un acuerdo similar al de Faluja, donde las fuerzas de seguridad locales tomaron el control. Mohammed al Musawi, un líder chiíta que estuvo involucrado en los intentos por ponerle un punto final pacífico a los combates en Najaf, dijo que el pacto incluía un acuerdo bajo el cual Al Sadr no se enfrentaría a un juicio hasta que esté en funciones un gobierno iraquí electo, lo cual no ocurrirá hasta el año que viene. También dijo que, por el acuerdo, el Ejército de Mehdi se convertiría en una organización política. Queda por ver si Al Sadr obtendrá su parte, pero parece haberse beneficiado con el acuerdo de ayer. Fue un buen resultado para él después de que muchos de sus milicianos murieran en los últimos días. Los norteamericanos pueden haber accedido a este acuerdo en parte por su necesidad de calmar la situación en Irak, teniendo en cuenta la entrega de poder a un nuevo gobierno iraquí el 30 de junio. A propósito, el destacado científico nuclear iraquí, Hussein al Chaharestany, declinó aceptar la jefatura del próximo gobierno provisional que se instaure el mes próximo, diciendo que “preferiría servir a su pueblo de otra forma”.
Al Sadr parece haber logrado maniobrar a los estadounidenses. Hasta ayer, su respuesta a cualquier crítica por combates dentro de la ciudad santa era que la milicia de Al Sadr los había obligado a ello porque habían tomado posiciones ahí. Pero una vez que Al Sadr ofreció públicamente retirar su milicia si las fuerzas estadounidenses hacían lo mismo, una negativa los hubiera hecho parecer los responsables de mayor violencia en Najaf. La semana pasada parecía que los estadounidenses aceptaban un acuerdo similar para que ambos lados se retiraran de la ciudad santa chiíta de Kerbala, pero luego lo negaron rotundamente. Esta vez, Al Sadr no iba a arriesgar nada semejante. Dijo que su milicia no se retiraría hasta que los estadounidenses aceptaran el acuerdo públicamente.
Al Sadr lanzó su levantamiento chiíta en abril, después que las autoridades de la ocupación estadounidenses actuaran contra él, clausurando un diario que él dirigía y arrestando a uno de sus asistentes. El pedido de captura contra él fue anunciado después que comenzara el levantamiento. La milicia de Al Sadr tomó control de varias ciudades chiítas por un breve período, antes que los estadounidenses las recapturaran. El clérigo se refugió en Najaf, donde parecía estar apostando que las fuerzas de Estados Unidos no se arriesgarían a atacarlo. Al principio no lo hicieron, pero en las últimas semanas comenzaron la ofensiva en Najaf. Los estadounidenses parecen estar confiando en el hecho de que Al Sadr no goza de un amplio apoyo chiíta. Pero se empantanaron luchando contra el Ejército de Mehdi, y con cada día que pasaba, arriesgaban más un contragolpe general chiíta.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.